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Se encontraba sentado en el piso de su baño en modo de espera mientras Derek vomitaba en su inodoro, y todo lo que podía pensar era cuán miserablemente borracho se veía. Estaba demasiado borracho para hacer algo; después del baile no hubo momento en que Derek estuviera sin beber algo, y Stiles estaba demasiado cansado como para decirle que se detuviera.

Habían ido a su casa ya que la casa de los Hale iba a estar repleta de invitados que no se irían hasta que llegara el amanecer.

—¿Necesitas un poco de agua? —pregunta Stiles en voz baja.

Derek asiente débilmente. —Eso estaría bien.

Así que esta sería su noche. Stiles se haría cargo de Derek, y por la mañana, se separarían de nuevo. Stiles no le iba a contar nada sobre como lo ayudó para que no se ahogara con su vómito, le diría que simplemente le cedió su pieza mientras él se había ido a otra. No quería que Derek sintiera que le debía algo.

No quería que algo más que las flores los uniera.

Ya estaba harto.

Verlo vomitar lo hacía recordar todas las veces que él mismo se encontró en esa situación, excepto que él tenía solo flores para Derek.

—Aquí —susurró mientras le entregaba un vaso de agua.

—Gracias —incluso exhausto e inyectado en sangre, los ojos de Derek eran hermosos. Él lo odiaba.

—¿Cómo está tu estómago? —Stiles preguntó mientras se sentaba en el suelo otra vez.

—Creo que está mejorando —dice Derek antes de tomar otro sorbo de agua.

—Bien.

Derek se aclaró la garganta. —Lo siento por esto, Stiles.

—Está bien. Puedo llamar un taxi si quieres.

—Por favor no —sacudió la cabeza. —No quiero que mis padres me vean de esta manera.

—¿Seguro?

—Sí —dijo Derek con un movimiento de cabeza antes de suspirar. —Realmente lo siento...

—Detente.

Él se congeló —¿Qué?

—Deja de decir eso —insistió Stiles.

—¿Quieres que pare de disculparme?

—Sí.

—¿Por qué?

Stiles giró la cabeza para no tener que mirarlo. —Estás borracho, eso es desagradable.

Derek hizo una pausa antes de responder. —Lo sé, estoy muy borracho pero también lo siento.

—Para.

—¿Qué, crees que lo estoy inventando porque estoy borracho? —Derek resopló.

—No. Sé que lo sientes, que probablemente estás arrepentido y que te duele mucho. Lo sé, Derek, pero no me importa —Stiles hizo otra pausa. —No importa cuántas veces me pidas perdón, porque no te voy a perdonar, no ahora y créeme que no en un futuro cercano.

Derek no dice nada, solo asiente con la cabeza mientras Stiles se gira para mirarlo, verlo apoyado en el inodoro hace que su pecho se apriete.

—¿Terminaste de estar enfermo?

—Creo que sí.

—Entonces, ven aquí.

Derek pareció sorprendido por un momento, pero hizo lo que le dijo, trayendo su vaso de agua con él mientras se sentaba a su lado, apoyando su cabeza contra el hombro de Stiles.

—Lo siento —murmuró.

Stiles gimió. —Dios, es como si no me escucharas.

—Lo hago, pero creo que decirlo me hace sentir un poco mejor —Derek se alejó del hombro de Stiles y se acostó en el piso apoyando su cabeza en su regazo.

Aproximadamente una hora de estar sentado en el piso de su baño, apoyado contra un armario y con la cabeza de Derek en su regazo, Stiles no sabe cómo está aguantando las flores. No estaba mirando a Derek, en cierto modo, casi parecía que no podía hacerlo. Aun así, estaba acariciando su cabello con una mano y la otra la tenía sobre su hombro, esperando que el toque gentil lo ayudara a calmarse. Las respiraciones rápidas de Derek lentamente comenzaron a relajarse cuanto más tiempo pasaba sin vomitar, y finalmente, se relajó por completo.

Las palabras de antes todavía sonaban en sus oídos.

Lo siento.

Lo había dicho como si fuera lo más obvio del mundo, como si realmente lo hiciera y la idea de no decirlo lo estaba matando por dentro. Stiles nunca había pensado en un mundo donde Derek no pudiera amarlo de vuelta. No había imaginado que pudiera llegar a tocarlo tan suave e íntimamente de nuevo, no después de haber terminado y mucho menos después de la boda. Duele. Debajo de toda la tranquilidad y suavidad del momento había un dolor que ardía en su pecho. Lo estaba matando.

Stiles no culpaba a Derek por no amarlo, él entendía que a veces el amor se acababa. Lo que un día creías amar con toda tu alma podía apagarse lentamente con el pasar de los días, no era un amor para toda la vida, aún eran jóvenes y tenían toda una vida por delante.

Entonces, Stiles no culpaba a Derek por no amarlo más, nunca lo haría, pero sí lo culpaba por arrebatarle su vida.

Hanahaki no era una enfermedad que aparecía de un día para otro, sino que se cultivaba con el pasar del tiempo, y por eso detestaba tanto a Derek, porque lo había dejado de amar hace mucho pero no se lo dijo, Derek permitió que su amor se terminara por completo, pero aun así lo mantenía atado a su lado. No lo dejaba respirar y para cuando Stiles se dio cuenta ya era tarde.

Entonces, Stiles no odiaba a Derek, no odiaba a Paige, lo único que podía sentir era enojo. Estaba enojado porque le había mentido, lo había engañado.

—¿Derek? —preguntó en voz baja.

—¿Si?

—¿Recuerdas cuándo fue la última vez que me dijiste te amo y fue en serio?

Derek sollozó en voz baja y enterró su rostro contra el regazo de Stiles. —Por favor, no lo hagas.

Stiles sonrió, —¿por qué?

—Porque no quiero hacerte más daño.

—¿Entonces... por qué es tan fácil para ti seguir adelante? —Derek se sienta de nuevo, su rostro se ve lúcido, como si el alcohol hubiera abandonado su sistema. Él no responde. —¿Y por qué no puedo hacer lo mismo?

Derek se levanta para abandonar la habitación, y Stiles puede escuchar como se acuesta en su cama, no se levanta por lo que parecen horas pero solo fueron unos minutos, cuando está a punto de abandonar la habitación Derek habla: —No te dejé de amar solo porque sí, Stiles. Es solo... me enamoré de alguien más y cuando me di cuenta ya era demasiado tarde, lo siento.

Leaving my love behind - SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora