Capítulo 27: En el bosque (Parte 2)

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—Irán al bosque otra vez. —Dijo Akemi. Adam se tensó.

—¿Enserio Akemi? ¿No te parece que los estás mandando ahí muy seguido? —Preguntó la pelinegra.

—Esta vez irán los tres. —La reina sonrió con un poco de malicia. El pelinegro se relajó y abrazó por los hombros a ambas chicas.

—¡Genial, vamos! —Estaba a punto de guiar a las chicas a la salida cuando la pelinegra se liberó de su abrazo.

—Espera, espera, espera. —Le detuvo.

—¿Qué? —Preguntó él extrañado.

—Ya vengo lo voy a castrar. —Avisó a Akemi y, luego, prácticamente arrastró a Adam a otra habitación.

—¿Qué haces imbécil? —Preguntó ella molesta.

—No entiendo a qué te refieres. —Respondió él cruzándose de brazos.

—Simple, o vas conmigo o vas con ella, pero no puedes estar de acuerdo con ir con las dos. —Le regañó Cinisca.

—No te confundas Cinisca, no sería de mi agrado estar a solas contigo. —El semblante del pelinegro se endureció.

—Y lo que pasó entre nosotros a mí no me importa —respondió ella molesta—. Pero tienes la oportunidad perfecta para estar a solas con ella y lo arruinas, tonto. Pero si no quieres estar con ella, no me metas a mí, no soy un plato de segunda mesa y es molesto ser mal tercio.

Adam suspiró antes de responder
—No es eso. Sí quiero estar con ella, pero de estar solos...

—Eso explica muchas cosas —dijo ella sorprendida—. Ya qué, vamos los tres.

Volvieron a salón del trono y la pelirroja esperaba sentada en las escaleras que daban al trono de Akemi. La reina tenía su trono elevado del resto del suelo en una plataforma en forma de media luna, para llegar al trono tenías que subir unas gradas con la misma forma, en estas gradas la pelirroja estaba sentada.

—¿Ya nos vamos? —Preguntó levantándose.

—Sí —respondió la pelinegra—. O bueno, no, primero debemos preparar nuestras cosas.

—Claro, ¡Ya regreso! —Sin más, la pelirroja corrió fuera del salón del trono.

—Nuestras reuniones suelen ser aquí. —Dijo el pelinegro de pronto.

—Es que aquí se reciben las audiencias, y bueno terminamos teniendo este tipo de conversaciones. —Respondió la reina.

—Bueno si nuestras reuniones van a ser aquí tenemos que conseguir sillas —agregó la pelinegra—. Me van a salir juanetes si sigo así. —El pelinegro rodó los ojos.

—Exagerada.

—Mírame a los ojos y dime que no te da dolor de pies. —Le exigió la pelinegra desafiante.

Abrió la boca para decir algo pero luego la cerró.

—Buen punto —miró a su prima—. Akemi, definitivamente tenemos que conseguir sillas.

—Y ahora todos están en mi contra.

—¿Quién está en tu contra? —Preguntó la pelirroja entrando a la habitación con una mochila.

—Este par. —Señaló con su mano a ambos pelinegros.

—¿Quién no? Si vamos a seguir reuniéndonos aquí necesitamos sillas. —Añadió la pelirroja.

—¿Tú también? —Preguntó una indignada Akemi.

—¡Te lo dije! —Exclamó el pelinegro.

—¡Bueno, ya! —interrumpió la reina—, ya entendí hay que mudar nuestras reuniones a otra parte, ahora largo los tres, necesito un descanso de ustedes y sus vendettas contra mí.

Tal vez este es mi destino ✔️ [Pepromeno #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora