Capítulo 41.

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- ¿Y bien?- pregunto ansiosa por la información.

- Estará inconsciente un par de días pero por suerte no tiene ninguna costilla rota ni nada grave. Cuando se despierte estará aturdido y es posible que no recuerde nada de lo que pasó. No lo presionéis. Vendré de nuevo mañana para ver como sigue y traerle el gotero. Si no os importa claro.- informa el médico al salir de la habitación donde se encuentra su hijo.

- Claro que si Marcus. Ven cuando quieras.- le dice Jake con aparente cariño.

- No sabéis quién fue ¿no?

- No. Lo encontramos en una pizzería y prácticamente se desplomó delante nuestro.- le informa omitiendo algunos detalles.

- Si os dice algo cuando despierte llamadme por favor.

- Lo haremos.- hablo yo esta vez.

- Hasta pronto. Y gracias.- nos dice saliendo por la puerta.

- A ti. Adiós.- cerramos la puerta y nos miramos.

- ¿Tu también crees que fue Alex?- me pregunta y asiento suspirando y tirándome en el sofá con los codos apoyados en la rodilla y la cabeza entre las manos.

Noto que el sofá se hunde a mi lado y una mano me acaricia la espalda. Me muevo un poco y apoyo la cabeza sobre las piernas de Jake.

- ¿Y los Tortolitos? ¿Donde están?- pregunto después de un rato.

- Estarán arriba haciéndonos tíos.- se ríe y me giro para mirarle.- ¿Qué?- vuelve a decir al ver que le miro.

- Nada.- no aparto la mirada.

- ¿Entonces porque me miras?

- ¿Acaso no puedo?- sonríe ampliamente.

- Sí. Pero tu mirada me hace sentir incómodo.

- ¿Porque?- pregunto levantándome sobre un lado.

- Porque sí.- finaliza y me besa.

Rompemos el beso cuando bostezo y reímos levemente.

- ¿Quieres dormir?- me pregunta acariciándome la mejilla.

- Debería irme a casa.- respondo con los ojos cerrados y la cabeza apoyada en su pecho.

- Quedate a dormir.- me susurra al oído.

- No creo que deba hacerlo. Hace mucho que no estoy con Susan.- murmuro en su cuello.

- Llámala y dile que te quedas y mañana por la mañana te llevo cuando nos levantemos.- empieza a acariciarme el pelo.

- Te odio.- le susurro y le doy pequeños besos en el cuello haciendo que se estremezca.

- ¿Porque?

- Porque siempre me convences.- le muerdo el lóbulo.

- Para.- gira la cabeza quedando cara a cara.

- ¿Porque?- hago un puchero y me muerde el labio.

- Porque nos vamos a dormir.

- Déjame tu móvil.- le pido sentándome a horcajadas sobre él y abrazándole por el cuello.

- ¿Para qué?

- Para llamar a mi madre.

- Es que lo tengo en el bolso trasero del pantalón.

Me separo de su cuello y le miro con una sonrisa traviesa.

- Ni se te ocurra.- niega con la cabeza mientras amplío la sonrisa y me muerdo el labio inferior.

The last summer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora