no te acerques a papá. ㅡ youngwoong

07 | Uno a Uno

— Básicamente, el entrenador sabe que ganaremos. —presumió, SeoHo.

Sus hermanos soltaron una leve risa.

Se encontraban desayunando y conversando un poco antes de irse a la escuela.

— Pues, en clase de artes, literalmente enloquecimos al maestro. Ninguno entendió su truco para difuminado, así que el maestro pasaba de lugar en lugar y nos ayudaba. —dijo, KeonHee, riendo.

— ¡Woongie! —dijo, KiWook, con alegría al verlo entrar.

KiWook se bajó de su asiento y se fue corriendo a darle un abrazo.

"Buenos días," dijo con lenguaje de señas.

KiWook ya le había enseñado cómo decir "Buen día, tarde, y noche."

— Buenos días. —respondió, HwanWoong, con una sonrisa.

— KiWook, ven a terminar tu desayuno. —dijo, GeonHak, de mala gana.

KiWook asintió y, con alegría, regresó.

DongJu empezó a mirar mal a HwanWoong y esa mirada estuvo ahí durante todo el desayuno.

( . . . )

— Adiós, pórtense bien. —dijo, HwanWoong, mientras los niños iban pasando al auto.

Finalmente entraron todos, HwanWoong cerró la puerta del auto.

KiWook bajó el vidrio de la ventana del auto y se despidió, moviendo su mano con una sonrisa.

HwanWoong le correspondió, devolviendo el gesto.

Finalmente, Yeo ingresó nuevamente a la casa.

Justo en ese momento, YoungJo iba entrando.

— Oh, buen día, señor YoungJo. —saludó, HwanWoong.

— Buen día, HwanWoong. —respondió.— ¿Mis hijos ya se han ido?

— Sí, señor. Hace un momento el auto salió con ellos. —respondió.

— De acuerdo. —dijo y pasó de largo.

¿En serio no iba a preguntar por ellos? ¿Algo más?

— Señor, por la noche KiWook tuvo una pesadilla. El niño lo estaba buscando a usted, pero no estaba. —comentó, Yeo.

— Bueno, pero ha ido contigo, ¿no? —respondió.

HwanWoong asintió.— Señor, hay algo de lo que quisiera hablar con usted. —dijo mirándolo.

YoungJo tomó asiento en un sillón de la sala y le señaló el otro sillón para que se sentara.

HwanWoong hizo caso y se sentó.

— Es acerca de sus hijos.

— ¿Han hecho algo malo? —preguntó algo molesto.

— No, no, no, no, no, para nada. Son muy buenos niños... O algo así. —susurró lo último.

YoungJo arqueó una ceja confundido.

— Bueno, es en relación a sus hijos. Señor, yo no soy nadie para decirle qué hacer, pero sus hijos lo necesitan mucho. Usted debería intentar pasar un poco más de tiempo con ellos. Sus hijos-...

— HwanWoong, si es solamente eso, tengo cosas importantes que hacer cómo para escucharlo. —dijo, YoungJo, levantándose.

— ¿Y sus hijos no son importantes? —preguntó, HwanWoong, mirándolo.

Kim se detuvo.

— Sus hijos lo necesitan, necesitan una familia; necesitan a su padre con ellos, que esté al pendiente de ellos, que los cuide, los quiera, juegue con ellos, platiquen-...

— Para eso estás tú y para eso te pago. —dijo interrumpiendo.

— Yo sólo soy un niñero, lo necesitan a usted. Usted-...

— Si no quieres seguir con el trabajo, solamente dilo. —dijo, YoungJo.

HwanWoong se quedó callado.

— ¿Quieres renunciar? —preguntó.

— No, señor... —respondió.

— Entonces te voy a pedir que solamente hagas tu trabajo y nada más. —dijo acercándose.— ¿Quedó claro?

HwanWoong asintió.— Sí, señor...

YoungJo siguió su camino.

HwanWoong soltó un suspiro.

— La verdad es que no tiene caso que intentes hablar de eso con él. —dijo, YeonJun, acercándose.— Ya lo hemos intentado antes.

— A mí casi me despide. —comentó, SooBin.

— Es que alguien tiene que hacerle entrar en razón. —dijo, HwanWoong, mirándolos.

— ¿Pero cómo? Si le decimos algo, nos despide. Yo no tengo a dónde ir, éste trabajo es lo único que tengo. —dijo, YeonJun.

HwanWoong miró a la oficina de YoungJo.

— Debo... Pensar en algo...

( . . . )

KiWook abrió la puerta de su habitación, tirando de la mano de HwanWoong para que entrara.

KiWook quería que Yeo le contara un cuento para dormir.

El menor se acostó y HwanWoong lo arropó.

— ¿Tienes la pizarra? —preguntó, HwanWoong.

La pizarra era por si KiWook quería decir algo, así lo escribiría.

El menor asintió.

— ¿Ustedes también quieren un cuento para dormir? —preguntó, HwanWoong, a KeonHee y DongJu.

— No quiero escucharte. —dijo, KeonHee, poniéndose sus auriculares.

— No, no quiero nada. —dijo, DongJu, enojado y tapando su rostro con las sábanas.

— De acuerdo. —dijo tomando asiento en un pequeño banquito.

HwanWoong se quedó un momento pensativo.

— Había una vez una pequeña estrellita de mar que vivía bajo el mar. Era una estrellita muy alegre, le gustaba jugar a las escondidas y era la mejor en ello. —mientras narraba, HwanWoong movía un peluche de estrella, interpretando su narración.— Pero un día, la pequeña estrellita tuvo curiosidad por ver el mundo exterior, así que decidió emprender un viaje en la superficie...

DongJu asomó un poco su cabeza, curioso por el cuento, pero se sentía excluido y no podía escuchar muy bien, pues HwanWoong le daba la espalda y sólo narraba para KiWook.

— Pero, cuándo salió del mar, no sabía a dónde ir. Empezó a caminar por la playa, buscando algún amigo, pero entonces-...

— HwanWoong... —llamó, DongJu.

El mencionado volteó.

— ¿Puedes contar el cuento para mí también? —pidió, el menor.

HwanWoong asintió, acomodando el banquito de manera en que no le diera la espalda a DongJu.

— Bueno, decía; pero entonces la estrella se encontró con un...

— ¡Un perrito! —dijo, DongJu, alegre.

— Se encontró con un perrito. —dijo, HwanWoong.— El perrito era bueno y se hicieron amigos. La estrellita era muy lenta, así que viajaba pegada a la espalda del perrito...

El cuento continuó.

Los niños estaban alegres con ello, HwanWoong era muy bueno para inventar cuentos.

Al terminar el cuento, HwanWoong cobijó bien a KiWook y dejó un besito en su frente.

— ¿Puedo? —preguntó, Yeo, a DongJu, haciendo referencia al si quería que lo arropara.

— Sí, ¿pero puedes dejar un besito en mi frente también? —preguntó.

HwanWoong asintió y lo hizo.

DongJu se sintió protegido en ese momento, pero -sobre todo- querido.

Los dos se quedaron dormidos al poco rato.