- ¿Me dirás qué te pasa? –Pregunta Matt.
Sacudo la cabeza y me cubro la cara con la sabana. Lo oigo resoplar. Se sienta sobre la cama y tira de la sabana hasta descubrir mi rostro.
-Sam, vos me llamás en medio de la noche, llorando, venís a mi casa ¿Y luego no querés decirme que pasa? –Alza las cejas.
Lo miro y no puedo evitar que más lágrimas escapen de mis ojos.
-Yo… ¿Qué le digo? ¡Ah, ya sé! Adam me puso los cuernos y estoy esperando un hijo suyo… ¡Ah! Y también me robé su auto. ¡Oh por Dios! ¿En serio me lo robé?
- ¿Tú qué? –Matt me regresa a la realidad. Seco las lágrimas y permito que me rodee con sus brazos.
-Me engañó, Matt. –Suspiro. –Y estoy embarazada. –Lo digo tan rápido que temo que no me haya escuchado y me haga repetirlo.
Se separa lentamente de mí y me observa como jamás creí que lo ha haría. Tristeza, eso es lo que refleja su mirada. Le duele que yo esté esperando un hijo de Adam, y le duele porque me ama. No hacen falta palabras, por primera vez, lo veo claramente en sus ojos. ¿Cómo pude ser tan estúpida como para no darme cuenta?
-No debí venir aquí. –Salgo de la cama y busco mis zapatos.
-No, Samantha, espera. –Intenta detenerme. –Entendéme, me tomaste desprevenido.
-No Matías, fue un error, no debí involucrarte precisamente a ti en todo esto, no lo mereces. –Me calzo las converse y las ato como puedo.
- ¿Qué harás? –Inquiere preocupado.
-Primero, buscar un nuevo trabajo, no puedo seguir ahí. Aunque será difícil en mi estado. –Frunzo los labios.
-No creo que te despida. Además, amás tu trabajo.
Me encojo de hombros. –No quiero verlo, no lo quiero cerca de mí, ni de mi hijo. Y renunciar, es el primer paso para sacarlo de mi vida para siempre. Le agradezco a Matt por dejarme pasar la noche en su casa y subo al Lancer.
Conduzco hasta el ático negándome a llorar más. Por mi bebé saldré adelante. Llevo una mano a mi vientre.Aquí está mamá, mi cielo. Prometo cuidar de ti, aunque tenga que hacerlo yo sola.
Voy al corporativo para presentar mi renuncia, pero ni siquiera me da tiempo de llegar al despacho de Leo, porque Christian y Beth me encierran en el despacho del primero. Luego de varios minutos, Christian decide hablar.
-Sam, cuando Adam llegó a su casa luego de la cena, notó que no estabas y se puso como loco. –Se pasa las manos por el pelo. –Salió a buscarte y… -No continúa, un par de lágrimas escapan de sus ojos y Beth acaricia su espalda. Jamás lo vi así, siempre me ha parecido tan fuerte. Un sentimiento de terror se apodera de mí.
- ¡Por amor de Dios! ¿Qué pasa? –Los miro a ambos, pero permanecen en silencio.
– Hablen. –Exijo. Él niega con la cabeza y se cubre el rostro con ambas manos. En un gesto de desesperación, lo tomo de las muñecas y lo sacudo. - ¡¿Qué coño está pasando?! –Grito desesperada
-Tuvo un accidente, encontraron su auto en llamas.
Nada en la vida, podría haberme preparado para oír eso.
-Falleció, Sam. –Culmina Beth. Lo último que recuerdo, es sentirlos a ambos sujetando mi cuerpo.
***
Oigo voces, pero son tan lejanas que no consigo entender lo que dicen. Intento abrir los ojos, pero me pesan demasiado, cuando consigo abrirlos, un fuerte dolor de cabeza se apodera de mí. A la primera persona que veo es a Nico. Se acerca rápidamente y me besa la frente.
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No te esperaba
RomantizmSamantha Alfonso, se muda a Nueva York para cumplir su mas grande sueño, ser editora. Pero de repente su carrera deja ser lo más importante para ella; se tropieza con Adam Graham, un hombre sexy, inteligente y escandalosamente rico. Pone su mundo de...