Capitulo 10.

101 7 0
                                    

No paro de recordar la situación de ayer con Jake. Menos mal que no me besó. Si lo hubiera hecho no sabría como actuar con el a partir de ahora. A veces me evado de mis pensamientos dibujando, escuchando música, etc. Diría saliendo con mis amigos por algún lado de esta ciudad pero esque últimamente llueve, pero hace calor.

Llevo un rato con los cascos en las orejas, escuchando música y dibujando labios y ojos. Hoy me llegó la inspiración para dibujar eso pero seguramente que mañana me llegará la inspiración para otra cosa. Cuando se me ilumina la mente tengo que plasmar en el papel lo que ésta me pide o derrocharé una oportunidad para crear algo que quizás llegue a ser importante.

De repente oigo el sonido del teléfono de casa. Me quito los cascos y me levanto del escritorio para ir a por el teléfono ya que mi madre está limpiando y posiblemente no pueda atenter a quien está llamando.

Antes de posar mi pie izquierdo en el primer escalón para bajar las escaleras oigo como mi madre responde al teléfono. Al principio hablaba relajada pero a medida que avanzaba la conversación mi madre hablaba mas cortante y seria. Lo único que pude escuchar de mi madre fue "pero si estaba bien" " no me lo puedo creer" "enseguida vamos para allí"

¿Enseguida vamos para allí? ¿Quienes? ¿Que ha pasado? ¿A donde hay que ir?

Continúo bajando las escaleras para llegar a donde esta mi madre que está en shock mirando al teléfono.

- ¿Que pasa mamá? ¿Esta todo bien?- pregunto esperando una respuesta, pero no la recibo. Le pongo una mano en la espalda para acariciarsela y apoyarla aunque no sepa que le pasa.

De repente, se gira para mirarme a los ojos y me coje por los hombros. Me mira seria.

- Tu hermana ha empeorado. Tenemos que ir de inmediato así que vistete y vamos hacia el hospital.- me dice con los ojos llenos de lágrimas.

Al decirme eso, mis ojos también se llenan de lágrimas y empiezo a pensar en que no es sólo anemia lo que tiene. Pero salgo pronto de mis pensamientos para correr a mi habitación a vestirme.

Me pongo unos jeans con un jersey negro corto y unas deportivas también negras. Me hago una trenza de raíz que va de un lado al otro de la cabeza en un momento y diez minutos después estoy abajo cojiendo la chaqueta y saliendo por la puerta de casa con mi madre para ir al coche.

Durante el trayecto ninguna de las dos decimos nada. Ambas tenemos los ojos llorosos aunque contenemos las lágrimas porque sabemos que si empezamos a llorar, no conseguiremos parar.

Los cristales del coche están empañados y aprovecho para escribir algo: Susan. Sí, lo se, es algo cursi pero prefiero eso a llorar y no parar.

Llegamos al parking y mi madre aparca el coche lo mas rápido que puede. Entramos a toda prisa en el hospital y nos dirijimos a la habitación 159 que es donde está Susan ingresada.

Hay mucha gente. Demasiada gente. Dos enfermeras, tres médicos, una señora de la limpieza y mi madre y yo. Las enfermeras discuten algo con los médicos mientras la limpiadora limpa el baño y mi madre y yo les miramos con cara de enfado ya que no nos permiten ver a Susan. Están justo en el medio. Esto es una vergüenza.

Pasaron apenas cinco minutos cuando mi madre pierde la paciencia y les pide amablemente que se quiten del medio para poder ver a su hija. Y así lo hacen, pero estoy segura de que si no lo llegan a hacer mi madre habría dejado de ser tan amable.

Nos adelantamos hasta la única camilla de la sala y se nos saltaron las lágrimas. Ahí está. Con su cara rosada y morena cambiada por el actual rostro paliducho, su enorme sonrisa arrastrada hacia abajo, su bellísima nariz con dos tubos que sobresalen de ella, sus preciosos y grandes ojos cerrados, y una maquina pitando a su lado.

Los médicos siguen discutiendo de no se sabe qué ya que hablan con una jerga distinta a la nuestra.

- Disculpen. ¿Me pueden decir porque mi hija a empeorado?- pregunta mi madre tras unos minutos.

- Si, por supuesto. Ahora vendrá la otra enfermera y de lo explicará todo.- responde uno de los médicos antes de irse con los demás.

La enfermera llega toda apurada a los diez minutos de marchar los médicos. Examina a mi hermana que sigue dormida -o eso creo- y se dirige a nosotras.

- Siento deciroslo pero está muy grave. Las pruebas no sirvieron y aún no sabemos lo que tiene. Nunca lo habíamos visto antes. Al principio pensamos que sería anemia pero a medida que pasan los días no mejora a pesar de que esta bien alimentada e hidratada.- nos aclara la enfermera mirando sus diagnósticos.

- ¿Entonces no se sabe que es lo que tiene?- pregunta impaciente mi madre.

- No, por ahora. Este caso nunca lo habíamos tratado antes de modo que están trabajando en ello para encontrar una solución y una cura lo antes posible.- nos dice otra vez tratando de tranquilizar a mi madre.- Si me disculpan tengo que irme pero enseguida volveré para ver como esta todo.

- Gracias.- respondo mientras ayudo a mi madre a sentarse en una butaca.

---------------

Estuvimos dos horas y media mas o menos hasta que llegó otra vez la enfermera - Marilyn - que nos había atendido antes. Tiene una cara aún menos amigable que la que tenia hace dos horas.

- Han reestudiado las pruebas y aunque todavía no es nada seguro, se cree que puede estar creciendo en ella una nueva bacteria que hasta ahora era desconocida para nosotros.- hace una pausa para respirar profundo, pero se nos hace larga.

- ¿Pero se pondrá bien?- respondo ansiosa porque me diga que si.

- No existe ninguna cura para esta nueva enfermedad. Como ya os he dicho, es una bacteria nueva que aún no conocemos y por lo tanto, no existe aun ninguna cura.- hace otra pausa y se me llenan los ojos de lágrimas.- Solo queda esperar.

The last summer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora