Parte 2: Noche fría.

73 25 0
                                    




Abro la puerta para encontrarme con mamá tirada en el sofá con una botella de alcohol en la mano y roncando como foca. Subo las escaleras sin hacer ruido alguno y me adentro a mi pequeña habitación.

Eran las siete  y ya estaba lista para salir.

—Me traes unos cigarros de hay,— La escucho decir y me señala la meseta. La ignoro y me dispongo a salir.

—¡ERES UNA MALCRIADA!— Me grita y salgo.

Su vicio empezó hace dos años cuando empezó a tener sueños extraños con mi supuesto papá. ¿Tan irritante era? Que mi madre lo dejo, el se desapareció y ahora mi mamá llora por el.

Los recuerdos llegan ami mente.

—¡CÓMPRAMELO!,— No se cansa de gritarme que le compre alcohol y cigarrillos con mi dinero .

No, si quiere alimentar su vicio tendrá que trabajar, por que mi dinero no lo mal gastare,— Le digo calmada y sin miedo. Ella sabe que si me pega por esa estupidez, se arrepentirá, por que más nunca obtendrá algún beneficio de mi.

No soy la típica chica que le teme a  todo. Si tengo que partirte la madre lo hago, de hay a Hay sin remordimiento alguno. Y no le temo a mi mamá, ella es una borracha mansa.

.

.

.

.

—¡Llegue!— Grito al entrar a la casa y ver a Stefanie con su bolso en la mano.

—Llegas a tiempo,— Suspira aliviada.

—Ya me tengo que ir— Dice y se despide de su querido Liam.

Jugamos, comimos, y eran las once, Liam se había quedado dormido. Aburrida tomo el teléfono y empiezo a jugar "HomeScape". ¡Me encanta ese juego!.

Suena la puerta y es porque Stefanie a llegado.

—¡Oh por dios!— Exclamó al verla. Su pelo está todo desordenado y tiene moretones por todo el cuerpo.

—Ya te puedes ir,— Me regala una sonrisa forzada.

—¿Estas bien?— Le pregunto y me acerco, pero me detiene.

—No linda, estoy muy sucia. No te acerques a mi, por favor— Me pide y me da pena verla de esa manera.

—Por favor, ve a tu casa. Ya es tarde y ten cuidado— Me dice y tomo mis cosas y salgo.

Y... Ahora que lo noto, la noche no es igual a como la vi en la ventana, con La Luz de la luna.

Hace frío y no traje abrigo, la calle es oscura, que esperarte cuando vives en Un barrio. Yo vivo más afuera, por lo que no es tan peligroso, tenemos guardias pero... Esta parte del barrio no.

Lo mas bajo del barrio donde están los Ladrones, prostitutas, digo todo tipo de delincuentes. Con miedo camino hacia la calle oscura y solo se escucha el viento. Tomó mi mochila y la abrazo. Escucho pasos y volteo pero no hay nadie. Los vuelvo a eschar y logro ver la silueta de una persona alta y fuerte.

Se acerca y entro en pánico. Y patas para que te tengo. El viento golpea mi cara y corro mas rápido al notar que este corre tras mi. ¿Que Hago? ¿Dios mío?. Trato de no ver hacia atrás y es cuando siento que toman mi pelo y caigo al piso.

—¡AYUDA!— Grito histérica.

—¡NO, POR FAVOR, ¡AYUDA!— Vuelvo a gritar, me arrastra casi todo la calle y gritándole que me me suelte, lo hace, para ver un coche lujoso negro, no logró ver la placa ni el rostro de aquella persona. Me toma bruscamente y me lanza al asiento trasero.

—¡No lo hagas!— Le grito en un susurro.

Levanta mis vestido dejando ver mis bragas.

—¡NO!— Grito y lo golpeó, pero esquivaba mis golpes e incluso con una sola mano logro agarrar mis dos manos pero... no los pies.

Lo golpeo, pero no tiene ninguna reacción. Siento mi mejilla arder y mis piernas abrirse. Y mete un paño en mi boca, haciéndomelas más difícil. Con las manos en la cabeza y con un paño en la boca trato de salir de la situación asta cansarme.

No se como le hace pero, quitas mis bragas y es cuando siento el verdadero temor. Con la cabeza niego y veo como se baja los pantalones.

No, por favor no.

Empuja hacia adentro causando un inmenso dolor en mi intimidad. Empuja y empuja bruscamente, grito de dolor y de miedo con el paño en la boca. Y siento como algo en mí interior se rompe, aprieto las piernas y este entra y sale de mi y lo escucho gemir.

Lo hace constantemente  y me pone como una perra apretando mi cara con el asiento, suelta mis manos pero ya no tengo fuerzas para luchar. Solo me derrumbo y dejo que el dolor y el asco me invadan. Cierro los ojos y el olor a alcohol entra a mis fosas nasales. 

Siento como explota en mi causando que llore más pero, continua, es como si estuviese enojado y desquitando su ira conmigo...






En tus brazos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora