Besos Robados [#1]

15

Mini maratón 1/2

—¡Admite que tienes algo con él!

—¡No voy a admitir algo que no existe! Y si lo tuviera, no es asunto tuyo.

Cerré los ojos por un instante para contener paciencia.

—¿Por qué te interesa que me vaya o no con él? ¿Tienes algo en contra mío o con él?

—¿Qué? —su cara era un claro ejemplo de la confusión—. Claro que no lía, jamás tendría algo en contra tuyo.

—Entonces, ¿por qué no quieres que vaya con él?

—¡Por qué solo le interesa que estés metida en su cama! ¡Abre los ojos!

—No me digas lo que es o no bueno para mí —advertí—? O tal vez es porque estas celoso.

—¿Celoso? —ironiza—, no estoy celoso de él, solo te estoy advirtiendo de lo que puede llegar a hacerte.

—¿Advirtiendo? —solté una risa amarga—. No, tu no me estás advirtiendo, solo me estás obligado a no ir con Connor. No sé el porque de que no vaya, pero no me dirás que es lo que tengo que hacer, Ryan.

Coloco ambas manos en mi cara y suspiro, cansada.

—Ya ni sé porque estamos teniendo esta conversación —añado.

—Porque me importa lo que te pueda pasar lía.

—¿Por qué? ¿Porque no soy lo suficientemente capaz de poder con lo que me pase?

—Yo no... no quise decir eso.

—Pero lo estás pensando.

—Tampoco.

—¡Dios! ¿Por qué me creen incapaz de todo?

—Yo jamás he dicho que eres incapaz de algo.

—Ya no quiero tener está conversación contigo Ryan.

Me gire para volver dónde Connor. Pero Ryan me giro y estampó sus labios en los míos. Apenas tuvo contacto con mis labios, me despegue con brusquedad. Lo mire furiosa y descolocada.

—Esto... es absurdo

Lo deje ahí, parado con cara de confusión, y volví a dónde estaba. Con el dorso de la mano limpie mí boca. ¡Que estúpido!

—¿Pasó algo malo con ese?

—Ya estarás contento. Y ese tiene nombre, ahora llévame a la puta enfermería.

—Como pida la señorita. —Su sonrisa se ensancha.

—¡Que dejes de sonreír!

—La señorita no está contenta por aquel beso.

—Oh, cállate.

Me abrace a mí misma mientras íbamos a su auto.

Me quedé en shock por aquel beso. Jamás creí que él me besaría, jamás. Tal vez lo hizo porque está enojado, aunque eso no le da el derecho a besarme, o porque creyó que yo le correspondería el beso. Pero que idiota, ¿cómo se le ocurre? ¿Por qué todos confunden todo?