El día del dichoso torneo había llegado y con él mucha gente del mundo subterráneo, bueno no solo personas. Habían llegado toda clase de criaturas y especies, incluso elfos y Jennifer tenía que recibirlos a todos, en la gran entrada a los reinos -pues ambos estaban rodeados por la gran muralla-.
Así que sí, tendría que recibir a cada persona y noble que entraba por esa puerta. Le estaba comenzando a doler la quijada. Hasta que vio a la familia Astarot. ¿Ellos estaban invitados?
-Creí que habíamos quedado en malos términos. -Le susurró a Akemi.
-No exactamente, pero algo así. -Le susurró Akemi de vuelta.
-¿Entonces no quieren matarnos?
-Yo nunca dije eso -respondió nerviosa viendo como se acercaban a ellas-. Silencio vienen hacia acá.
-Majestades, es un honor que nos hayan invitado al torneo. -Habló el rey.
-Es un placer que hayan aceptado la invitación. -Respondió Akemi.
Cuando su turno de saludar y sonreír terminó ambas reinas fueron a Kaisan, en aquel momento Kaisan era más tranquilo que Arian por el simple hecho de que al ser el torneo de presentación de la reina de Arian, en su honor el dichoso torneo se haría en Arian.
Todo rey, reina, príncipe, princesa o en general todos los nobles (Duques y duquesas, marqueses y marquesas, condes y condesas, vizcondes y vizcondesas, barones y baronesas) incluso los capitanes o futuros capitanes, tenían un torneo de presentación, en donde se les presentaba, obviamente, y peleaban por primera vez en un torneo contra quien se ofreciera para ello. (De no ser ofrecido se seleccionaba a suerte).
Así que sí, el castillo de Kaisan era el lugar más tranquilo de la muralla y Akemi y Jennifer aprovecharían aquello. El vestido que Jennifer llevaba puesto le parecía bastante cómodo, aunque un poco caliente. Era un vestido blanco sin tirantes cubierto por una tela semitransparente color rosado, era muy bonito, pero muy incómodo para caminar, era de esos vestidos largos que te llegan hasta los pies, se tropezaba seguido al caminar.
-¿A qué hora comienza el torneo? -Preguntó la pelirroja.
-A la 1, descuida la primera batalla será entre príncipes y tú no tienes hijos. -Akemi se sentó en el sillón frente a ella bebiendo un té hecho por los sirvientes.
-Tú tienes una hija de 5 años, no creo que seas tan mala como para mandarla a pelear.
-Por su puesto que no, pero Adam es técnicamente el príncipe porque yo lo crie aunque no puede ascender al trono porque no es hijo mío. Aquí no somos machistas. -Akemi sonrió y siguió bebiendo de su té.
-¿Entonces no aplican esa ley de que el hombre tiene que ser coronado?
-No, aquí se hace por descendencia. Si acaso yo muriera y Tara decidiera abdicar entonces Adam se quedaría con el trono por ser mi primo y único pariente vivo conocido.
-¿Si tuvieras un hijo secreto o algo así y decidiera aparecer él sería coronado?
-Si llegara después de la coronación de Adam no.
-Menos mal que no tienes un hijo secreto.
-Exacto. -Se recostó en su asiento aún bebiendo el té.
Silencio, de pronto todo estaba en un tranquilo silencio que a la pelirroja solo le causaba ansiedad, quería moverse y hacer algo, hablar con Akemi era un buen distractor, pero la reina prefería el silencio. La torre del reloj sonó llamando su atención.
-Majestades, ya es hora. -El mayordomo entró. A la pelirroja le parecía una persona graciosa, tenía tenía divertido bigote de escoba.
-En un momento vamos. -Respondió Akemi.
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Tal vez este es mi destino ✔️ [Pepromeno #1]
FantasySi Jennifer utilizara una palabra para describirse a sí misma podría usar: Tímida, callada, reservada, introvertida y una que no podía faltar, increíblemente torpe. Aunque todo cambia un viernes por la mañana. Ahora, con todo y su torpeza, tiene que...