(No es Adam solo es una interpretación de él)
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Saltaba entre las ramas de los árboles intentando alcanzar a Adam, quien cada vez se alejaba más y más. A este paso llegarían hasta el final del bosque y nunca lo atraparía, con un último esfuerzo, pasa cuando uno se cansa, extendió sus alas y se lanzó contra Adam, iba rápido, gracias a que sus alas cortaban las ramas, hasta que lo atrapó, provocando que ambos cayeran.
-Au. -Se quejó el pelinegro.
La pelirroja se levantó permitiéndole a él levantarse también.-¿Qué dijimos sobre usar atajos? -Preguntó él burlón.
-No es un atajo -respondió ella-, son mis alas.
-Yo lo tomo como un atajo. -Dijo él cruzándose de brazos. La pelirroja rodó los ojos y comenzó a caminar.
-Por cierto -se detuvo y dio la vuelta-, los diecisiete te sientan bien. -Siguió caminando.
-Lo sé, mi cumpleaños fue divertido. -Dijo él alcanzándola.
-Fue perturbador. -Dijo ella abriendo los ojos de par en par.
Flashback
Era el cumpleaños de Adam, la pelirroja, que ahora tenía la costumbre de quedarse mucho tiempo en el reino subterráneo, salió del castillo y caminó por las calles de Arian, el viento soplaba frío y triste, erizandole la piel a la pelirroja. Qué bueno que ya tenía todo para el cumpleaños del pelinegro, incluido su regalo.
Un par de semanas atrás él le comentó que casi era su cumpleaños.
-¿Qué te gustaría de regalo? -Preguntó ella.
-Un par de botas. -Respondió él.
No eran botas comunes. Por lo general las armaduras en Kaisan, Arian y demás reinos, eran resistentes a los ataques mágicos, tanto internos, cuando alguien hacia magia, como externos, cuando la recibían, todo menos las botas. Naturalmente, nadie echaría magia... Por los pies, pero habían algunas botas que estaban hechas para eso, con éstas Adam podría hacer todo tipo de hazañas.
-¿Y si te las consigo? -Preguntó la pelirroja.
-Podría besarte -Respondió él-, aunque no sería probable porque ni siquiera Akemi ha podido conseguirlas.
Entonces la pelirroja se dedicó a buscarlas, tuvo que mover muchas influencias y visitar ciertos lugares (El mercado negro), hasta que al fin dio con ellas, cuando las compró, patrocinadas por su fortuna, le pidió amablemente a Everett que las probara, es que él también tenía unas. Luego de comprobar que en verdad funcionaban, y que no habían estafado a la pelirroja, las empacó y guardó para el cumpleaños de Adam.
Y bueno ahí estaba caminando hacia Kaisan, específicamente hacia el castillo, en donde todos se preparaban para el cumpleaños del pelinegro.
Afuera del castillo se encontraban todos los sirvientes arreglándolo, un par de ellos estaba colocando un cartel, otros arreglaban el jardín, un par de ellos estaban moviendo un espejo, así que pasó por debajo.
Cuando al fin entró, encontró que había mucha más gente decorando la parte interior, claro porque el castillo es enorme, por lo tanto hizo una serie de movimientos para esquivar a todas las personas que iban y venían, hasta llegar al salón privado de Akemi, en donde Cinisca y la susodicha se ocultaban de la multitud.
-¿Tienes su regalo listo? -Preguntó la pelinegra, que afilaba su espada.
-Sí. -Respondió la pelirroja sentándose en uno de los sillones.
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Tal vez este es mi destino ✔️ [Pepromeno #1]
FantasySi Jennifer utilizara una palabra para describirse a sí misma podría usar: Tímida, callada, reservada, introvertida y una que no podía faltar, increíblemente torpe. Aunque todo cambia un viernes por la mañana. Ahora, con todo y su torpeza, tiene que...