Capítulo 7

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Abro los ojos y noto el pecho de alguien bajo mi rostro ¡Mierda! ¿Qué hice? ¡¿Con quién demonios me acosté?! Levanto mi cabeza y me sacude un fuerte dolor ¿Cuánto bebí? Miro al hombre a mi lado y quedo boquiabierta al ver a Adam profundamente dormido.

¡Mierda!

Comienza a moverse y abre los ojos perezosamente.

-Buenos días... Te ves hermosa. –Me regala una sonrisa ladeada.

¿Hermosa? Debo tener el pelo revuelto y la cara pálida.

- ¿Cómo te sientes? –Me acaricia el rostro con ternura. Y por primera vez noto un anillo en el dedo meñique de su mano izquierda. Lo observo con el ceño fruncido y jugueteo con el dándole vueltas.

Retira la mano como si no pudiera soportar que lo tocase.

-Me duele la cabeza. –Me paso una mano por el pelo y cierro los ojos. –Adam ¿Tú y yo...?

Sonríe y niega con la cabeza. –No sucedió nada, descuida. –Se sienta y me acaricia el rostro. –Solo dormimos, jamás me aprovecharía de ti.

- ¿De verdad? –Pregunto.

-Te lo prometo. –Me besa dulcemente en los labios.

Recuerdo donde estamos y me pongo incómoda. –Nico podría entrar.

-Descuida, no sabe que estoy aquí, cerré mi habitación con llave y tu puerta también, no sabrá que dormimos juntos.

Asiento. –Debo ir al baño. –Salgo de la cama.

- ¿Nena? –Me llama.

- ¿Si?

- ¿No recuerdas nada?

Doy media vuelta y lo observo. –No lo sé, algunas cosas creo... ¿Hay algo que deba saber? –Elevo las cejas.

-No, nada. –Sonríe.

Algo me ocultas, Graham.

Sale de la cama y recoge su ropa del sillón, mientras yo me deleito de su escultural cuerpo ¡Por Gideon Cross y Christian Grey! El David de Miguel Ángel se quedaría pequeño a su lado. Nota que lo estoy observando y me dedica una sonrisa seductora.

- ¿Recreándote con la vista? –Pregunta divertido. –Sé que estoy increíblemente bueno, pero estás comenzando a intimidarme. Te denunciaré por acoso.

Pongo los ojos en blanco y le hago un mohín nada agradable.

- ¿Se puede ser más presuntuoso? –Alzo las manos.

Deja escapar una carcajada y sale disparado en mi dirección. Me toma en sus brazos y me acuesta en la cama atrapándome bajo su cuerpo.

-Yo también quiero recrearme con tu cuerpo. –Me acaricia la pierna y continúa ascendiendo hasta posar la mano en mi pecho.

Los músculos de mi vientre se contraen ante las caricias de sus manos.

-Tu piel es muy suave. –Deposita un reguero de besos en mi cuello.

Arqueo mi espalda para darle mayor acceso. Sus labios suaves, cálidos y ágiles descienden hasta mis pechos, mete su mano bajo mi espalda y en un solo movimiento libera mis senos. Los masajea, muerde y se deleita con ellos. Regresa a mis labios y me besa con premura.

-Me encantan. Son preciosos. Traza círculos con el dedo sobre mi pezón.

Empujo mi pelvis contra la suya y siento su creciente erección. - ¡Oh Dios! –Jadeo.

Desesperada, llevo mis manos a su espalada y la recorro hasta su trasero firme. Lo empujo con mis manos y muevo las caderas descaradamente. Un sexy gruñido escapa de su garganta.

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