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Stiles comienza a correr en la dirección opuesta.

Esto no puede estar sucediendo, piensa mientras sale corriendo del gimnasio, sin saber realmente a dónde va pero sabiendo que necesita escapar. Corre por un pasillo, tratando de encontrar un camino hacia la salida, pero al doblar en una esquina, choca con el pecho de alguien más alto que él, y siente que unos brazos lo rodean para estabilizarlo antes de que pueda caer.

Cuando levanta la vista, siente que su respiración se acelera y su pecho arde, frente a él está Lydia y sabe que tendrá muchas preguntas de por qué huyó cuando los miembros del equipo de básquetbol entraron para ver si podían compartir el gimnasio. Debió haber tomado algún tipo de atajo para atraparlo.

—No corras de nuevo, por favor —dice, se ve más alta de lo normal y agarra la muñeca de Stiles cuando intenta girarse y escapar una vez más.

—Por favor, déjame ir —ruega Stiles, sintiendo como los pétalos queman en su pecho para llegar a su boca, sus ojos se llenan de lágrimas. —No se suponía que Derek... —su pecho se tensa y de repente es difícil respirar. Puede sentir como los pétalos de caléndula se atascan en su garganta, Lydia se ve aterrorizada.

—¿Stiles? Mierda, ¿qué hago? —lo último va dirigido a ella misma, mirando frenéticamente a su alrededor mientras Stiles comienza a ahogarse.

Justo cuando su visión comienza a ennegrecerse en los bordes y sus oídos suenan tan fuerte que apenas puede oír a su alrededor, siente unos brazos familiares envolviéndolo, frotando su espalda. Agarra la camisa de Jackson desesperadamente, sin aliento, intentando transmitir su situación.

Jackson parece entender porque lo siguiente que hace es meter dos dedos a la boca de Stiles para intentar provocarle náuseas, los pétalos presionan más fuerte y caen al piso. No son más de doce pétalos pero están todos juntos, casi como si fueran la flor entera. Da miedo.

Gradualmente, respirar se vuelve más fácil. Jackson sigue frotando círculos en su espalda, sin importarle que sus dedos estén repletos de saliva, diciéndole a Stiles que trate de igualar su respiración, y eventualmente suelta su camisa, un silencioso agradecimiento escapa de sus labios.

—No lo sabía —la voz que proviene detrás de él es vacilante, se da la vuelta para encontrar a Lydia parada allí, con el ceño arrugado por la preocupación y tristeza, Stiles puede sentir sus ojos llenos de lágrimas.

—No quería que nadie lo supiera.

Leaving my love behind - SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora