—Protejan a las reinas y a la princesa. —Dijo Adam a sus soldados. No fue hasta después de un momento que se dio cuenta, los soldados de Jennifer no se movían, se acercó a uno de los soldados preguntándole porqué no se movían.
—Nosotros solo seguimos ordenes de la reina. —Dijo pacientemente el soldado, tomándose su tiempo al hablar, en cambio Adam ya se comenzaba a desesperar, como si tuvieran tiempo.
—¡ENTONCES COMO LA REINA DE ARIAN, TE ORDENO QUE CON TU EJERCITO NOS PROTEJAS! —Gritó una nerviosa pelirroja, al ver como Tara ya estaba llorando del miedo, en cambio Akemi intentaba protegerlas de los múltiples escombros que se acercaban a ellas; pero eran demasiados y muy grandes, no podía con todos.
Fue ahí cuando aquel soldado reaccionó, ordenando a parte de su ejercito ir a destrozar aquellas piedras que amenazaban las vidas de los tres miembros de la realeza, en cambio el resto del ejercito, el cual apareció en ese momento, fue a ayudar a los guerreros de Kaisan, peleando ambos contingentes juntos, logrando derrotar a aquella criatura.
Para cuando derrotaron a la criatura, los miembros femeninos de la realeza ya se habían ido a un lugar seguro. O eso pensaron, pues al llegar al castillo, no había quien las defendiera, se supone que todos estaban encargándose de la criatura, dejando a las tres mujeres solas, lo cual les dio una oportunidad a Bashira y a Alynne, quienes sin pensarlo entraron al castillo de Kaisan, y comenzaron a revisar cada habitación, hasta llegar a la sala personal de Akemi, en donde estaban Akemi, su hija y Jennifer.
—Vaya, vaya, vaya —dijo alguien desde la entrada de la habitación— pero si es la reina Akemi.
—Bashira —dijo la reina, al ver al hombre de cabello blanco—. ¡Guardias! —Exclamó la reina, pero nadie acudió.
—Sí... eso no funcionará —dijo ahora una chica de cabello rubio—. Todo mundo está enfrentando a un insecto mágico gigante.
—Fuiste tú. —Dijo la pelirroja asimilando todo lo que pasó.
—¿Y tú que creías niña? —Preguntó Alynne— ¿Qué por obra del destino un ser mágico que vive al otro lado de las montañas se iba a presentar el día en el que a ti te declaraban reina de todo? —Preguntó nuevamente, ahora con sarcasmo—. Así no funciona el mundo niña, esto no es una historia que puedes leer cuando se te dé la gana. —Dijo Alynne nuevamente.
—Nunca pensé que lo fuera —dijo Akemi— ¡Abajo! —Exclamó para Jennifer y Tara quienes inmediatamente obedecieron; Akemi utilizó sus poderes para dejar caer el techo sobre Bashira y Alynne, a la vez que creaba un escudo para que ninguna piedra les cayera a las dos chicas que la acompañaban.
Pero los caza recompensas no se dejarían vencer tan fácilmente, Alynne quien era la experta en magia creó igualmente un escudo para evitar que alguna roca le cayera tanto a ella como a su padre. Y Bashira no solo era bueno con los puños, posando su mano en el suelo de mármol pronunció las palabras:
—Et advocabit et terram golems —Así fue como de la tierra aparecieron quizá decenas de golems, quienes obedecieron las ordenes de su nuevo amo y se dirigieron a atacar a las tres miembros de la realeza, Akemi al ser la mas experimentada de las tres, fue quien las protegió, comenzando con una ardua batalla.
Luego de derrotar, tantos golems como podía, comenzó a experimentar cansancio y mareo. —¿Qué me está pasando? —Preguntó Akemi— ¿Qué me hicieron? —Preguntó, otra vez.
—Te pusimos algo en la bebida, y te debilitamos, intenta pelear con nosotros ahora. —Dijo Alynne maliciosamente.
—Lo haré. —Dijo Akemi, firmemente.
—Veremos quien cae primero. —Dijo Bashira, acercándose peligrosamente a Akemi.
Akemi por su parte invocó su arma, una lanza, la punta de la lanza tenia una forma de espada. Bashira en cambio no necesitaba ningún tipo de arma, sus puños eran el arma perfecta; así ambos se acercaron, esquivando los ataques del otro, tanto Bashira quien temía que Akemi lo lastimara con su arma, como Akemi quien temía que Bashira la golpeara.
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Tal vez este es mi destino ✔️ [Pepromeno #1]
FantasiSi Jennifer utilizara una palabra para describirse a sí misma podría usar: Tímida, callada, reservada, introvertida y una que no podía faltar, increíblemente torpe. Aunque todo cambia un viernes por la mañana. Ahora, con todo y su torpeza, tiene que...