Besos Robados [#1]

24

H

an pasado cinco meses ya, y en resumen esos cinco meses he tenido sexo cada día con Connor. También habían terminado los juegos ya, y habíamos empezado a estudiar lo que nos faltaba.

Cada vez que uno golpeaba la puerta del otro, decíamos "es una necesidad" y follabamos sin control. Y hemos tenido sexo hasta en la biblioteca, obviamente cuando está cerrada, siempre metía una excusa cuando me llegaba un mensaje de Connor y tenía que salir. Hemos experimentado en varias posiciones también.

Flashback

Mi teléfono vibra en mi mesa de luz, lo enciendo y veo un mensaje de Connor diciendo que me espera afuera.

—Alex, ya vuelvo, iré a la biblioteca.

—Sí, claro, la biblioteca. Últimamente estás saliendo muy seguido a la biblioteca. —Cierra su revista de maquillaje y me analiza de arriba a abajo.

—Sí, es que hay libros interesantes allí.

—Sí, libros, ten cuidado con los "libros".

—Sí, señora.

—Adiós traviesa.

Fin del flashback

Sonrío al recordar aquello y salgo de mi cama para ir al baño. Me bajo los pantalones.

—¡Noooo! —Grito.

Alex entra corriendo al baño, sí que es una buena amiga, sé que si me estoy muriendo y grito vendrá corriendo. Abre la puerta de golpe.

—¿¡Qué pasa!?

—¡Me vino la regla! Eso pasa. Se suponía que me tendría que venir el mes pasado. —Me cubro la cara con mis manos.

—¿Quieres que te traiga toallas íntimas?

—No, gracias.

—¿Necesitas algo?

—No, tú ve tranquila. Me quedaré aquí.

—¿Segura?

—Sí, sí.

Se supone que hoy tendría que ir con Alex a una mini fiesta, sí, de día. Pero no pienso salir con la regla y menos de día.

Una vez que salgo del baño, me pongo ropa abrigada y me tumbo de nuevo en la cama, escondiéndome abajo de la manta peluda y calentita. Cierro los ojos con fuerza cuando un dolor insoportable, en mis ovarios, hace que me retuerce. Me pongo boca abajo, se supone que así dejara de doler.

Amarro la almohada con mis puños y grito en ella. El dolor es insoportable, es tanto que hace que me salgan lágrimas del dolor. ¡Te odio menstruación!

Me limpio rápidamente las lágrimas cuando tocan la puerta. Respiro hondo y luego me levanto de la cama, arrastrando mis pies hasta la puerta. La abro con cara de amargada.

—Una necesi...

—No, hoy no. —Lo freno, camino hasta la cama y me tiró boca abajo.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Estoy con la regla. —Murmuro, mirando el suelo.

—Oh...

—Y no estoy de buen humor, así que no fastidies.

—Okey. —Escucho sus pasos acercarse. Veo que sus pies se frenan frente mío y levanto mi cabeza— Ya vuelvo, tú sigue... recostada.

Y vuelvo a dejar caer mi cabeza. Escucho como cierra la puerta y me pongo a mirar el techo, empezando a contar las líneas.