no te acerques a papá. ㅡ youngwoong

18 | Un Nuevo Comienzo

HwanWoong despertó al sentir un vacío en la cama.

Faltaba KiWook.

Se levantó un tanto adormilado. Sabía que KiWook a veces se levantaba al momento de despertarse y se ponía a caminar por un rato, hasta que le volvía a dar sueño y se quedaba dormido justo dónde se quedaba, así fuera en el suelo.

Pero se escuchaba una voz, era una voz poco conocida para él.

— Ya te dije mi nombre, ¿tú cómo te llamas?

HwanWoong se detuvo.

— Je-Jeong. Oh, ese es tu nombre, me gusta.

— ¿Hola? —Ilamó, HwanWoong.

— Oye... No seas así... No hagas eso... Oye... —y se escuchaban pequeñas risitas.

HwanWoong entró a la sala y grande fue su sorpresa.

— Entonces te gusta lamer a la gente por diversión ¿eh?... Supongo que sí, porque te ves alegre... ¿Te digo algo? Yo nunca he tenido un perro, ¿quieres venir conmigo?... Bueno, eres del amigo de HwanWoong, tal vez le pida a mi papá un perro como tú...

Retrocedió, casi tirando algunas cosas.

— ¡HwanWoong! —gritó alegre y volteando a verlo.

HwanWoong se desmayó.

( . . . )

— ¿Pero cómo hablaste? —preguntó, SeoHo, tomando el rostro de su hermano mientras lo inspeccionaba.

— Por tu culpa. —respondió, el menor.— Me estabas apretando muy fuerte y te intenté hacer a un lado, pero tú no me soltabas-...

— ¡Te estaba abrazando! —reclamó.

— Déjalo terminar. —dijo, Yeo, acariciando un poco su cabello.

— No sé cómo lo hice, pero dije, "SeoHo, hazte a un lado"... Entonces no sé que hice... Después empecé a decir algunas cosas que se me ocurrían, pero ustedes no me hicieron caso, así que fui a buscar a tu amigo, pero también estaba dormido. Entonces encontré a Jeong. —dijo, KiWook, señalando al cachorro.

— Pero te estaba abrazando. —volvió a decir, el mayor de los niños.

— Pues me apretaste muy feo. —reclamó.

— No es cierto.

— Sí es cierto.

— Que no.

— Que sí.

— Que no.

— Que sí.

— ¿Por qué no mejor terminan su desayuno? Hay algunas
personitas más que mueren por volver a verte. —dijo, HwanWoong.

( . . . )

Aquel día, YoungJo estaba en casa.

Estaba haciendo un trabajo en su computadora, mientras que sus hijos jugaban a armar un rompecabezas en uno de los sillones.

Llamaron a la puerta y SooBin fue a abrir.

— ¡SooBin! —gritó, KiWook.

Los otros niños sintieron una extraña sensación de curiosidad y un gran presentimiento.

SooBin lo cargó, dándole una vuelta.

— ¡Wookki! —gritó, GeonHak, al ver a su hermano.

Los tres se levantaron y se fueron corriendo con su hermano.