Parte 11: Enamorada.

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Al sentir sus labios, no dudo en llevarle el ritmo. Son tan carnosos y a la vez suave. ¡Siento hormigas en mi estómago!.

Sus manos en mi muslo y me alza, me siento sobre su abdomen. Lo siento, siento su erección. Quiero más.

¿Que pasa conmigo?.

Muevo ligeramente mi cintura y recibo una nalgada de parte de Julián. 

Levanta mi vestido y me alzo para que saque mis panties. ¿Que estoy haciendo? Tendré sexo otra ves. Se pone de pie y baja su pantalón, junto a sus bóxer. Veo sus ojos oscuros como la oscuridad, por algo me acuerdo de mi pequeña.

—Ven— Se sienta y yo misma me posicionó sobre el.

Entra lentamente en mi, haciendo gemir de placer. No me duele.

Lo abrazo y empiezo mover mi cintura, mientras rápido, más rico se siente.

—El Condon— Digo acordándome. 

—¿No te planificas?— Pregunta y niego con la cabeza a lo que sigo cogiendo placer.

—La voy a sacar— Dice y confío en el.

En cuestión de segundos estoy de perrita.

—Despacio— Le digo asustada y a la ves estrujó mi cabeza en las sábanas.

—AAH!— Gimo de placer, mientras me penetra rápido. Gimo como loca del placer que siento.

—Uuh— La escucho a la bebe y con la mano derecha doy palma ditas en su trasero y se vuelve a dormir.

¡Lo entra y lo saca! Y ¡Me encanta!

—Julián...— Echo mi mano atrás para empujarlo y la toma. Y es cuando se pone más fuerte la cosa. Ya Gimo como loca. Gracias a dios que la bebe casi no le presta atención al ruido.

—¡WHOO!— Escuchó de su parte y algo líquido hace que tenga un orgasmo.

Aunque se Haya corrido y yo también el continúa. Me siento muy cansada. ¿Se corrió en mi?

—Lo hiciste... dentro— Tartamudeo y este se queda callado.

Cae sobre mi y besa mi cuello.

—Eres increíble— Me alaga y una sonrisa sale de mi.

.

.

.

—No...— Me manda a callar con la mano y pone un par de billetes en la mesa. Solo quiero decirle  que ya no seré prostituta, digo nunca llegue a serlo ¿O si?.

—¡Despacio!— Grito en un susurro al recibir un fuerte chupon de parte de la bebe. Julián termina de ponerse su ropa y quisiera decirle un se quede la noche o explicarle todo. 

—¿Puedes ir al...— Me ve.

—...Supermercado, por mi?— No encuentro excusa para que no se valla.

—Lo siento, pero tengo trabajo— Pone su chaqueta.

—Pero, mañana podemos ir. Claro, si no está nublado— Dice y asiento.

—Adiós— Es lo único que digo para verlo salir de casa. Me pongo de pie con la bebe en brazos y veo el dinero. Son cien dólares. No los quiero, los tomo y los meto en una gaveta.

Siento que lo necesito.

¿Que es este sentimiento?.

¡Estoy enamorada!

¡Me gusta Julián!

Voy a la cocina y con esfuerzo logro tomar un poco de agua. ¡Y esta niña si que traga!. Toma el seno cada cinco minutos. Le diera la fórmula, pero estoy aquí y la desperdiciaría, mientras mi senos son una ducha de leche. 















En tus brazos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora