Capítulo 17

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Llevo dos meses, sí, dos meses en su casa, ya he acepto el hecho de que vivimos juntos. Jamás imaginé que alguien pudiera hacerme sentir tan viva, no quiero separarme de él ni un solo segundo; en ocasiones es algo posesivo y sobreprotector, pero ya hasta gracia me hace su mal genio, suelo hacer una que otra travesura para molestarlo, me encanta ver su ceño fruncido cuando algo no le parece. He descubierto que está un poquito obsesionado con Maroon 5, los oye cada vez que puede, ya me acostumbré a oírlo cantar sus canciones a cada momento; es una lástima que haya decidido ser arquitecto y no cantante, su voz es maravillosa, mi piel se eriza cada vez que canta en mi oído.

Por otro lado, Grace y yo nos hemos vuelto muy cercanas, hemos ido de compras dos veces, bueno ella ha ido de compras, a mi casi se me salen los ojos al ver los precios en las tiendas a las que me ha llevado. Siempre sonrío y le digo que no necesito nada, su hermano ya se encargó de comprarme muchas cosas. 

    Con respecto a las chicas, bueno, me ha costado verlas a los ojos después de que vi lo que vi. No las juzgo, quizás estaba sorprendida al principio, pero son mis amigas y no me molestaré con ellas por ocultarme eso, es su vida privada y asi debe permanecer. 

    Hoy, martes, le escribo a Abby para que nos encontremos en Aroma y café con Beth.
La llevamos la semana pasada y se volvió loca con la comida y con Matt, sé que salieron el fin de semana, eso me dejó… Bastante sorprendida. No es que haya pensado que fuera lesbiana, es solo que no me imaginé que quisiera a tener citas después del idiota de Jake.

       A las doce, concluyo de organizar citas con algunos autores y envío los detalles a Leopold, quien, por cierto, se ha portado de manera excelente conmigo, a Adam no le quedó más que aceptar el hecho de que es mi amigo y nada más. Tengo mucho que agradecerle a Leo y no puedo evitar sentir pena por él, su madre ha estado muy grave en la última semana, me duele verlo sufrir, pero sé que lo único que puedo hacer, es estar en la editorial cuando él no esté y hacer el trabajo de ambos, que hasta ahora no ha supuesto un problema mayor para mí. 

    Voy hasta la mesa de Beth y sonrío al encontrarla distraída oyendo música, con los pies sobre su escritorio.  Me inclino cerca de su oído y a la vez que tiro del audífono, grito.

- ¡Beth!  -Salta de su silla y cae de culo al suelo, comienzo a reír escandalosamente y todos nuestros compañeros al verla en tirada en el piso, también ríen.

-Por fin alguien te puso en tu lugar, Pearce. –Dice Gabe, uno de los asistentes. –Algún día me vengaré por haber aflojado las ruedas de mi silla. –Le amenaza.

Mi amiga le pone mala cara y luego me mira.

- ¿Estás loca? ¿Quieres provocarme un infarto? –Gruñe.  Rio y la ayudo a ponerse de pie.

    Encontramos a Abby vestida muy sencilla, jeans rotos mega ajustados, camiseta blanca de algodón, converse negras y lentes de sol a lo John Lennon. Su melena rubia está algo desordenada, se ve radiante.

- ¿Ya ordenaste? –Le pregunta Beth mientras nos sentamos.

-Esperaba por ustedes. –Responden tras de mí.  Echo mi cabeza hacia atrás y veo a Matt. Frunzo el ceño y me giro para observarlo mejor. Va con jeans rotos y camiseta blanca. Nos regala una sonrisa.

-Es que ya hasta se visten igual. –Comento con tono burlón.  Abby alza las cejas y se mira su propio atuendo.

–Eso fue solo casualidad. 

     Matías sonríe, se sienta a mi lado y me pregunta por el trabajo.

-Excelente. Dentro de poco, será la nueva editora en jefe y dejará a Christian sin empleo. –Responde Beth.

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