Capítulo 43.

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Un gran dolor me inunda las muñecas y los tobillos. Al abrir los ojos sólo veo oscuridad pero apuesto a que si pudiera ver algo, todo me daría vueltas ya que siento mareos por todos los lados.

De repente se enciende una pequeña lámpara en el techo que me permite ver un poco mejor el lugar y casi pego un grito al ver una sombra salir de un rincón al que no llega la luz.

Cuando la sombra se mueve no puedo evitar intentar retroceder y es cuando me doy cuenta de que el dolor en mis extremidades está causado por las cadenas que me mantienen atada al suelo y a la pared.

Poco a poco esa sombra sale del rincón oscuro y cada vez puedo verle mejor el rostro pero sigue sin serme útil la mierda de luz que hay en el techo.

Cierro los ojos de impotencia esperando que esto no sea más que otra pesadilla, pero me temo que no ya que no me despierto sudada o en medio de mi cama. Aprieto aún mas los párpados al notar una respiración chocar contra mi cara.

- Abre los ojos.- me ordena una voz grave que no me suena de nada.

Poco a poco los abro. Es mejor no jugar con esta gente que es capaz romperme el cuello con el dedo meñique del pie.

Frente a mi aparece un chico que si que me suena de algo, pero no logro recordar de qué. Sé que lo he visto alguna vez pero si me preguntan dónde no sabría que responder.

Se levanta de golpe y se sienta en una silla que hay frente a mí.

- Seguramente sabrás quién soy pero ahora estarás confundida. ¿Recuerdas aquel día que estabas tú con tus amigos y el estúpido de tu novio en la playa?

Abro los ojos sorprendida al darme cuenta de quién es y con quién anda.

- Si. Así es. Soy yo. No importa si no recuerdas mi nombre. Soy Luck. ¿A que ya te encajan algunas cosas?- sonríe maliciosamente y me dispongo a hablar en vano, sólo sale un sonido mudo.- Siento haber tenido que taparte la boca con cinta adhesiva pero ni dormida cierras esa puta boca que tienes.

Nos quedamos en silencio unos minutos y aprovecho para hacer un esquema mental de lo que ha pasado.

Recuerdo estar con mi padre en el bosque paseando y de repente desapareció. A partir de ahí no recuerdo más que el momento en el que me pusieron algo raro en la boca. ¿Estara aquí mi padre también? ¿Lo habrán cogido? Si lo cogieron también sería culpa mía ya que nada mas oír el nombre de Luck, todo se asocia a Alexander, es decir, culpa mía.

Oigo una melodía y levanto la vista para ver a Luck buscar su móvil.

- ¿Si?- dice al descolgar.- Sí. Esta aquí. No. Ya está despierta y ya sabe quién soy. De acuerdo. Salgo ahora a buscarlo. ¿Quieres que la deje dormida? Vale.- cuelga y me mira fijamente a los ojos.- Lo siento preciosa. Me tengo que ir y me han ordenado que te tape los ojos.

Se acerca a mi con una venda y mientras me la pone, me susurra al oído.

- Te tenemos muchas sorpresas. Sientete especial.- me besa el cuello, se separa y segundos después oigo la puerta cerrarse de golpe.

No me gusta este lugar ya que, aparte de lo obvio que es que estoy encerrada o más bien secuestrada, estoy atada al suelo y hace un frío de muerte. No sé cuantos días llevo aquí y tampoco sé que hora es porque por lo que vi cuando no tenía la venda, no hay ventanas ni relojes y el que tenía en la muñeca me lo quitaron.

No sé cuando tiempo pasa hasta que la puerta se abre de nuevo pero el suficiente como para que me ponga nerviosa. Sea quién sea que ha entrado se ha quedado en un rincón observando ya que no oigo ningún movimiento a mi alrededor.

The last summer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora