Julián entra a la habitación con una caja en al mano.
—Toma— Lo ignoró.
—Te traje un obsequio— lo pone freno a mi y se va al baño.
Tengo mucho curiosidad pero me da pena.
Lo abro y veo algo que toda mi vida soñé tener. Otras niñas querían: Peluches, Barbies, juegos de cocina, casas de juguetes, unas se creían mujeres y pedían accesorios caros o algo muy a la moda o elegante. Yo no lo mío era esto: Una máquina de coser.
La saco y observo cada detalla, es blanca, refinada, se nota su elegancia y sus lujos, debió ser cara. Pero... ¿Como sabía que yo siempre quise una máquina de coser?
Puede que me allá comparado con ese obsequio, pero no puedo ocultar mi felicidad. Sin pensarlo dos veces voy al baño y abro la puerta de la ducha.
—¿Que pasó?— Me mira sorprendido.
—Muchas gracias— No puedo evitar abrazarlo, aunque esté mojado, no me importa solo quiero agradecerle.
—No debí hacerte eso— ¿Que me hizo? Lo dejo que continúe con su ducha y me acuesto a dormir.
Veo aquel otro obsequio de aquel día y porque no usarlo.
¡Y si! Me lo puse, no me queda tan mal.
Me da vergüenza y me cubro con las sábanas. ¡DIOS QUE ESTOY HACIENDO! Me siento caliente.
Mis manos bajan a mi intimidad y introduzco un dedo, no se siente igual a como Julián lo hace, los mueve y Gimo de decepción.
—Así no se hace— La vos de Julián me sobresalta y saco el dedo.
—¿Como?— Estúpidamente finjo.
—Si lo haces mal te dolerá, ven te muestro. Me sorprende que no sepas— Acomoda mi dedo índice junto al mayor y los pone en mi intimidad. Los entra, al principio no es tan mágico y la velocidad aumenta.
—Ooh— Gimo de placer y Julián introduce sus dedos luego de sacar los míos. Los mueve lento y rico.
Me esta masturbando mientras observa mi reacción. Abre mis piernas y opone su cara en medio de estas, besa mi intimidad, la besa, la lame, la chupa, me encanta.
Se pone de rodillas y agarra su pene, quiere que se la chupe. Acerco mi cara su pene.
—Espera— Me Detiene.
—Deja que lo haga— Hago pucheros.
—Es que...—
—¿No te gusta como lo hago?— Si doy pena.
—Si, pero... No quiero forzarte hacer nada— ¿Forzarme? Yo misma lo tomo y lo pongo en mi boca.
—Ooh— Escuchó un gemido de su parte.
Sin miedo al placer, lo lamo y lo chupo a mi ritmo. ¡Parezco experta! O eso creo.
—Hermosa— Recoge mi pelo y el empieza a hacer movimientos de cintura.
—¡WHOO!— Estalla en mi boca y desde abajo lo veo a los ojos.
Besa mi frente y se acuesta a mi lado.
—¿Ya?— Le pregunto.
—¿Quieres más?— Me quedo callada ante su pregunta, obviamente que si, ni siquiera llegué al orgasmo.
—En fin, solo piensas en ti— Me sale en un susurro y me acuesto dándole la espalda. Siento sus manos en mi cintura y las presiona contra la cama.
En una pose extrañada empuja contra mi ano.
—Eso, eso no me gusta— Frunzo en ceño aún que el no pueda verlo.
—Ok— Lo escucho decir y me penetra por la vagina.
—Ah— Gimo de placer.
Me da una nalgada y sus envestidas son tan ricas y cada una de ellas son cada ves mejor.
—¡SI! Julián... Ah— No puedo evitar decir esas cosas.
Y finalmente tengo mi orgasmo.
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En tus brazos.
ChickLitVanessa a sus diecisiete años solá con un bebé en sus brazos. Ella aria asta lo imposible para su bebé y ella. ¿Vender su cuerpo...?. ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ ¡ADVERTENCIA! Historia con alto contenido sexual. Lenguaje ofensivo. Entre o...