Me despierto a las 6:25am. Me doy una larga ducha de agua caliente y me seco el cabello con el secador, consigo que quede ondulado y lo dejo suelto. Pensando en Adam, elijo un par de jeans ajustados, lo combino con un top ajustado rojo y zapatos blancos de tacón.
A las 7:30, recibo un mensaje de Adam; me espera en la puerta del edificio. Salgo rápidamente y lo veo, lleva un espectacular traje negro, que seguro es hecho a medida, una camisa azul eléctrico y corbata negra.
-Buenos días, preciosa. –Besa dulcemente mis labios mientras me rodea con sus brazos. Así que jeans ¿Eh?
Asiento, me alejo un poco y doy una vuelta bajo su atenta mirada.
-Estás hermosa, nena. –Me besa de nuevo.
- ¿Qué tal dormiste? –Pregunto.
-Excelente, soñando contigo. –Susurra esto último en mi oído.
Una risita tonta se me escapa.
-Buenos días, Mark. –Lo saludo cuando nos abre la puerta trasera de un Lincoln negro.
-Buenos días, señorita. –Responde.
¿Cómo que señorita? Estoy casi cien por ciento segura de que eso fue por Adam.
-Así que, soñando conmigo. –Digo cuando estamos en marcha.
Una sonrisa aparece en sus labios. Me abraza con fuerza, hunde el rostro en pelo e inhala, eso me hace cosquillas.
- ¿Qué haces?
-Hueles a miel y fresas. –Murmura.
-Es mi champú. –Le informo.
-Pues... Me encanta. –Deposita un beso en mi cuello.
-Adam... –Jadeo con los ojos cerrados. –Para, por favor. –Le ruego recordando a Mark.
Se aleja resoplando y entrelaza nuestras manos.
-No puedo mantener mis manos alejadas de ti.
Sonrío y rozo mi nariz contra la suya.
- ¿Quieres ir esta noche a mi casa? –Pregunto. –Podríamos pasar la noche juntos. –Sugiero.
Me observa de reojo y sonríe. Amo verlo sonreír.
- ¿Y si antes pasamos a un restaurante? Podemos ir después del trabajo.
Me deja un par de cuadras antes de llegar a la empresa, después de suplicárselo, no quiero darles de que hablar a los demás, me gusta tener privacidad.
Camino hasta Aroma y café y compro un sándwich. No veo a Matt hoy, solo a Vicky, llevo cuatro deliciosos brownies, se me ocurre llevarle dos a Adam y antes de ir a su piso, le escribo un mensaje a Leo para avisar que llegaré un poco tarde.
Al llegar, Eva me regala una sonrisa.
Abro las puertas de su despacho y lo veo sentado, con la mirada perdida en su ordenador. Alza la mirada. Al abrir la cajita y ver lo que hay dentro, me acerca a él y me besa.
-Eres hermosa.
Me como dos brownies y lo dejo devorando el resto como un niño.
En la editorial voy directo al despacho de Leo. –Hola. –Saludo mientras tomo asiento
-Hola, cielo. –Sonríe.
Alzo ambas cejas ¿Cielo? ¿Desde cuándo me llama asi? Me remuevo incómoda en la silla.

ESTÁS LEYENDO
No te esperaba
RomanceSamantha Alfonso, se muda a Nueva York para cumplir su mas grande sueño, ser editora. Pero de repente su carrera deja ser lo más importante para ella; se tropieza con Adam Graham, un hombre sexy, inteligente y escandalosamente rico. Pone su mundo de...