Parte 22: Bajo el coset.

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Dos semanas después.

Paso la escoba por debajo de la cama, debajo de la alfombra, bajo en sofá, la nevera, la estufa, el lava... En casi toda la casa. Es tan grande, me duele la espalda las manos de sostener la escoba y eso que falta trapear.

Julián me hablo de una señora, que contrataría para que me ayude con la casa y le dije que no. Ya que el me está manteniendo y la bebe, no puedo dejar que gaste dinero en una sirvienta, ¿Para que? Si yo lo puedo hacer.

Esta que le compra ropa, leche, pañales, accesorios, entre otras cosas a la bebe. Gasta mucho dinero en nosotros sin contar que TODO lo que compra es de una marca cara.

¡WOW! ¿Los boxeadores ganan mucho dinero? Suelto la escoba y tomo el celular. "Cuánto ganan los boxeadores "  La curiosidad me invade y busco en google. Dice que un boxeador gana menos de 200 dólares o más... 

—¿¡Con tan poco dinero lograste todo este!?— Exclamo en pregunta.

Julián el cual está muy concentrado en su celular me mira.

—¿Que?— Es lo único que dice, después de un largo silencio.

—Dice Google, que solo ganas 200 dólares- Lo  veo y su cara es una película.

—No ¿Y de que hablas?— Le pasó el celular y estenlo ve.

—Eso depende del boxeador—

—Ah, ¿Y tú eres de clase alta?— Lo veo y le sonrío patéticamente.

—Se nota que sabes mucho de boxeo. Soy un boxeador profesional— Finaliza y se vuelve a enfocar en su celular. Yo por mi lado vuelvo a lo mío, a barrer el piso.

Esa puerta, es tan misteriosa, hace tiempo que e querido entrar a ver que hay dentro, pero tenia seguro y hoy, es mi día.

La puerta se abre dejando ver un cuarto con paredes negras, si, negras. En esas mismas paredes se encuentra: Trofeos, medallas, creo que son los tesoros de Julián, ya sean de plata o oro, pero tienen su lugar en esta preciosa sala.

--¿Que haces?— Salto del susto ya que estaba tocando un trofeo.

—Nada, solo...— Al darme vuelta, sin querer el palo de la escoba golpeó algo y calló. Tenía que ser un trofeo de cristal.

—Oh, perdón— La cara de Julián es una película. Corre hacia el trofeo y lo toma, pieza por pieza.

—No era mi intención—

—Tranquila, no pasa nada— Dice y trata de calmarme.

—Yo lo reparó— Trató de tomarlo.

—Te vas a lastimar— Y ya es tarde, la sangre corre por mi dedo, no logro ver la herida pero siento un poco de picazón.

—Oh no, linda— Dice dramáticamente.

—No es gran cosa— Salimos de la habitación hacia el baño.

—Cuidado— Me lava el dedo y lo observo. ¿Como un hombre tan Bueno pueda fijarse en mi? ¿Como puede existir un hombre así?

—Ya- Termina con mi dedo y pone una curita en el.

—Te amo— No pude evitar decirlo. Nunca le avía dicho eso a un hombre.

—Yo también, te amo— No me da pena la situación, me causa alegría, es como esa sensación de que estás en la correcto.

Besa mi frente y pone un mechón de mi pelo tras mi oreja, lo abrazo de la cintura, fuerte y lo escucho gemir de dolor.

.

Después de una ducha, me visto y peino, parece que la madre de Julián vendrá a verlo. El gancho con el que sostenía mi pelo cae al suelo y me agacho a cojer lo. Obviamente con cuidado, pues después de la cesárea no me avía abajado así y se me hacia un tanto incómodo.

Estiro la mano bajo el closet y mi mano chocó con algo, lo saco y es una caja, pero está con candado así que la vuelvo a entrar. Luego de buscar bien agarro el gancho y termino de peinarme.

En tus brazos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora