Capitulo 29.

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- Hola hija. ¿Como estás?- me dijo mi supuesto padre mientras se acercaba para darme un abrazo.

- Eso tendrías que habérmelo preguntado antes ¿no crees?- hice una pausa.- No sé, mientras te acostabas con la madre de mi queridisima amiga.-sarcasmo.-por ejemplo.- me alejé de el.

- No hables así de Madison.

- Ah, ¿ahora la defiendes?- reí.

- KT tienes que escucharme.- dijo al tiempo que me cogía de la mano.

- No me toques. Y no me llames así. Perdiste el derecho a llamarme KT cuando me cambiaste por Madison. Llámaselo a ella.

Cuando era pequeña siempre me llamaba KT porque Thomas decía que me parecía mucho a una actriz que en su serie favorita se llamaba así. Es por eso que no quiero que me vuelva a llamar por ese nombre y es por eso que cuando Thomas me mando a la mierda para irse con otras tiré los CDs que contenían la serie a la basura.

- Por favor. Escúchame. Solo te pido que me escuches durante dos minutos y luego me iré si es lo que quieres.- parece ¿triste? No es por ser mala pero me recuerda a uno de esos perritos que están abandonados en la calle y que no tienen ni dueño ni para comer.

- De acuerdo. Te escucharé pero mas te vale decirme algo importante.- bufé mientras me sentaba en mi sillón y el hacia lo mismo en el de enfrente.

- Verás...- hizo una pausa.- Resulta que la madre de Madison y yo ya no estamos juntos.

- ¿Y que quieres? ¿Mi pésame?

- ¡Jany!- gritó mi madre detrás de mi.- no seas tan dura con el.- ni siquiera me había dado cuanta de que estaba presente pero no me importa lo que me diga. No ahora.

- Lo que quiero decir es que ya no vivo con ella.- continuó.- Y le he pedido a tu madre si me puedo quedar aquí unos días mientras encuentro alguna casa para alquilar.

- Que ¿¡QUE!?- grité.

Antes de darme cuenta ya estaba levantada y gritando cosas no aptas para menores mientras me tiraba del pelo.

- ¿¡ Y que se supone que tengo que hacer yo ahora!? ¿¡EH!? ¿¡Olvidarlo todo!? ¿¡Hacer como que no quise morirme por tu puto capricho de irte con otra!?- le grité a Thomas.

Giré sobre mis talones para quedar frente a mi madre, la cual estaba de pie parada debajo del marco de la puerta observándome como si ya supiera que no voy a hacer nada peligroso. Y en cierto modo tiene razón, no voy a hacer nada que se aleje de pegarle cuatro puñetazos a la pared.

- No le vas a dejar quedarse aquí ¿no?- no recibí respuesta.- ¿¡No!?- silencio.- ¡Esto es increíble! ¿¡Estas de su parte!? ¿¡Después de todo le vas a dejar quedarse aquí!? ¿¡Te dejo por otra y le permites que vuelva!?- no aguanté mas y empecé a pegarle puñetazos a la pared.

- ¡Jany! ¡Jany relájate! Por favor Jany. ¡Para!- oía gritar a mi madre.

No paré de darle golpes a la pared hasta que unos brazos me separaron y me levantaron del suelo mientras daba patadas al aire.

- Jany. Jany por favor para. Soy yo.

Al oír esa voz no aguante mas y me abalancé a los brazos de Jake, quien me abrazó con fuerza. Intenté contener las lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos pero aun así salieron.

- Siento su reacción. Ha cambiado mucho y estar un tiempo sin figura paterna no ha ayudado.- oí que decía mi madre a lo lejos con voz dulce.

Cómo no, mi madre siempre tan buena con todos. A veces pienso que no la merezco ya que yo no soy como ella.

The last summer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora