Parte 26: "Quiero un poco".

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Si Stefanie estuviera aquí, ella me hubiese ayudado en esta situación. No, de ahora en adelante tengo que resorber mis propios problemas Solá. 

Termine de vestirme, un vestido sencillo de verano y la bebe por igual. La cargue y me dispuse a bajar, encontrándome con Julián comiendo una tostada mientras usa su celular.

—¡WOW!... ¿Adonde tan lindas?— Exclamo al vernos.

—A dar un paseo y gracias—  No mentí exactamente, pues también quiero refrescarme un poco.

—¿Quieres que...—

—No, prefiero caminar— Obviamente se iba de ofrecido y me adelanté.

—Ok—

—Adiós— Le di un beso en la frente, como madre que se despide.

Salgo y la maravillosa brisa de verano, me abraza.

Primero paso por la farmacia.

—Hola. Quisiera una "Predictor"— Le pido a la cajera. Confío en esas, esa fue la que detectó si estaba embarazada si o no.

—Aquí tiene, son 15€— Me la pasa y la tomo.

Con dificultad saco la billetera y le entrego el dinero.

—¡Gracias!— Antes de salir agradesco.

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Camino por el parque y escucho a la bebe quejarse, estar en el coche... No es muy de su agrado. Me siento en un banco vacío y pongo el coche frente a mi. Tiempo después compro un helado y lo como, hace tiempo que no comía uno. Esa textura tan suavecita e cremosa, el increíble sabor a chocolate y el aroma, uno de los pocos que no me causan náuseas.

—¿Quieres?— Doy un último mordisco, cuando una pequeña se me acerca, con ojos de "Quiero un poco". Por alguna razón, no quiero darle.

—Uh— Asienta y se lo paso. Tan rico que estaba.

—¿Y tus padres?—

—Allá— Me señala a una señora sentada en otro banco con el celular en al mano.

—No te puedes alejar de ella, si te pasa algo... — Respiro antes de decirlo, no todas las madres son así.

—Ella, se va a preocupar mucho, por ti— Dudosa digo.

—Ahora, ve con ella— Le ordenó.

—Ok,— Se va hacia su madre.

Dejo que el viento mueva mi pelo y acaricie mi rostro.

—Hola— Me asusto al escuchar una vos muy masculina, grave, sobre mi hombro.

—Ah, hola— Lo saludo y retrocedo ya que está muy cerca. Es de ojos negros, aspecto fuerte y elegante, diría que es hermoso, pero no le llega ni a los talones a Julián. Obvio.

—¿Que hace una mujer tan linda solo?— Dice carismático.

—No estoy sola, estoy con mi bebé— Le aclaro y este ve el carrito.

—No sabía que era tuya, te ves muy jove y no se parecen— Ríe nervioso. La bebe, no se parece a mi, cuando nació si, pero empezó a cambiar su rostro y se me hace difícil diferenciar bien, aunque Stefanie siga diciendo que se está pareciendo a Julian, si claro.

—Si, es mi bebe— Le vuelvo a aclarar.

—Soy Stevan— Entiende su mano y la tomó.

—Vanessa, un gusto— Le doy una sonrisa sincera.

 —Y... ¿Cuéntame de ti? Te quisiera conocer— Wow, que directo.

—Ah, ¿Como que quiere saber?— Le pregunto.

—Nose... Que te gusta, algo. Lo que sea, — Ya entiendo.

—Bueno. Soy madre adolescente, "tengo un esposo", Me gusta el chocolate y el mango— Le aclaro una y otra ves, por si a caso.

—Oh, no estaba en mis planes que tengas esposo, pero eso no importa— Ríe sinóptico.

—¿Porque no importa? A mi si me importa— Río ante lo que dijo.

—Pensaba, en, ya sabes... ¿Tienes celular?— 

—Si, tengo. ¿Porque?— 

—¿Me lo das?— Porque no, necesito conocer personas.

—Es...— Siento su mano en mi muslo.

—Sabe, mejor me voy— Quito su mano.

—¿Porque? Te pagaré bien. Escuche que das buen servicio— Diablos, no se porque acepte ese maldito trabajo, que nunca hice.

—Oiga, yo no soy prostituta, nunca lo fui— Le aclaró.

—¿Como que no?— Me mira confuso.

—No, solo fue un error— Le digo.

—Pero, pensé..—

—Deje de pensar— Mi quicio sale volando.

—Mejor me voy—empiezo a caminar mientras empujo el carrito y siento su mirada.



En tus brazos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora