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El día transcurrió después de la "siesta" con aquel chico del cual desconozco su nombre, la expedición con el grupo de Adam, con que Alex tuvo que volver porque vomito a medio camino y me abandono dejándome sola con Lili. Aunque debo admitir que no es aburrida, de hecho, sus temas a conversar son muy interesantes.

Ahora todos estamos descansando de la caminata, expedición o como lo quieran llamar. Adam está hablando con un grupo de tres personas mientras lo miro. Cuando se voltea y conectamos miradas hago de cuenta que estoy dibujando en la tierra con una ramita «oh, mira esa tierra tan llamativa, si hago que estoy dibujando, Adam no se dará cuenta de que lo estaba observando» es aniñado, lo sé, pero es lo único que se me cruzó por la cabeza.

¿Habrá dejado de observarme?, si alzo mi cabeza lo sabré «¡Mierda!», me está viendo con el entrecejo hundido y está de brazos cruzados —tierra, llévame hacia abajo— no puede ser que todo lo vergonzoso me pase solo a mí «Diosito, no soy la única en este planeta»

Me le encojo de hombros, simulando inocencia, mientras le dedico una sonrisa infantil. Él solo rueda los ojos y sigue con lo suyo, ser un idiota, o al menos esa fue la primera impresión que me dio.

Mis ojos recorren todo el ambiente, en especial los árboles con hojas secas y marrones a punto de caerse. Unos ojos marrones, para ser exacta, su altura debe pasarme por dos o tres cabezas, sus labios son de un color cereza; su vestimenta es una chamarra negra, pantalones negros, debajo de la chamarra lleva puesto una sudadera holgada y negra, también, básicamente está todo de negro. Lo único que tiene color son sus carnosos labios color cereza.

Me quedé embelesada con aquel chico, sé quién es, Luke Clarke. Estos chicos son los hermanos modelos, son sexy, misteriosos, los típicos chicos malos y ¿ya había dicho sexy? Aunque no los vi semidesnudos.

¿Pero qué mierda estoy diciendo? Ya me está afectando estar en este internado-reformatorio.

El chico de negro, que estoy viendo ahora, está con los ojos cerrados y su cabeza está recostada en el árbol, tiene audífonos puestos, de seguro está disfrutando la música que debe sonar a todo volumen.

¿Será que tiene buen gusto musical? —no lo sé, tal vez si le pregunte me lo diga—

Me levanto de la tierra y sacudo mi culo con la palma de mis manos y me separo del grupo de personas que está en el bosque. Me meto las manos en el bolsillo trasero de mi jean y camino silenciosamente, bueno, no es que diga algo pero está bien

No soy yo si no me aburro cada un segundo. Voy caminando con un pie delante del otro, es como el juego que te hacían jugar en la escuela de pequeño, que tenías que poner un pie por el turno que te tocaba. Era uno de los mejores juegos de mi infancia, ahora solo tengo que enfrentar la adolescencia y lidiar con ella.

Bueno, me aburrí de los pasos, ahora haré de cuenta que estoy en una cuerda floja con los brazos extendidos mientras me tambaleo.

—Con qué juegos infantiles, ¿eh? —Mi juego se arruina gracias a la voz masculina de alguien del cual desconozco.

—Sé que es un reformatorio y todo, pero... —me giro y veo a Luke— ¿Podrían dejarme disfrutar de mi infancia por solo un minuto? O lo que queda de ella.

—La infancia es limitada, se nos escapa de las manos, apenas dejamos de "soñar con Peter Pan". —Me volteo al escuchar aquellas palabras.

Besos Robados [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora