22

76 6 0
                                    


—Bien, este es el plan...

Hubiera pensado que sería fácil, como los otros planes, pero no fue así. Nada es fácil en esta vida.

No fue un plan muy complicado de hacer, era simple; caminar hasta su refugio y listo. Si disparaban, nosotros también lo haríamos.

Y ahora es más difícil capturar la bandera, ya que no se me ocurre ninguna idea.

—¿Estás bien? —Preguntan a mi costado.

Giro mi cabeza hacia su dirección y le sonrío.

—Sí, estoy bien. No te preocupes.

—¿Estás segura?

—Sí, Parker.

Él sonríe y vuelve la vista al frente, en donde se supone que es el refugio del grupo violeta.

Me doy vuelta, abrazando mis rodillas. Estamos todos agachados, esperando alguna señal para atacar, pero ya llevamos como una hora aquí esperando. Mi dedo índice está rozando mi rodilla. Desvío mis ojos de mis rodillas hasta levantarlos, y me encuentro con unos iris verde oscuro observarme. Trago saliva, lento, mientras él lleva su pulgar anillado a su barbilla.

Cierro los ojos por un instante, dejando caer mi cabeza hacia atrás. Necesito una ducha caliente y bastante larga, quiero quitarme toda esta suciedad ya mismo.

—Lía —susurran cerca mío— lía. —Vuelven a susurrar.

Se siente como lejano pero a la vez cerca aquel murmullo. Juraría que estoy soñando y que me quedé dormida mientras esperaba alguna señal.

Pero no fue así. Porque si lo fuera, no me estarían sacudiendo el hombro. Aunque tal vez puede que me haya quedado dormida.

—¿Qué? —abro los ojos, es Alex quien me estaba susurrando y sacudiendo.

—Ven. —Hace un andeman para que la siga.

—¿Adónde? —dejo caer mis manos en la tierra.

Se acerca a mí y me levanta del brazo. —Tú solo sígueme.

Miro para todos lados, todos están distraídos, y luego devuelvo mis ojos al frente. Alex me arrastra del brazo hacia no sé dónde.

—¿Dónde me llevas?

—Tengo que enseñarte algo.

Es increíble que no me haya reído a carcajadas luego de ver su estado, es que es imposible no reír con sus pelos disparatados y su cara loca. Quisiera saber que fue lo que pasó, pero sé que me aburriré.

Me distraigo tanto con su pelo que casi me da un ataque al corazón luego de que me jale hacia abajo. Escondiéndome detrás de un arbusto de plantas llenas de bolitas rojas. Me pregunto si serán comestibles. Acerco mi mano a una bolita, pero esta es golpeada por la mano de Alex. Junto mí entrecejo y sobo mi mano golpeada.

—¡Oye! Solo quería uno solo.

—No debes comer eso, es venenoso. —Me regaña.

—Ah, tiene sentido.

Me quedo mirando la plantita que quería agarrar. Hasta que recuerdo por qué estamos aquí.

—¿Por qué estamos aquí? ¿Querías enseñarme este lindo arbusto?

—Mira —apunta al frente, me guío con su brazo pero no veo nada—: aquí. —Me agarra de la barbilla y gira bruscamente mi cara— ¿Lo ves?

—Shi —hablo como puedo. Me suelta— Hay muchos arbustos.

—No. —Niega seguidamente— Osea sí, pero mira atentamente. ¿Por qué piensas que hay muchos arbustos?

Besos Robados [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora