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Tres chicos caían en el balcón de Marinette mientras que entrando por la trampilla, los tres se destransformaban.

-Bien, exijo una remuneración considerable. Me obligaron a cargar a Lila hasta su casa.

Habló Adrien que recordaba como había perdido en el piedra, papel y tijeras contra Alya, mientras inconscientemente acariciaba la cabeza del kwami de la castaña, no notando como Plagg los miraba asesinamente.

Con que así se sentían los celos.

Marinette por el contrario desinfectaba al rubio y Alya le hacía una limpia con canela.

Estar cerca de Lila podía haberle pegado sus malas energías.

Después de eso, los tres bajaron sin problemas a la cocina, pues sus papás habían ido a visitar a su abuelo con la finalidad de limpiar por completo su casa, por lo que no estarían los siguientes 2 dias.

Mientras Marinette buscaba unos platos, Agreste le hizo una seña a Césarie para que checara los mensajes de texto que le había enviado.

La chica dudosa asintió. Cuando los abrió no dudo en levantar su pulgar en aprobación.

"Estoy dentro" leyó el rubio sonriendo victorioso.

-¿Y si hacemos pijamada? Aunque faltaría Nino para estar completos.

Preguntó Marinette ajena a todo, mientras sentía como la noche estaba perfecta para pasarla en compañía de algunos amigos y amado.

-Parece una gran idea.

Dijieron al mismo tiempo, mientras Adrien se acercaba a la ojiazul con una sonrisa inocente.
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Haber convencido a Marinette de que fuera por Nino, había sido la mejor decisión que habían hecho en la noche.

Alya y Adrien en compañía de los kwamis, intentaban llegar a un acuerdo.

-Bien, Marinette cumple 16 en una semana, entonces esta ocasión nos vamos a encargar de que esta vez, no espere una sorpresa.

Alya asintió al escuchar al novio de su amiga hablar, mientras comenzaba a apuntar todo.

-Definitivamente no hay que decirle a sus papás.

Ambos estuvieron de acuerdo, escuchando como los kwamis también comenzaban a opinar.

-No se preocupen, tenemos miles de años de experiencia mirando como los humanos se demuestran su afecto.

Habló la pequeña serpiente a la vez que la pequeña cabra, tomaba la palabra.

-¿Que tal si le entregas la cabeza de su peor enemigo o le entregas un veneno lo suficientemente potente como para matar a su hermano con el que fue casada a la fuerza? A Cleopatra le gustó eso.

Alya tomó al kwami que tenía la mirada perdida, mientras le acariciaba  la cabeza en su regazo.

-O que tal si le llevas serenata, como le llevaron a mi antigua portadora.

El kwami del Buey habló, mientras a Adrien parecía asentir.

Lo malo era que no sabía cantar y no sabía dónde conseguir mariachis en Francia, como en las novelas mexicanas que Kim siempre le recomendaba.

-¿O por qué no construyes un templo gigante y carísimo como ataúd cuando muera? Puedes opacar al Taj Majal.

El Agreste le había gustado la idea, hasta que se percató del hecho de que Marinette tenía que morir para eso. Fue ahí cuando no quiso.

-¿O por qué no desafías a tu familia solo por el amor de la hija de la familia enemiga? Oh, Romeo, no merecías morir así.

El chico de los ojos verdes tomó al kwami e imitando a Alya, le acarició su cabeza para calmarlo.

Plagg miro de lejos todo.

A él no lo había consolado cuando le platicó que extinguió a todos los dinosaurios. Al contrario, salió huyendo.

Los minutos pasaron y no se llegó a nada. Solo se percataron que los kwamis necesitaban terapia.

¿Suhan querría cooperar?

Verdes y olivas se miraron entre sí sin preocupación. Al final iban a terminar haciendo una fiesta sorpresa.

Pero bueno,  se iban a encargar de que fuera la mejor.

Momentos después Lady Bug dejó al moreno en su balcón, y con cuidado se dirigió a la ventana de su baño para destransformarse.

Al reunirse todos, los 4 amigos fueron a comerse el pan que había sobrado de ese día en la panadería, pues siempre se vendía pan fresco y al siguiente día no se iba a abrir.

Mientras los tres chicos, secretamente iban planeando una fiesta, Plagg pensaba en como arruinarles la sorpresa porque... era el kwami de la destrucción y algo tenía que destruir.

Para nada era porque Adrien no le hacía caso por estar con los demás kwamis.

Continuara...

Bien, ya este es el penúltimo capítulo, así que de una vez me voy despidiendo JAJSJSJSJ.

Fue hermoso este mes de Adrinette. Algo cansado,  pero divino.

Ahora si, a pensar en el final que quede a la medida de este libro.

En fin, disfruten.

A La Medida (Abril Mes Del Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora