El Vino de tu Copa | Baby boy~₰Mikellino °Omegaverse°

#3

– Esta vez cuando regrese quiero ver mis copas en su lugar. Pórtate bien, baby. – le besó la frente.

– Shi daddy.

– Y recuerda no buscar tonterías en internet.

– Shi. Adiós daddy.

– Adiós – salió por la puerta.

Trolli fue caminando a la universidad. Cada vez que salía se preocupaba un poco, pero sabía que Mike podía arreglárselas solo unas horas. 

Pero lo que no sabía, era que la curiosidad de Mike por su adicción era demasiado grande.

   

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– ¡Mikel, ya llegué!... – llamó como siempre. Dejó sus cosas. – ¡cachorro! – sintió un lloriqueo. – ... ¡¿Mike?! – usó su oído lobuno para encontrarlo al instante. – dios, ¿estás bien? – tenía el pecho lleno de algo rojo, por un momento pensó en sangre pero el aroma a vino era muy fuerte. Entendió de inmediato que había bebido.

– Mh⁓... Mi cabeza.

– Es que eres muy tonto. Dije que no debías beber. ¿Y cuánto...? – vio una botella entera vacía. – tienes buen gusto, es uno de los mejores. – lo cargó.

– Sálvame, daddy. No quiero seguir aquí.

– Ssh, estás ebrio. – lo dejó en la cama. 

– Ahh⁓ daddy⁓ – abrió los ojos.  

– ¿Gimes cuando te embriagas? – no sabía si reír o tener pena por su estado.

– Daddy me salvaste. Te amo.

– Agh⁓, cachorro, mejor duerme. 

– P-pero daddy, si es verdad.

– No es hora de recordar eso.

– Pero daddy...

– Basta

– Ok... pero gracias por sacarme de ahí.

– No tienes que agradecer nada. – le besó los labios. 

   

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– Daddy – le tocó el brazo con timidez.

– ¿Ya estás mejor? – bostezó.

– Shi

– Muy bien. Ahora me explicarás en qué mierda estabas pensando.

– Perdón. Quería probar y pensé que solo sería un sorbito.

– Eres demasiado joven. Solo tienes 16, no puedes consumir alcohol.

– Lo sé.

– ¡Entonces no bebas!

– ... Ok.

– Nunca más, o hasta que tengas 18 por lo menos.

– Shi daddy... ¿No hay castigo?

– No. Pero..., ven aquí. – lo tomó de las piernas y el arrastró por el colchón.

– ¡Daddy!

– Mgh⁓... – se abalanzó sobre él y lo besó apasionadamente. – ¿Cuándo es tu celo? no hemos usado condón, y tengo miedo de embarazarte. 

– Es en unos días, daddy.

– ¿En cuántos? 

– 10

– Vale, desde mañana empezamos con el condón por si acaso.

– Oki 

– A mi celo le falta mucho más.

– Daddy en tu celo das miedo.

– Jeje⁓, perdóname baby. Es que te ves mil veces más apetitoso que el vino.

– Y me muerdes mucho.

– Ya te dije; apetitoso. Dan ganas de devorar cada centímetro de tu cuerpo. – le crecieron los colmillos. Se limitó a lamerle el cuello. 

– Hmh⁓ – se sonrojó.

– Pero realmente no sé si te ves más apetitoso en tu celo o en el mío. – le rozó su piel con los colmillos. – tu olorcito a vainilla me cautiva más que el de cualquier otro omega.

– Daddy perdón, no sé cómo describir bien tu aroma. Pero... es como el mar.

– ¿Olor a costa? sí, cuando era pequeño dijeron que era como una sensación más que un aroma. Toda la gente siente que está a orillas del mar cuando está a mi lado.

– Es raro.

– ... ¿Me estás diciendo raro? – alzó una ceja.

– ¡Ah! ¡no daddy! ¡no es eso!

– Solo te estoy molestando. – le revolvió el pelo.