Capítulo 34: El centro comercial

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La imagen no tiene nada que ver pero a mí me gustó.

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25 de Julio 2022, unas horas después de la fiesta.

La pelinegra llevaba cierta carga de consciencia por no haber acompañado a Jennifer a su cumpleaños, así que para compensarle se le ocurrió la fabulosa idea de llevarla al centro comercial junto a Adam. Un bueno regalo de cumpleaños, supuso ella.

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Unos momentos después

—¿Entonces, saldremos con Cinisca mañana? —Preguntó la pelirroja secándose las manos, había terminado de lavar los platos. David no estaría en casa unos días.

—Me llamó diciendo que saldríamos los tres mañana —Dijo él caminando con ella—. Ni tiempo de opinar me dio.

—Supongo que tendré que lavar ropa. —Bromeó Jennifer desplomándose en el sillón.

—Sí supongo que yo también. —Bromeó él también, dejándose caer en el sillón junto a ella.

—En fin, ¿Ahora qué? —Preguntó la pelirroja.

—Ya que tu papá no está, podría quedarme.

—¡Sí! —Se incorporó en el sillón—. Yo me quedo en el cuarto de papá, así tu duermes en mi cuarto, tranquilo. —Él se rio.

—No hay necesidad, Agapitós* —Cariño*.

El pelinegro le dio un beso en la frente antes de levantarse y subir las escaleras hacia el segundo piso, la pelirroja se levantó y lo siguió reprochándole.

—Pero pensándolo bien, no tienes ropa para quedarte —Adam hizo aparecer una maleta, que probablemente traía ropa—. Bueno sí tienes ropa para quedarte, pero no hay necesidad de que durmamos en la misma habitación. —Adam sonrió con un poco de burla— ¿Qué?

—Ay cielo —la volvió a besar en la frente—. Eres tan inocente y tierna. Me voy a cambiar.

—O.ok. —Se quedó perpleja en su lugar.

El pelinegro entró al baño. Ella aún estaba perpleja. Una vez se le pasó el efecto que Adam provocaba al estar en su casa, en su habitación, buscó ropa, que no fuera tan corta, y se fue a cambiar al baño que por lo general nadie ocupaba, solo las visitas.

Cuando volvió al cuarto vio al pelinegro acostado, revisando su celular, el de él quiero decir. Apagó las luces y caminó a paso lento, como quien teme a ser mordido por un perro rabioso y se acostó de "Su lado" de la cama, aunque toda la cama era su lado.

Cerró los ojos intentando conciliar el sueño, pero sus pensamientos la invadieron. Estaba nerviosa, no por estar a solas con él, eso no era raro en una relación que para ella era de amistad —porque él no se fijaría fijaría ella de esa manera—. Jennifer estaba nerviosa porque quería pedirle que la abrazara, pero le daba pena hacerlo.

Y luego el constante pensamiento de que todo aquello estaba mal, no su amistad con él, a ella no le parecía malo aquello, sino el compartir la misma cama que él. Todo su cerebro le indicaba que aquello que estaba haciendo estaba mal, que aquello no estaba para nada de acuerdo con lo que su madre le había enseñado.

Y no pudo evitar pensar en Katherine y en lo prudente que era ella a comparación suya; en como ella tenía una experiencia similar con Evan y como la había manejado mejor. En ese momento Katherine era todo lo que ella no podía ser: Seria, enojada, fría y sobre todo y lo que más resaltaba en aquel momento sensata.

Tal vez este es mi destino ✔️ [Pepromeno #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora