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El viaje no estuvo mal. El tarareo de Derek siempre lo hacía sentir más cómodo, lo ayudaba a olvidar a su madre.

Después de la décima canción en su lista de reproducción, Derek le tocó el hombro. —Amor, nos bajamos aquí.

Stiles asintió, silenció su celular y se levantó junto a Derek mientras el autobús se detenía. Una vez que se abrieron las puertas, los dos se bajaron y fueron recibidos por un pequeño sendero que daba la bienvenida al bosque de Beacon Hills. Levantó una ceja, leyendo las letras oxidadas en el letrero que había visto días mejores, probablemente. Estaba tranquilo, salvo por el canto de los pájaros o el susurro de los árboles por el viento. El autobús se había ido tan rápido como había llegado. Era un lugar tan apartado que podría haber asustado a cualquiera pero Stiles solo se volvió hacia su pareja con una sonrisa traviesa en los labios.

—Derek, cariño, ¿estás planeando asesinarme?

Derek resopló, sorprendido por la acusación. Se tomó su tiempo para recomponerse antes de suspirar dramáticamente y mirarlo por el rabillo del ojo. —Maldición, eres muy inteligente, ¿cómo te diste cuenta?

—Fue muy sospechosa la manera en que me tomaste la mano y me arrastraste hasta el autobús.

Se rió entre dientes, con los hombros relajados. —Mis planes acaban de ser destruidos, pero no importa —Derek lo miró de una manera siniestra, —porque no tienes manera de escapar.

Stiles tarareo suavemente, intentando leer las letras pequeñas del letrero. —Aquí dice que solo tengo que esperar veinte minutos para el próximo autobús.

—¿Quién dice que no te puedo matar en veinte minutos?

—Confía en mí, me enseñaste a pelear.

Los dos se miraron el uno al otro antes de que Derek comenzara a reír alegremente, Stiles lo siguió segundos después.

—Derek, hablando en serio, ¿por qué estamos en el medio de la nada? ¿No se supone que tienes práctica ahora? —Stiles intentó ignorar el rubor que podía sentir en sus mejillas. Habían pasado semanas desde que había reído tanto.

—Pensé que sería buena idea tener una pequeña salida, solo nosotros dos. Sin una ciudad bulliciosa o gente molesta alrededor, sólo tú y yo. Aparte, la práctica puede esperar —Derek sonrió y el estómago de Stiles se agitó por tercera vez ese día.

Él dirigió el camino, hablando todo el tiempo sobre todo tipo de cosas, los árboles, su infancia, el juego que tiene la próxima semana, Stiles apenas lo escuchó, en cambio, miró como sus manos estaban unidas, la mano de Derek sobre la suya.

Derek se secó su frente, respirando un poco más fuerte de lo normal. —Vamos a mitad del camino, hemos hecho un gran progreso.

Stiles apretó su mano un poco más fuerte. —No puedo creer que tu idea de cita es caminar por una cuesta arriba con este calor, eres un idiota atlético —dice en un tono ligeramente burlón. Derek parpadeó, sorprendido.

—Me conociste así, ¿me puedes culpar?

—No, realmente no, pero apesta sudar.

—Muchas cosas apestan para ti, ¿eh?

Stiles sintió una pizca de vergüenza antes de relajarse, sabía que Derek estaba bromeando, su relación era así.

—Me alegra que salir conmigo no haya sido una de ellas.

—¿Qué?

—Quiero decir, llevamos conociéndonos desde hace años y aún así aceptaste salir conmigo, eso debe decir que no crees que esto apesta, ¿verdad? Eso significa mucho para mí, Stiles.

—Ya sabes, te amo —murmuró Stiles, mirando sus manos unidas. Hacía mucho calor.

Derek sonrió, guiándolo por el camino restante. —Entonces vamos, tienes que ver la vista espectacular que hay en la cima.

Lo siguió por el sendero de la montaña. Siguieron conversando, principalmente Derek, divagando sobre algún miembro del equipo contrario que seguía bloqueándolo, y sobre pequeñas cosas que no deberían haber importado, pero lo hicieron.

Cuando llegaron a la cima, varios minutos después, los dos estaban cansados, sudorosos y sin aliento mientras contemplaban la vista de la ciudad. Sin palabras, soltaron sus manos.

—Increíble, ¿no es así? —alardeó Derek mientras sacaba una manta de su bolso deportivo, un par de botellas de agua y las dejaba sobre la hierba.

—Sí

Ambos se sentaron y Derek tarareó, aún hurgando en su equipaje para sacar varios paquetes de comida. Stiles soltó una carcajada porque sabía que Derek odiaba cocinar así que no se sorprendió al ver los paquetes de sus galletas favoritas y otros tipos de comida chatarra.

—Lo que importa es la intención.

—Tu entrenador te va a matar cuando descubra lo que estás comiendo.

—No lo hará si es que no lo descubre.

Se rieron juntos una vez más. Las galletas estaban un poco aplastadas pero Stiles las disfrutó de todos modos, Derek le pasó la botella de agua y se acomodaron, observando lo hermosa que se veía la ciudad. Miró el cielo, una nube particularmente grande se encontraba sobre ellos.

Pasaron un momento de silencio antes de que Derek suspirara profundamente, moviéndose a una posición diferente en su manta compartida. Afortunadamente, la manta era lo suficientemente grande para ellos. Miró hacia atrás para verlo apretando una esquina de la tela para usarla como almohada.

—¿Qué estás haciendo?

—Estás privado de sueño, así que pensé que este sería un buen lugar para descansar, y también podría aprovechar de descansar un poco.

—¿Cómo lo sabes?

—Stiles, soy tu novio pero más importante aún es que soy tu mejor amigo y he notado lo cansado que estás últimamente. Sé que se está acercando la fecha de su aniversario así que pensé que sería una buena idea sacarte de tu mente antes de perderte por completo.

Él no lo miró, se quedó en silencio por unos segundos, imaginando sus manos llenas de sangre que no era suya. Cerró los ojos pero aún así podía sentir la mirada de Derek sobre su cuerpo. —¿Es este el final de la cita? —preguntó Stiles para cambiar el tema. No quería que el día terminara, no quería volver a casa.

—Tengo algo más planeado pero primero una siesta, solo quiero que obtengas el descanso que necesitas.

—¿Es por eso que me hiciste caminar por casi dos horas?

—¿Funcionó?

Lo hizo. Stiles se sintió mucho más cansado de lo habitual, y con la hermosa vista que ofrecía la cima de la montaña, sintió que podía dormir durante días.

Entonces, él obedeció.

Se acomodó al lado de Derek, dejando que su cabeza descansara sobre su pecho y de inmediato sintió como sus manos abrazaban su cintura, con un suspiro tranquilo dejó que sus ojos se cerraran y el agotamiento se apoderó de él.

Leaving my love behind - SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora