Me encanta.
Me encanta esta sensacion tan placentera que me propicia el roce de sus labios. Nunca había hecho esto antes pero por alguna razón me arrepiento de ello, de no haberlo probado nunca. No me malinterpretéis. No quiero decir que me gustaría ser una de esas chicas que se besan un día con un chico y al día siguiente con otro pero, por alguna razón, Jake me hace sentir lo contrario. No quiero despegarme de estos labios que tan bien me hacen sentir.
Tardo en darme cuenta de que hay algo molesto en su boca. Hay algo que me roza de vez en cuando cuando me acaricia el labio con la lengua sin penetrarla del todo en mi boca, cosa que me gusta pero a la vez me hace sentir incomoda.
- ¿Que tienes en la boca?- pregunto intrigada y algo avergonzada por la curiosa pregunta.
- No sé, ¿tengo algo raro?- me pregunta dejándole ver una clara preocupación tras sus ojos azulados.
- Si, no se... esque noto algo sólido cada vez que me rozas el labio con la lengua.- esta situación me está avergonzando bastante y no se como explicarme. Me tiemblan las manos en su brazo y no sé como comportarme.
De repente, se echa a reir y me doy cuenta de que esta guapísimo cuando sonrie enseñando los dientes al completo.
"Despierta Jany despierta"
Me sorprende sacandome la lengua dejando a la vista una bola de plástico de varios colores sobre su rosada lengua.
- No sabía que tenias un piercing en la lengua.
- No es algo que vaya enseñando por ahí.- me dice entre risas pero sin soltarme.
- ¿Porqué? ¿No te gusta? ¿Porque te lo hiciste si no te gusta? ¿Te duele?- pregunto intrigada y me frena antes de que pueda soltar el resto de las preguntas.
- Porque no voy sacandole la lengua a todo el mundo. Pero si, me gusta bastante. Y no, ya no me duele, hace casi un año que lo tengo. ¿Haces muchas preguntas no?- me dice con el ceño fruncido pero con un tono de humor en su voz.- Además, las chicas dicen que es agradable besar a alguien te tiene un piercing de estos en la lengua.- sonríe de manera picarona.
- Normalmente no hago tantas preguntas, es que me sorprendió porque no te lo habia visto nunca.- paso por alto eso de las otras chicas y me concentro en seguir hablando de esto.
- No puedo decir lo mismo de tu piercing en el ombligo. ¿Te duele?- me dice y al ver que niego mueve una de sus manos que estaba en la parte baja de mi espalda y comienza a jugar con el objeto de metal de mi ombligo con cuidado, cosa que hace que se me ponga todo el vello del cuerpo de punta.
- ¿Porque no puedes decir lo mismo de mi piercing? Es hermoso.- mi voz suena mas como un jadeo de lo que esperaba pero es que no deja de manipular el pendiente con la mano de una manera demasiadao provocativa como para ocultar los escalofrios que recorren mi cuerpo.
Al parecer, él se da cuenta de lo que su mano me hace sentir al posarse sobre mi ombligo, bueno sobre mi piel en general y eso le da razones para empezar a rozarme la piel al descubierto de mi espalda con la otra mano.
- Te gusta ¿verdad?- me pregunta rozando el lóbulo de mi oreja con los dientes, provocando en mi aún más escalofríos que antes.
Pero, ¿qué coño me pasa? ¿Porque sus manos me producen esta sensación?
- Te gusta que te toque el piercing ¿verdad?- insiste.
- No.- pero mis suspiros me delatan y me aprieta mas contra sí, matando el poco espacio que quedaba entre nosotros.
- Mentira.- susurra.- Me parece a mi que eres una niña muy mentirosa.
Quiero replicar. Decirle que a donde narices quiere llegar con eso de que soy muy mentirosa. Me molesta bastante que me llame asi porque recuerdo que mi padre se lo decía constantemente a mi madre justo antes de propinarle un tortazo y no quiero que usen esa palabra. De modo que intento apartarme pero entonces me da un fuerte tirón de la muñeca y me hecha en la cama. Me sorprende echandose a mi lado y apoyándose sobre un codo para quedar mirando hacia mí. No me esperaba esta reacción a mi intención de apartarme. Esperaba que me besase medio obligadamente hasta que a mi cuerpo no le quedase más remedio que responder a sus besos, pero no. Se ve que me hice ilusiones demasiado deprisa. Claro. ¿A quién se le ocurre hacerse ilusiones simplemente por darse unos cuantos besos con alguien? A mi, claro, cómo no. Si es que solo se me ocurre a mi pensar que podía gustarle a este personaje.
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The last summer.
RomanceJany Chain, típica chica de dieciséis años que siempre llevó una vida perfecta con unos padres perfectos. El problema llegó cuando su padre abandono a Jany junto con su madre y su hermana a su suerte para irse con la peor persona que se podía ir. ¿...