13 | ¿Dónde Estás?

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I0:00 PM.

KiWook se levantó llorando, había tenido otra pesadilla.

— HwanWoong... —sollozó diciendo su nombre completo.

Finalmente lo había logrado. Finalmente había dicho su nombre.

Salió de su habitación y fue a la oficina de su padre, donde éste se encontraba trabajando.

Abrió la puerta y asomó su cabeza, YoungJo ni siquiera despegó su mirada de su computadora.

El menor entró abrazando su tortuguita de felpa.

— Vuelve a la cama. —habló sin siquiera mirarlo.

KiWook se acercó a su padre, tirando de su saco, para que viera las señas que haría y se pudiera comunicar con él.

YoungJo volteó.

"Tuve una pesadilla. ¿Puedes contarme un cuento?"

— Ya estás muy grande cómo para llorar por una pesadilla. —dijo, su padre.— Eres un niño grande, tienes 6 años.

"Pero no puedo dormir, tengo miedo. Por favor."

— Regresa a la cama ahora. Es una orden. —dijo volviendo su mirada a la computadora.

Pero KiWook lo seguía llamando.

— Basta.

De nuevo, KiWook insistía.

— Basta.

KiWook llamó nuevamente.

— ¡Basta! —gritó enojado, a lo que el niño retrocedió asustado.— Ve a tu habitación. ¡Ahora! —exclamó enojado.

El pequeño niño formó un puchero de llanto.

— T... Te... Te.... —KiWook le aventó su amado peluche.— ¡Te odio! —gritó.

Se fue llorando mientras corría de nuevo a su habitación.

YoungJo soltó un suspiro pesado, mirando la tortuguita.

Echó su cabello hacia atrás y siguió trabajando.

Por la mañana hablaría con él... Tal vez.

( . . . )

I 2:25 AM.

Uno de los menores se levantó de la cama, miró al reloj, y supuso que era una buena hora.

Empezó a cambiarse, buscando un suéter y una chamarra que lo abrigara, pues sabía que hacía frío.

Su idea era ir a buscar a HwanWoong y, si no aceptaba regresar, quería quedarse con él.

Se puso un gorrito y unos guantes.

Sacó las cosas de su mochila y metió una foto de él
junto a HwanWoong. Hace tiempo que se la habían tomado y Yeo se la había dado.

También guardó otro gorro, que en realidad era de KeonHee, y una libreta junto a un color.

Subió a su cama y puso unas almohadas que fueron cubiertas por su sábana.

Después se puso unos tenis.

Posteriormente, bajó a la cocina y guardó cinco galletas, un sandwich, y un juguito de uva.

Finalmente se dirigió a la puerta.

Abrió la puerta y miró primero al interior de su casa.

Hasta que finalmente salió.

( . . . )

— Niños, despierten. —llamó, SooBin.

Los niños asintieron, pero no decían nada, no tenían ganas de absolutamente nada.

no te acerques a papá. ㅡ youngwoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora