Capitulo 24.

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Cuando llegamos a mi casa, me bajé de la moto y me despedí con la mano. Eran las ocho de la tarde y estaba llena de felicidad por la tarde que he pasado con Jake.

- Nos vemos otro día Obrien. Gracias por todo.- le dije con una sonrisa de medio lado al pronunciar su apellido de manera tan formal y me dispuse a irme pero me cogió de la muñeca y tiró de mi. Quedamos a escasos centímetros y nuestras narices podían tocarse.

El seguía montado a horcajadas en la moto mirando hacia mi dirección con una sonrisa de medio lado que me comunicaba que algo no iba a salir bien y ese algo iban a ser mis labios.

- ¿Porque no nos despedimos como Dios manda?- me preguntó haciendo pequeños círculos con sus pulgares la zona agarrada.

- ¿Y como se supone que se hace eso?- dije haciéndome de rogar. No le pienso dar un beso así por que si. Lo se, soy mala y lo peor es que quiero hacerlo, quiero besarlo o simplemente dejar que me bese hasta quedarnos sin aliento.

- Así.- me dijo antes de darme un beso rápido en los labios.

Yo buscaba mas así que al darse cuenta se rió. Pero ahora no me iba a ir así de modo que negué simpática con la cabeza y puse mi mano en su nuca y lo atraje a mi para darle un beso en condiciones. Me soltó la muñeca y me agarró por la cintura con una mano acercándome mas a el y con la otra me agarró por la nuca para que no me alejase. Aprobeché que me había soltado para subir la mano lentamente por su pecho hasta su cuello. Cuando noté que el beso iba aumentando en cuanto a pasión, me separé de él mordiéndole el labio inferior levemente. Me tocó los labios con el pulgar y yo le mordí el dedo cosa que provocó una corriente eléctrica en mi espalda.

- Tengo que entrar.- dije finalmente.

- De acuerdo. Nos vemos mañana.- Sonreí y le di un beso en la mejilla antes de darme la vuelta.

Cuando estaba llegando al pequeño porche que hay delante de mi casa, frené de golpe al darme cuenta de una cosa.

-¡Jake! ¡Espera! - grité al notar que encendía la moto.

Empecé a correr hacia el cuando se bajó de esta y me abalance a sus brazos al llegar a él para besarlo a continuación.

- ¿Ya me echabas de menos enana?-me dijo con una sonrisa juguetona cuando nos separamos lo justo para hablar.

- No flipes. Solamente olvidaba devolverte la camiseta.

- Puedes quedártela. Te queda de maravilla. - dijo antes de volver a besarme.

- ¿Tu crees?- pregunté a lo que el afirmó.- Entonces supongo que tendré que compararme una de la misma talla para mantenerla en mi armario.

- No, ni de broma. Te quedas la mía.- reí ante su comentario.

- Si insistes...- finalicé antes de darle un beso en la mejilla y correr hacia la puerta de mi casa para no pudiera reclamarme nada.

Cuando ya estuve dentro cerré la puerta con llave.

- ¿Quien era ese chico?- me preguntó mi madre, que estaba detrás mio.

- Un amigo.- respondí cortante y evitando el tema de conversación.

- Ya.- dijo sarcásticamente.- ¿Y despides de todos tus amigos de esa manera?

- Si. Es algo normal. Se ha puesto de moda.- digo con tono de sarcasmo aunque espero que ella no se de cuenta.

- Jany, si es algo mas que tu amigo puedes decírmelo. No voy a comerte.

- De acuerdo, es algo mas que mi amigo pero no quería decirte nada hasta que supiéramos que la relación va enserio.

The last summer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora