La primera vez que había escuchado sobre la enfermedad él tenía nueve años y había visto a su madre toser flores, ocultándose en la oscuridad de su habitación. Stiles había ido a buscarla porque se había cortado el dedo y sentía mucho dolor.
Mirándolo en retrospectiva, Stiles se da cuenta que era su madre la que sentía más dolor entre los dos.
Se llamaba la enfermedad de Hanahaki, había explicado ella, acariciando el cabello de Stiles con ternura mientras él sostenía su dedo que estaba envuelto con un parche curita. Sucedía cuando el amor de una persona no era correspondido, no era una enfermedad nueva y tampoco inusual, sino que simplemente no se hablaba de ello porque nadie quería mencionar el trágico tema de amar sin ser correspondido. Claudia susurró disculpas y palabras de consuelo mientras Stiles se aferraba a ella en estado de shock, preguntándose cómo podría suceder algo así.
—Preferí el amor antes que el voleibol y luego preferí a mi familia antes que al amor —susurra lentamente, sin intención de ser escuchada.
Las flores nunca se fueron.
Llegó al punto en que Stiles sabía los nombres de cada pétalo que Claudia tosía y sus significados correspondientes. Claveles blancos (inocencia, amor puro), claveles rojos (corazón que suspira, admiración), gardenias (amor secreto) y camelia (te querré siempre). Stiles solía ayudarla a ocultar los pétalos para que su padre no los viera. Era un secreto entre ellos dos.
Pero, casi al final, el color vivo de los pétalos fueron cambiados por tulipanes negros (estoy sufriendo mucho), y claveles estriados (no puedo estar contigo). Habían sido los más difíciles de ver y los más dolorosos de soportar. Su madre le contaba sobre el sabor amargo que envolvía su boca y como su garganta se sentía en llamas luego de un episodio difícil. Claudia no hizo nada más que tomar unas píldoras para intentar aliviar el dolor. Ella nunca se confesó y Stiles tampoco la forzó.
Odiaba como el amor la había convertido en un simple cadáver de su antiguo yo.
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Leaving my love behind - Sterek
FanfictionFragmento: No pudo evitar fruncir el ceño ante el pequeño puñado de pétalos rosados en el fregadero. Aunque habían menos de seis, Stiles sabía que en muy poco tiempo, el lavado del baño probablemente estaría lleno de ellos. Abrió el grifo y empujó l...