Capítulo 7

14 3 0
                                    

Tras un largo discurso por parte de Enós en el que les explico con pelos y señales cual era su cometido ya estaban todos fuera de la torre con sus cosas en la mano.

—¿No decía que estaríamos un par de días? Dijo que así nos conoceríamos y...—Kalet fue interrumpido por Enós

—Los dioses no lo quieren así, está claro—comentaba el anciano mientras sus manos temblaban notoriamente

Kalet suspiró decepcionando mirando hacia el camino que le esperaba. Sólo habían estado en el castillo apenas un día y ya los sacaban como si fueran perros, sin oro, sin tierras, sin armas súper poderosas. Por un momento llegó hasta a dudar del poder e influencia que tenía el rey en funciones.

—Id a la sala de los portales. Ahí se os llevará a las tierras inferiores—Enós se iba a dar media vuelta para dejarlos solos, pero en cuanto una sirvienta le dijo algo al oído cambió de parecer con celeridad—os acompaño, quizá sea la última vez que nos veamos en...mucho tiempo.

Alaric abrió más los ojos con cierto miedo. ¿Cómo que la última vez en mucho tiempo? Entendía lo que había querido decir realmente, pero no podía dejar de escuchar todo como si fuera una sentencia de muerte. Deseaba volver a casa con su hermana a toda costa. El amor que tenía por su gente, sus tierras y su familia era tan puro que arrebatarle algo así pesaría en la conciencia de cualquiera.

—U-una pregunta más, señor E--...señor...Majestad—Mellea alzó una mano, mas cuanto todos se giraron a mirarla bajó esa mano y se encogió sobre sí misma

—¿Sí, querida niña?

—¿En cuanto a la maldició de...de Eleanor?—Los ojos verdes de la joven miraron nerviosamente y de reojo a la nombrada

—No te preocuper por mi, dulzura—canturreó en tono burlesco la nombrada—nada que temer por tu parte, no muerdo. Por ahora, claro

La pelirroja llevó las manos a su pecho sintiendo cómo se estremecía un poco, pero tras ver que Enós reía y asentía vio que no había más que hacer. Trato de reafirmarse como pudo. Enós contaba con ellos, no iba a mandarles junto a algún tipo de persona peligrosa si no estuviera seguro de que estarían a salvo.

El grupo entero empezó a caminar atravesando los jardines de palacio. En ellos arbustos de todos los tamaños daban pequeños frutos rojos con el aspecto más apetitoso que se podían encontrar. Tuan no dudó en tomar un buen puñado y guardar esas bayas en un saquito y luego en su zurrón. Por supuesto había algún árbol frutal del cual también hubiera querido tomar alguna pieza, pero sabía que las frutas que ahí crecían eran tan deliciosas como valiosas. Su aspecto era como el de una gota de lluvia, pero del color del ámbar. Era la única fruta de un aspecto tan tráslucido y etéreo.

Se decía que sólo crecía en lugares sagrados, y que su sabor era el exacto que el del sol. Su nombre original solo es conocido por el linaje real y el linaje de los consejeros reales, pero el pueblo tenía un nombre para la fruta, siendo éste nombre Gota del alba. Nadie en el mundo más que los reyes habían probado dicha fruta, por supuesto en el mercado negro se vendían, pero su precio era tan súmamente alto que los avariciosos no la comían por querer sacar beneficio y los que tenían deseos de comerla no podían costearla.

El muchacho de cabellos miel se percató de lo interesado que parecía Tuan en esas frutas, pero asumiento que no podrían tomarlas así como así sacó su arco y apuntando a lo más alto lanzó una única flecha. Todos los de su alrededor se detuvieron, y hasta unos guardias se acercaron a ellos. Del cielo entonces calló una ave de tamaño mediano con una flecha ensartada. Pidiendo disculpas se acercó al ave para quitarle la flecha clavada. Cuando estuvo cerca del cuerpo del pájaro se puso a su nivel y lo levantó. Oculto tras el cuerpo del ave, cerca de la punta de flecha, se encontraba clavada una de esas Gotas del alba. Con disimulo se la guardó en una de las bolsas que llevaba en su cinturón y por supuesto recuperó su flecha. Tras eso agarró al pájaro de una pata y lo levantó.

El Consejo de marfilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora