#23

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Trolli llegaba de la universidad. Era jueves y mañana debería emborracharse como había indicado Flex así que no pensaba beber hoy.

El pedido de Flex parecía un poco extraño quizás, pero él nunca le había visto ebrio y quería ver cómo se comportaba ya que después de todo la personalidad de Trolli era un completo lío. ¿Qué sabía él? quizás mientras su amigo estaba ebrio dejaba a Mike durmiendo en casa y salía a alguna parte a andar.

– Hola – le besó y le dio una nalgada antes de ir a dejar sus cosas.

– Hola daddy, ¿Cómo te fue?

– Muy bien, gracias. ¿Qué hiciste por mientras?

– Dormí

– Productivo me saliste. – soltó una risita.

– Perdón daddy. – hizo un puchero.

– No, no, tranquilo. Y... hum, ¿Qué día pasaban a buscar la basura? que creo que se nos llena el basurero.

– ... – se quedó con la mirada perdida al escuchar esa frase, como pensando profundamente en algo. 

– ¿Y bien?

– El sábado. – desvió la mirada, mordiéndose el labio.

– Ok, que bueno que lo recordaste. ¿Estás bien?

– Yo... – ¿le decía o no? no se decidía. – no es nada.

– Deberías comer más sal, andas pálido y disperso. Probablemente se te bajó la presión.

– Es que ayer lo hicimos y eso me deja así a veces.

– Quizás te llené demasiado con leche. – le sacó un sonrojo. 

– Nunca es demasiado.

– ¿Entonces... quieres más? – lo sujetó de la cintura, pegándolo a su cuerpo.

– Mmm⁓, daddy, no me gusta negarte las cosas pero me duele un poquito.

– Ah, y eso que te lo hice lento ayer. 

– A-a veces pasa. Además, es un poquito grande... – no había que ser muy listo para entender de qué hablaba.

– Ya, para hoy solo hora de cariño, nada de placer. – lo tomó en brazos. – veamos una serie juntos, que no tengo mucho que estudiar.

– Síiii


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Estaban sentados en el sillón, Trolli estaba sentado en la típica pose de loto y Mike estaba encima suyo, recostándose en su pecho.

– ¿No te dan miedo los zombis? – preguntó el azabache.

– No

– ¿Por qué?

– Porque estoy contigo, daddy.

– Ah, que lindo.

– Tus latidos me tranquilizan. Nunca podría tenerle miedo a algo si estoy así contigo.

– ... – ¿Qué haría Mike sin él? – baby, deberías... No, olvídalo. – le abrazó. – te amo.
     

¿Qué haría Mike sin Trolli y qué haría Trolli sin Mike?

    

*ೃ༄

     
– Bien, hoy es el día. Me pregunto cuantas copas deberé tomar... – se peinó un poco. – no trates de impedirlo, baby. 

– ¿Para qué es esto?

Esperaba que esa pregunta no llegara.

– Pues... experimentos de Flex (? – por la mirada de Mike, notó que éste no le creía. – son--...

– ¿Secretos de daddy? estoy harto de esa respuesta.

– Primera vez que te enojas conmigo en mucho tiempo. – se agacho frente suyo. – cariño, no te enojes por favor. Esto es necesario.

– ¿Por qué lo es?

– No puedo decirte, pero algún día... – lo tomó de la mano. – lo sabrás. Te lo prometo.

– Ok – le sonrió. – no te preocupes, puedo aguantar sin saberlo mientras no te haga daño, daddy.

– Buen chico. – le besó y se levantó. Sonó el timbre. – llegó Flex. Puedo oler ese aroma a bayas silvestres desde aquí.

Fue a abrir. Mike siempre se quedaba atrás hasta confirmar que en verdad fuera Flex y que estaba solo. Nunca se sabía.

– Hola Trolli. – le besó la mejilla como siempre hacía.

– Hola. Ven, pasa. 

– ¿Bebiste ayer? – preguntó, ya adentro. – ah, hola Mike.

– Hola

– No. Preferí no hacerlo.

– Buena elección. ¿A las cuantas copas comienzas a mostrar signos de ebriedad?

– En la quinta. En la sexta ya ando idiota y en la séptima... Mike, ¿llego a la séptima? no recuerdo.

– ... Sí daddy, sí llegas. – "Que curioso que no recuerde" pensó el menor.

– Bueno, quiero que llegues a la sexta.

– Vale. Baby, tráeme un Cabernet por favor. Tú sabes cuál.

– Oki – fue de inmediato a buscarlo.

– ¿Crees que te calientes? – preguntó sin miramientos el peliazul.

– Siempre lo hago. Pero como estás presente no sé si pase...

– ¿Y qué dices? ¿te resistirías si te besara?

– ... – lo fulminó con la mirada. – Flex, tengo novio te lo recuerdo por milésima vez. Si intentas algo, aprovechándote de tu experimento, te juro que de esta casa sales mal.

– Ahora me amenazas, wow. Impresionas.

– Hijo de puta, te hablo muy en serio. Nada de hacer algo, y en especial con Mike enfrente, que no quiero problemas con él.

– Bueno

Mike volvió con el vino y una copa. 

– Toma daddy.

– Gracias – se sirvió. – empecemos con esto... – comenzó a beber.

El Vino de tu Copa | Baby boy~₰Mikellino °Omegaverse°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora