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Stiles ve a Camden seis meses después de ingresar al equipo de voleibol. Él descubre que Camden e Isaac son hermanos adoptivos, y una parte de él se culpa por no haberse dado cuenta antes.

—¿Qué haces aquí?

—Vine con el capitán y el entrenador para arreglar un partido de práctica —no parece importarle que el equipo de su hermano los esté escuchando. —Pero parece que Derek sigue flechado por la manager del equipo ya que no han parado de coquetear desde que llegamos, juro que el entrenador está a nada de pegarle.

Stiles retrocede un par de pasos, con la esperanza de llegar al baño sin ser visto, pero sus ojos se encuentran con los Camden, Isaac no dice nada, pero Stiles puede sentir que el otro adolescente lo analiza. Él fuerza una sonrisa y hace un movimiento vago hacia el edificio detrás de él.

—Tengo que ir al baño. Ha sido un largo viaje en autobús —el capitán levanta una ceja pero asiente y Stiles deja escapar un suspiro cuando vuelve su atención a su hermano. Camina con cuidado a través de la multitud y hace una pausa para respirar profundamente detrás de otro autobús.

La sensación en su pecho se está intensificando y sabe que no tiene mucho tiempo. Rápidamente corre hacia el edificio de la escuela, lejos del gimnasio y las áreas deportivas, rezando a cualquier Dios que lo escuche, por favor, que alcance a ir al baño.

Stiles apenas logró ingresar a un puesto antes de amordazar los pétalos que trataban de forzar su salida.

Los pétalos cayeron por todas partes cuando cayó de rodillas y vomitó en el sanitario. Teniendo en cuenta que ni siquiera había logrado comer más que una rebanada de pan y su té de canela esa mañana, era principalmente bilis y saliva. Aún así, se atragantó y vomitó más pétalos de colores suaves que se burlaban de él. Suaves pétalos rosados en múltiples formas y tamaños, salpicados con un puñado de violeta cubrían el piso y el sanitario. Sin darse cuenta, reconoció los pétalos de crisantemo rosa y crisantemo violeta, parecían ser sus favoritos.

Después de lo que pareció una eternidad, pero no pudo haber pasado más de tres minutos, Stiles se apoyó contra la fría pared del puesto e intentó calmar su respiración.

Si seguían apareciendo de esta manera se quedaría sin tiempo.

Se mordió el labio inferior al recordar lo que Camden estaba hablando. Sintió que era mejor ahogarse en sus propios sentimientos, solo, y eventualmente dejar que las flores lo maten antes de tratar de enfrentar la situación.

Derek le había dicho que todo seguía igual entre ellos, pero tendrías que estar ciego para no verlo. Stiles conocía a Derek desde que eran niños, podía decir cuando Derek estaba escondiendo algo, y teniendo conversaciones secretas con la manager del equipo contrario, gritaba absolutamente que algo estaba ocultando.

Camden ni siquiera lo había reconocido cuando lo vio, así que era imposible que lo dijera de manera intencional. Se preguntó cuándo había sido la última vez que el equipo de Derek los vio juntos, o si es que ya pensaban que su relación había terminado.

Stiles solo tuvo un momento de tos antes de vomitar e inclinarse sobre la taza del inodoro para permitir que otro bocado de pétalos rosados golpeara la superficie del agua. Las lágrimas se filtraron de los bordes de sus ojos mientras usaba su chaqueta para limpiarse los restos de su boca. Con un último suspiro tembloroso, comenzó a recoger todos los pétalos que cayeron al suelo y los arrojó al inodoro, sin dejar evidencia alguna de su colapso.

Después de restregarse brutalmente el rostro en el lavado y enjuagarse la boca, Stiles salió del baño.

Y caminó directamente hacia Jackson.

—Jack...

El líbero se levantó de su posición en cuclillas, con el ceño fruncido en su rostro. Stiles se sintió nervioso y asustado.

—Lo siento, ya comenzaron a calentar, ¿no? Los nervios me causaron dolor de estómago —forzó una risa mientras se frotaba la cabeza tímidamente. —Soy muy torpe, ¿no lo crees?

Jackson no respondió nada, simplemente miró a Stiles como si fuera la primera vez que lo veía. Tragó nerviosamente, con un nudo en el estómago, si Jackson se enterara, ¿le diría a alguien?

—¿Cuánto tiempo? —preguntó suavemente. Stiles abrió la boca, miles de mentiras y excusas diferentes se cruzaron por su mente, pero una mirada al severo rostro de su amigo las evaporó todas.

Cerró la boca y tragó alrededor del nudo que se formaba, deseando que la humedad que podía sentir en sus ojos desapareciera.

—Casi ocho meses —suspiró.

Jackson inhaló bruscamente.

—Ocho... ¿estás jugando conmigo, Stiles? ¡Podrías morir! Hanahaki no es algo con lo que perder el tiempo.

—¿Y crees que no lo sé? —replicó entre dientes. —¿Crees que no me despierto todos los días preguntándome cuánto tiempo más me queda? ¿Si es que acaso este será el último día en que pueda respirar? Sé que no es algo con lo que jugar, Jackson, lo sé mejor que nadie. Yo no quería...

Las lágrimas están cayendo ahora, no puede detenerlas, ni parece poder respirar adecuadamente.

—No quiero morir así. Quería... quería mucho más —y entonces Jackson está allí, guiando la cabeza de Stiles hacia su hombro y sosteniéndolo mientras que él solloza.

Un movimiento extraño entre ellos, y si más de un hombro se mojaba por las lágrimas, bueno, no había nadie cerca para saberlo.

Leaving my love behind - SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora