no te acerques a papá. ㅡ youngwoong

10 | Desayuno Divertido

YeonJun soltó un estornudo más.

Se encontraba lavando algunos platos.

La noche anterior, YoungJo había organizado una cena en su casa con algunos compañeros de trabajo por la gran venta que había tenido últimamente.

YeonJun se tuvo que quedar hasta que se fueran todos y tuvo que levantarse muy temprano para limpiar todo lo de la noche anterior, pero no se sentía bien. Tampoco había dormido mucho y, desde el día anterior por la mañana, no había comido algo.

— Ya deja eso, te ayudaré. —dijo, SooBin, mirándolo.— ¿Desde qué hora estás aquí? Te dije que yo lo haría.

— Yo puedo hacerlo... —respondió secando sus manos.

YeonJun sirvió el desayuno de YoungJo y lo puso sobre la mesa, después siguió con los trastes.

— Buen día. —saludó, YoungJo, a lo que los otros dos respondieron.

— YeonJun. —llamó, Kim.

El mencionado volteó.

— Nuevamente, algunos compañeros vendrán mañana por la noche. Necesito que prepares un menú y me lo presentes por la noche para dar mi autorización al mismo. —indicó.

— Sí, señor. —respondió, a lo que SooBin no estaba de acuerdo.

( . . . )

— Binnie tiene razón. Te ves muy mal. —dijo, Yeo, mirándolo.

— Es mi trabajo, soy el cocinero, para eso me pagan. —respondió volteando a verlo.

— Primero es tu salud. Ve a descansar, yo me puedo encargar de esto. —respondió, HwanWoong, con una sonrisa.

— Aún tengo que preparar el menú para el señor Kim. —dijo en protesta.

— Entonces lo harás, pero en tu habitación. Sólo lo
planearas. —dijo, SooBin.— Tal vez mañana estés mejor.

— Y yo me encargaré de hacer lo que tu plantees para el
menú del señor Kim. —habló, HwanWoong.

YeonJun los miraba a ambos de manera indecisa.

— ¿Están seguros? —preguntó mirándolos.

— Ven, vamos. —dijo, SooBin.

— No... ¿Y si llega el señor y no me encuentra trabajando? —preguntó desesperado mientras SooBin lo llevaba a su habitación.

— Eso es lo menos que podría pasar. —respondió, SooBin.

( . . . )

Yeo entró a la habitación de los niños menores.

— Niños, despierten. —Ilamó, HwanWoong, quien empezó a abrir las ventanas, dejando entrar la luz del sol.

— Woongie... —llamó somnoliento, KiWook, mientras se tallaba los ojitos.

El más pequeño de los hermanos también se levantó, más dormido que despierto.

— Despierten. —llamó nuevamente con una sonrisa.

— Estoy despierto... Estoy despierto. —dijo, DongJu, intentando abrir los ojos.

— Vamos, hoy haremos algo muy divertido. —dijo, HwanWoong, a los niños.

— Yo no quiero. —dijo, KeonHee, enojado.

— Entonces puedes seguir durmiendo. —respondió, Yeo, con amabilidad.

DongJu y KiWook le siguieron el paso al mayor.

KeonHee se volvió a acostar.

Yeo entró a la habitación de SeoHo y GeonHak.

— Niños, arriba, hora de despertar. —Ilamó mientras abría las cortinas, dejando entrar la luz del sol.

Los dos niños se despertaron, tapando sus ojos por la luz.

— HwanWoong dijo que haríamos algo divertido. —dijo, DongJu.

Los niños se interesaron y se levantaron.

( . . . )

— ¿Cocinar? —preguntó, el mayor de los niños.— ¿Esta es tu actividad divertida?

— ¿Ustedes saben cocinar? —preguntó.

Los otros negaron.

— Pues hoy me van a ayudar con eso y va a ser muy divertido. —dijo guiñándoles un ojo.

KiWook preguntó por YeonJun.

— Está enfermo, por eso nosotros le vamos a ayudar. —respondió, HwanWoong.

Yeo decidió qué harían panqueques para el desayuno.

Resumiendo todo, éste desayuno terminó en una guerra de harina. Los niños se lanzaban la harina entre sí y también contra HwanWoong, quien también les lanzaba.

— Ahora nosotros somos el desayuno. —dijo, DongJu, riendo.

— Tienes razón, ¡y yo me los voy a comer a todos ustedes! —gritó empezando a perseguirlos.

Los niños empezaron a correr de HwanWoong, quien simulaba ser un monstruo que se los quería comer.

( . . . )

Mientras tanto, en la habitación, había alguien no muy feliz por la situación.

Sí, ese alguien era KeonHee.

Tomó su iPad y decidió buscar el nombre de HwanWoong.

Todos tenemos un pasado oscuro, algunos más que otros, y HwanWoong no podía ser tan blanco cómo se veía...

- y vaya sorpresa la que se encontró.