Adam
Termina de ducharse y sale, con su cuerpo goteando por el piso. Toma una toalla y se seca el cuerpo con pequeños toques. Entro en la bañera sin aparatar la vista de su cuerpo. Se pone la crema corporal que compré para ella y se toma su tiempo en las piernas y los pechos, esos que tanto me encantan morder y tocar. Noto sus labios moverse, pero no oigo nada. Solo la veo con la vista fija en su botella de shampoo detenidamente.
- ¿Disculpa? -La observo confundido.
- ¿Cómo sabías exactamente que marca de shampoo uso? –Repite
. -Ah, eso… Digamos que curiosee un poco entre tus cosas, cuando me encerraste en el baño, en Malibú.
Asiente, comienza a secarse el pelo con el secador y cuando termina sale desnuda del baño. Sigo sus ardientes curvas con la mirada ¡Qué hermosa es!
Sam
Encuentro un vestido dorado precioso en el armario, se ve algo ajustado, pero seguro que me servirá. Tomo unos Jimmy Choo color rojo y el neceser del maquillaje. Me envuelvo en una bata de dormir, agarro mi IPhone y salgo corriendo de la habitación antes de que Adam note que me estoy yendo a otro cuatro.
Entro en la habitación contigua y cierro. Encuentro el interruptor de la luz y me quedo de piedra al ver a Grace sobre la cama y con el rostro hacia la ventana. Olvidé que se quedaría aquí, que tonta soy. Me pongo los ojos en blanco a mí misma y tomo el cerrojo de la puerta.
- ¿Qué haces aquí, Adam? –Pregunta con voz quebrada.
¡Mierda! Está llorando. Suspiro y doy un paso hacia la cama. Quizás me arrepienta de esto, pero no puedo dejarla sola en este estado.
-No soy Adam… ¿Estás bien? –Qué pregunta más estúpida acabo de hacer. Se incorpora sobre la cama y me mira con furia. Tiene el maquillaje corrido y el pelo revuelto. Seguro que ha llorado por horas.
- ¿Qué haces aquí? –Suelta.
-Yo… -Tomo aire y me acerco a su cama. - ¿Te sucede algo?
-No te importa. –Me da la espalda. –Te agradecería que te vayas. -Decido ignorar lo último, dejo mis cosas en la cama y pongo mi mano sobre su hombro. Se pone tensa al instante.
-Yo también fui adolescente ¿Sabes? –Se relaja y me mira, tiene unos hermosos ojos azules, pero se ven tristes y apagados.
–Puedes confiar en mí. Claro. –Sonríe con amargura. - ¿Para que vayas corriendo a decirle a Adam cualquier cosa que te cuente?
Frunzo los labios y niego con la cabeza. -Si no quieres hablar, lo entiendo, pero sé que hay momentos en los que necesitamos un abrazo. A tu edad muchas veces necesité uno y no tuve una amiga que me lo diera. – Digo con sinceridad.
Me observa seria por un par de segundos y de repente, se lanza a mis brazos y rompe a llorar desconsoladamente. Cierro mis brazos alrededor de ella y acaricio su espalda.
-Yo… -Sorbe por su nariz. –Yo soy mala.
-No nena, no lo eres. –Me separo de ella y seco sus lágrimas. –A tu edad se cometen muchos errores, pero de ellos se aprende, preciosa.
-A mi papá no le importo, y Adam, no hace más que reprocharme lo que hago. - Me siento sobre la cama.
–No conozco a tu padre, pero sé que Adam se preocupa mucho por ti.
Se abraza las piernas y apoya el mentón en las rodillas.
-El… Solo me hiere con sus palabras. Vale, eso es cierto, no suele tener mucho tacto. -En ocasiones también me ha hecho sentir mal. –Confieso. –Puede llegar a ser muy brusco.

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No te esperaba
RomanceSamantha Alfonso, se muda a Nueva York para cumplir su mas grande sueño, ser editora. Pero de repente su carrera deja ser lo más importante para ella; se tropieza con Adam Graham, un hombre sexy, inteligente y escandalosamente rico. Pone su mundo de...