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Cuatro chicos esperaban en una sala común del hotel, a que su director llegara donde ellos sin ser seguido, pues aún intentaba escapar de los paparazzis que buscaban saber dónde dormirían Adrien y sus amigos.

En ese mismo hotel se estaban hospedando más concursantes de todo el mundo junto con sus acompañantes, que para desgracia de ellos hablaban cada quien su idioma natal.

A pesar de eso, la atmósfera estaba tranquila.

Adrien miraba por la ventana el paisaje verde del bosque que estaba a un lado del gran hotel, mientras la ojiazul se acercaba donde él tomando su hombro, después de haber estado en la habitación que compartiría con Alya.

-Estoy tan feliz de estar aquí contigo.

Le comentó la ojiazul soñadoramente, recargando su cabeza en el, sintiendo como él la rodeaba con su brazo.

-Yo también lo estoy. ¿Te dije que te ves irresistible escapando de los fans?

Y melosamente acercarse a su boca para besarla, fue cruelmente detenido por el director que, después de casi 3 horas de espera, justamente iba llegando.

-Besos aquí no. Ahora están bajo mi cuidado.

Despues de horas esperándolo a que llegara, ¡Justamente llegó a arruinarles ese momento! Eso era injusto.

¡No la besaba desde que estaban en Europa!

Marinette sin quererlo, solo asintió separandose dos pasos de Adrien, besando su puño y poniéndolo suavemente en su boca, a modo de transmitirle su beso, sacándole una sonrisa de ternura.

-¿Ya te dije que te amo?
.
.
.

2:32 am.

Marinette sentía una incomodidad en el pecho, sentándose en la cama, intentando no despertar a Alya que dormía plácidamente a su lado.

Adrien de la misma manera sentía un nudo en el estómago, mirando la pared que tenía de frente, pensando en que detrás de esa pared, la ojiazul se encontraba durmiendo.

Esa era la primera vez en mucho tiempo que no la veía antes de dormir.

No era nada malo, pero simplemente extrañaba esa sensación.

La ojiazul levantándose de su asiento, tomó una cobija poniendosela abrazando su cuerpo, mientras buscando sus pantuflas se dirigía hacia el pequeño balcón que la habitación tenía.

El ojiverde tomando una cobija se levantó y se la puso a modo de abrigo, abriendo la puerta corrediza del balcón de su habitación, y sacando su cabeza, sintió el aire frío pegar en su rostro.

Grande fue su sorpresa al escuchar cómo la puerta del balcón que tenían menos de diez centímetros de distancia entre barandal y barandal, también se abría.

Si su memoria no fallaba, ese era el cuarto de Alya y ...

-¡Marinette!

La llamo en un susurro eufórico al verla sacar su cabeza al igual que el.

Al notarlo la azabache lo miró con una sonrisa, y aún tapada hasta la cabeza con la cobija, corrió hasta donde el barandal le permitió acercarse, poniéndo sus manos y estirando su cuerpo lo mayor posible, para estar más cerca del otro lado.

El rubio arropandose bien de la cobija, también salió corriendo, y al ver que la distancia del barandal era casi nula y también que la ojiazul estaba estirada, no dudó en sacar aún más su cabeza, poner una mano en el barandal y la otra en su cintura, tratando de acercarla lo mayor posible, para así finalmente besarla.

Ella enredó uno de sus brazos en su cuello mientras que el otro se encargaba de agarrarse bien del barandal, pues estaba de puntitas al igual que el Agreste.

Eso era tiernamente peligroso.

Ambos se separaron y pegando sus frentes,  no pudieron evitar mirar para abajo, en la distancia en donde no tenían suelo.

-Oh, estamos en el piso número 13.

Dijo aún abrazada de el, mientras su cuerpo inclinado hacia delante, le permitía seguir abrazado del rubio.

Una alarma en sus celulares los hizo separarse de inmediato, mirando cada quien desde su respectivo balcón lo que era.

-Alerta de Akuma

Dijieron al unísono con pereza total, mientras entraban a buscar a sus kwamis y los poderes especiales, e irse volando con desgana.

Genial, ahora iban a tener que volar todo el mar Atlántico.

Continuara...

Ya no actualicé en tres días pero les juro que tengo una razón justificada.

¡Proyectos de Salud! ¡AAAAAAAGH!

Pidió dos vídeos ejemplificando los corazones y las neuronas. Todo en menos de un fin de semana.

Me dormí a las 7 de la mañana y me tuve que despertar a su cochina clase a las 9 de nuevo.

Maestra, se que no está leyendo esto, así que le digo que me alegro que se vaya a desvelar calificando, es más, lo disfrutaré al ver sus ojeras de la siguiente clase.

Después de haberme desahogado, ojalá les haya gustado el capitulo.

En fin, disfruten.

Les doy mi corazón.

Les doy mi corazón

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Seh, chiste malo.

A La Medida (Abril Mes Del Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora