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Stiles se culpó a sí mismo por esto.

Es inquietantemente silencioso, y en el fondo de sus huesos sabe que está solo. No hay ni un alma que lo pueda escuchar o ver, la lluvia continúa cayendo fuera de su habitación, su ropa está empapada y se pega a su piel pálida. Stiles no recuerda cómo llegó a su habitación, lo último que recuerda es ver a Isaac subirse a su auto e irse. Tendría que haberlo detenido.

Quiere reírse como un loco, pensando en Claudia por unos momentos, piensa en cómo ella se burlaría por ser casi iguales.

Su visión comienza a nadar.

Si no se mueve pronto para llamar por ayuda, las flores lo iban a hacer desangrarse. Stiles lo sabía. Él lo sintió. Especialmente cuando los recuerdos comienzan a aparecer en su mente sin su consentimiento, así es como se siente morir, ¿no? Sus ojos se sentían hinchados, y su boca sabía a sangre y a flores. Comenzó a sentir un dolor florecer a lo largo de su pecho hasta su garganta, era peor de lo que fue hace una hora atrás. Si pudiera moverse podría tomar su celular para pedir ayuda.

Apretó los dientes y volvió a intentarlo. Y otra vez. Y otra vez. Se acostó en el piso, allí inútilmente, y trató de respirar. Stiles sentía que se estaba ahogando. Pensó en Jackson, en todo su equipo, en cómo nunca más estará en la cancha con ellos. Pensó en su padre y en cómo reaccionaría al saber que su único hijo había muerto de la misma enfermedad que su esposa.

Y de alguna manera pensó en Derek.

Esto era su maldita culpa. Culpa de Derek por haberlo engañado y culpa de Stiles por amarlo más de lo que se ama a sí mismo.

Se estaba volviendo difícil mantenerse despierto.

Más recuerdos parpadeaban ante los ojos de Stiles y su pecho se sentía en llamas. No había nada más que pueda hacer o decir, por un momento pensó si es que su madre se sintió de la misma manera antes de morir. Su boca se abrió para tratar de decir algo, de gritar cualquier cosa, pero ninguna palabra salió, solo pétalos. El piso estaba lleno de pétalos de crisantemos amarillos, naranjas, rosas, violetas y entre tantos colores vivos se encontraba un pequeño tulipán negro.

Cuando su mundo comenzó a desvanecerse y su visión se manchó con puntos negros, Stiles sintió unas cálidas manos sobre él y susurros de voces antes de que la oscuridad lo tragara por completo.

No quiero morir, pensó.

Leaving my love behind - SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora