Capítulo 4: Una mala excursión

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Akemi estaba sorprendida, no esperaba ese cambio de opinión, tampoco es que le disgustara, era justo lo que quería y necesitaba. No pudo ocultar la genuina sonrisa que se le formó en el rostro, había estado sonriendo solo para que Jennifer confiara en ella, las reinas no sonreía, ella no sonreía, pero, en ese momento, realmente lo ameritaba.

—¿Qué? —También estaba sorprendida.

—Lo que escuchaste —respondió.

—Qué buena noticia —el sarcasmo y la falta de emoción eran palpables en la voz de Cinisca y sus gestos no hicieron más que confirmárselo.

La pelinegra no la quería ahí.

—Creí que no cambiarías de opinión —Akemi ignoró completamente a Cinisca.

—No iba a hacerlo, supongo que me arrepentí —y muy probablemente, de no haber sido por ese sueño, no habría cambiado de parecer, tardó unos segundos en darse cuenta que, de hecho, ya no recordaba lo que había soñado.

—¡Bienvenida a Kaisan! —Dijo Cinisca, la sonrisa cínica resaltaba en su rostro.

—Al menos disimula tu mal humor.

—Oye, Akemi —dijo Jennifer—, aún tengo algunas dudas —sonrió con nerviosismo.

—Sí, prometo que responderé todas tus dudas —asintió—, pero primero debo entrenarte, hacer un plan de estudio para ti.

—Qué comience con combate cuerpo a cuerpo, yo misma la entrenaré —propuso Cinisca, sin dejar de ver a Jennifer con una sonrisa de maldad.

—Preferiría que la entrenara Adam, él es un poco más suave que tú —repuso Akemi.

Sabía que Cinisca odiaba a Jennifer, lo notaba en su voz, sus gestos y su manera de tratarla y sabía por qué la odiaba, era una piedra en el camino, estaba segura que Cinisca no dudaría en eliminarla, así que prefirió que el entrenamiento de Jennifer fuera guiado por Adam.

—Preguntémosle a la chica — Cinisca volteó a ver a Jennifer, con suerte, lograría intimidarla lo suficiente como para que se resignara a caer en sus garras, ya esperaba con ansias ese momento—. ¿Tú qué dices niña?

—Eh, yo... —temió negarse, no quería darle a Cinisca una excusa para golpearla o algo que se le pareciera. Tragó saliva, sentía la garganta seca.

—¿Qué está pasando aquí?

Las tres voltearon ante la llegada del pelinegro.

—Justo a quien esperaba —dijo Akemi, un tanto aliviada—, Adam, quiero que entrenes a Jennifer.

Jennifer se puso aún más nerviosa, de pronto, la idea de entrenar con Cinisca no parecía tan mala, aunque bueno, seguía siendo extraño tener que "entrenar" con alguien, ¿desde cuándo era perfectamente normal aprender a pelear?

—¡Ay por favor! —Se quejó, luego se cruzó de brazos.

—Cinisca —la reina negó—. Pero bueno, me encantaría que comiencen cuanto antes.

—Claro, le pediré a Jacob que me cubra —Adam se dio la vuelta y se fue.

—Por cierto lindo atuendo —dijo Cinisca.

Jennifer llevaba un pijama, antes de llegar había estado dormida.

—Déjala, es flexible, le funcionará —repuso Akemi

—No pensé mucho en mi atuendo cuando te llamé —de pronto se sentía un poco cohibida.

—Ignórala, usualmente es así.

Tal vez este es mi destino ✔️ [Pepromeno #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora