Pasan las semanas y Adam prefiere seguir ocultándole la verdad a Grace, quiere esperar un poco, investigar más y encontrar a sus abuelos. Yo decidí apoyarlo, no es algo fácil de revelar, no me imagino la batalla que se libra en su cabeza.
Lo único que puede inquietarme debes en cuando, es el hecho de no saber aún la identidad del hombre que se apareció en la editorial aquella noche. No hay videos, no hay evidencia de nada, nadie lo vio entrar, ni mucho menos salir. Pero tengo mis sospechas de que Adam sabe algo y no quiere decirme, está intentando protegerme de algo o tal vez alguien.
Es sábado y me levanto temprano, quiero prepararles el desayuno a todos. Busco recetas en internet y encuentro una de croissants rellenos de mantequilla y mermelada; pongo pan en el tostador, preparo salsa napolitana que está para morirse y jugo de naranja. Meto los croissants al horno y mientras, decido hacerle una video llamada a mi papá, hace mucho que no hablamos.
- ¡Samantha! –Me saluda sorprendido, y no lo culpo, lo he dejado bastante olvidado.
Le sonrío -Papi ¿Cómo estás?
-Bien, hija ¿Y tú? ¿Dónde estás?
¡Mierda!
-Pa... -Tomo aire. –Hay algo que debo decirte...
-Tú dirás, pequeña.
-Tengo novio. –Suelto.
Sonríe. –Mi amor, eso ya lo sabía, la única cosa que haría que dejaras de llamarnos a diario, es que tengas a alguien muy importante ocupando tu tiempo. –Dice relajado.
-Siento no haberte dicho antes. –Me disculpo.
-Descuida. El tipo debe ser un buen partido ¿Estás en su casa?
-Si. –Reprimo una sonrisa. –Vivo aquí desde hace unos meses. –Confieso.
Me observa sorprendido. -Van algo rápido ¿No? A ver... ¿Y cómo se llama el hombre?
-Adam. Resultó ser amigo de Nico.
-Es decir que tu hermano está al tanto de todo.
-Sí, al principio, fue difícil, Adam no sabía que era hermana de Nico, ni yo que ellos se conocían.
-Nico te cuida demasiado, siempre te ha tratado como una princesa indefensa. Lo que no sabe, es que tú eres más fuerte y más astuta que él.
- ¿De verdad crees eso?
-Por supuesto, yo te crie. Sé quién eres, mi cielo.
Sus palabras llegan a los más profundo de mi corazón. –Gracias, papi. Te amo.
-Y yo a ti, hija. –Sonríe. - ¿Y usted, no se va a presentar? –Pregunta mi papá provocando que yo frunza el ceño.
-Por supuesto, señor. –Doy un respingo al darme cuenta de que Adam estuvo todo este tiempo tras de mí.
-Tranquila, nena. –Besa mi frente.
Me quita el celular y se aleja mientras habla con mi padre. Mi corazón late a velocidades peligrosas, podrías darme un ataque cardíaco en cualquier momento. Pero me tranquilizo al oírlos reír. Cuando cuelga, me rodea con sus brazos y besa mi cuello.
-Huele delicioso. –Señala.
Sonrío. –Siéntate.
Le sirvo varias rebanadas de pan tostado con la maravillosa salsa. Devora todo en un santiamén, definitivamente este hombre no se sacia jamás, y si, también hablo del sexo. Señala el horno. - ¿Ahí que hay?

ESTÁS LEYENDO
No te esperaba
RomanceSamantha Alfonso, se muda a Nueva York para cumplir su mas grande sueño, ser editora. Pero de repente su carrera deja ser lo más importante para ella; se tropieza con Adam Graham, un hombre sexy, inteligente y escandalosamente rico. Pone su mundo de...