Parte 32: Explicaciónes.

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Madre de Julián.

Prepare su té, subí las escaleras intranquila. Ella ya sabe todo, sabe que mi hijo fue el que abuso de ella, pero no sabe porque. Si le digo la verdad, quedaré muy feo incluso podría de mandarnos. Pero... Si no le digo nada, Julián quedará con toda la culpa y será infeliz por todos su vida.

—Toma—Le doy el té y lo toma, se ve muy cansada.
—¿Donde está su hijo? — Pregunta ansiosa y se le nota lo nerviosa.
—Esta en el trabajo. No quería ir a si que lo obligue— Le miento, obvio que se fue para no empeorar las cosas.
—Ok—.

Vuelvo a bajar la escalera y me encuentro con Julián sentado en el sofá. ¿Que estará pensando? que nunca devio vulverse adicto a esa cosa.

El solo tenía 13 y tenia ataques de ira. Golpeaba toda a su alrededor, lo hacía pedazos. Era violento e impulsivo. Tuve que buscarle un medicamento, las terapias no funcionanban, lo empeoraban más. Y no tuve otra opción que darle esas pastillas o inyecciónes que lo tranquilizan.
Ahora... No hay vuelta a tras, es un adicto y se pone peor si no las tiene.

Voy derecho a la cocina, ignorando su mirada de odio y decepcion.

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Vanessa.

Pasaron dos días, descanse lo suficiente y la madre de Julián se encargo de mi. Mientras tanto, no e visto a Julián. Ya sería muy descarado de su parte darme la cara.

No voy a presentar cargos ni nada, nunca pensé a hacerlo, al menos a él. Solo no se como hacerlo pagar por lo que hizo, después de todo hizo mucho por mi. ¡Ya se! Solo estaba conmigo por lastima, porque se sentía culpable. Tal vez nunca me amo.

Limpio mi boca después de echar la cena en el inodoro. Respiro profundo y me veo en el espejo. ¡DIOS! Estoy gordita, cabe duda de que Melanie me cuido bien, no están mal suegra.

Ahora...
¿Me voy de esta casa?
No lo quiro ver, pero si lo quiro ver.
¿Como simplemente puedo perdonarlo?
Olvidarlo todo y seguir adelante, es mi meta.
No es tan fácil, deseo poder perdonarlo, después de todo según su madre tiene problemas mentales. Eso no es excusa para tratarme esa manera.

Bajo las escaleras con cuidado, y veo la TV prendida. Pero si Melanie se fue, no la pudo a ver dejado prendida. Camino con cuidado y llena de curiosidad, y me poso detrás del sofá, sin ver que hay.

—¡Ah! — del susto salto al ver a Julián pararse de repente, con su pelo despeinado y cara de cansancio.

—¿Que haces aquí?— Aprieto la mandíbula y retrocedo.

—Tenemos que hablar, pero por favor, calmate.

—Fuera de mi casa. —

—¿Tu casa? — Con cara de confusión pregunta.

—Si. Mi casa— Con valor le digo. Claro  que es mi casa, esta a mi nombre. El me la regalo.

—OK. Linda, hablemos— de se acerca.

—Vete o llama a la policía— lo reto.

—Esta bien, si es lo que me merezco, adelante. —Sabe que no lo are.

—Seria mejor que te vallas. —

Se vuelve a acostar, ignorandome.
Maldito idiota, ¿Como fue capaz?. Si simplemente pudiera olvidarlo todo.

Tomo el teléfono a ver si se asusta y continúa viendo TV.

—Al fin y al cabo... Dulce es mi hija. Solo quiero hacerme cargo de mis errores. —
—¿Errores? — Le doy frente y este me mira indirectamente.

—¿Eso significa que lo as echo muchas veces?— A este ritmo mis rodillas de debilitan y sin miedo dejo salir mis lagrima de decepcion y rencor hasia aquella persona que una ves no quise tener enfrente.

—Hermosa, te digo que fue un error. Sabes que yo no soy capaz de hacer eso, mucho menos a ti— Algo me dice  que es sierto.
—Pero lo hiciste y ni siquiera me conocías como para sentír  remordimiento. — Suelto rápido y juego con mis dedos mujados de lagrimas.

—Si... Viví cada día arrepentido después de eso. En ese momento no está del todo bien. —

—Ahora le vas a echar la culpa al alco... —

—Fue mi madre... — Me interrumpe y hace pausa para tragar duro.

—¿Tu madre? — Preguntó rápidamente, que tiene ella que ver.

—Tenía un torneo muy importante y pasó... Dije que tomaría una sola pastilla y no me fue suficiente. Me la inyectaron. Fue de esa manera que pasó todo esa noche. —

— Terminé el partió, y casi mato al otro. No estaba consciente de nada y solo quería destruir todo a mi paso. Tú... Sola en la noche, tan inocente te veías y gritabas que te dejara. Eras tan pura y deliciosa en ese momen... —

—¡CALLATE! — Le grito angustia de sus palabras.

—¿¡PORQUE LO DICES TAN TRANQUILO!?. —

—¿Sabes lo traumante que fue?. Pase hambre, frío, malas noches, dolores no solo físicos, sino también mentales. ¡SOLO PORQUE ERES UN MALDITO DROGADICTO!.— Le grite y apreté mi pecho ante el dolor que sentía en el corazón, en ese instante.

Este solo estaba tenzo viendo la TV. Obvio no le prestaba atención.

—Lo siento. — Callo una gota en la alfombra y lo escuche sonarse la nariz.

—Mucho, lo siento mucho— Suspira y limpia sus lágrimas.

—Eso no es suficiente. —

Finalizó y subo a la habitación una vez a allá me dejó caer en la cama y no me salen las lágrimas...

En tus brazos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora