Lo sentó en una silla, se notaba nervioso.
– ¿¡Por qué mierda le dices "hijo de puta" a un policía en medio control!? ¿¡o es que no viste que debías disimular?!
– Perdón
– ¡Un "perdón" no es suficiente! ¡quiero una explicación!
– No sé dártela, daddy. Ni siquiera sé qué es "hijo de puta".
– ¿¡Por qué no empiezas con un "me dijiste que no lo hiciera pero como soy un malparido lo hice igual"?!
– ¿M-malparido?... ¿Qué es eso?
– ¿¡No escuchas?! mal-parido, ¡te parieron mal!
– Y-yo...
– Me da ganas de... de... – lo tomó del cuello.
– ¿¡Daddy?! agh⁓... – le quitó el aire.
– ... ¿Que mierda estoy haciendo? – lo soltó de inmediato. La expresión le cambió. – ¿Qué estaba haciendo? – trataba de entender lo que le pasaba. – no llores, tu daddy es un idiota. – lo tomó en brazos y lo abrazó. – ni siquiera te disculpes por lo que dijiste, ni siquiera sabías. Perdón por decirte malparido, perdón...
Estaba asombrado. Nunca se había imaginado ser capaz de tratar así a Mike.
– Me p-portaré bien lo prometo. – soltó unas lágrimas de puro miedo.
– ... – se fue a sentar a un sofá. – hago todo mal. – lo apegó a su pecho. – ¿Por qué soy así? no pensé que usaría mi violencia contra mi propio bebé...
– Me duele el cuello.
– A ver. – le levantó el mentón. Estaba todo morado. – te apreté. ¿¡En qué momento te apreté?! ni siquiera me di cuenta. – le acarició la mejilla y le secó las lágrimas.
– ¿Va a pasar?
– ¿Qué?
– El dolor.
– ¡Sí! sí... pronto, debes estar quieto. – escuchó el timbre. – no de nuevo. ¿Qué le diré a los polis cuando vean esto en tu cuello?
– Solo te causo problemas, daddy.
– Nada de esto es tu culpa, toda es mía. – lo bajó con cuidado. – luego te pondré hielo. No te muevas aunque sea la policía, esconderte ya no tiene caso.
Fue a abrir la puerta.
– Hola Trolli.
– Hola Flex. – suspiró de alivio, por lo menos no era la policía de nuevo. – ¿Qué pasa?
– ¿Cómo que "qué pasa"? te vengo a ver. Recuerda el trato.
– Sí. Entra. – se hizo a un lado.
– ¿Cómo está--...? – llegó a la sala de estar. – ... ¿¡QUÉ LE HICISTE?! – tomó al azabache del cuello de la camisa.
– Fue... un accidente. Bueno la verdad no sé. Estoy raro, muy raro.
– ¿¡Raro?! ¡tienes a tu novio con el cuello todo morado! ¿¡lo estrangulaste o algo?!
– Lo tomé de ahí y le di un apretón sin darme cuenta.
– Pudiste matarlo.
– ... Lo sé.
– ¿Qué hizo para que le hicieras eso?
– Vino la policía, y Mike no encontró una mejor idea que decirle "hijo de puta" a uno cuando lo encontraron.
– ¿¡Lo encontraron?!
– Sí, pero no me enojé con él por eso. No fue su culpa. Me enojé por lo que dijo, pensé que iba a quedar la cagada entonces supongo que quise venganza por el susto, pero... él es inocente. Es mi culpa por no decirle que era una mala palabra.
– Pero no entiendo, ¿Por qué mierda le hiciste eso?
– ¡Te dije que ando raro! – gruñó. – no sé qué estaba pensando. Hasta le insulté.
– Te recetaré calmantes. – sacó un papelito y le puso firma. – ve a la farmacia y ya. Esto puede hasta ser un problema de ansiedad.
– Gracias. Quizás con esto se me pasa la idiotez.
– Eso espero, Trolli, eso espero. – se agachó frente a Mike. – ¿tuviste mucho miedo?
– Solo me dolió... sé que daddy no me haría nada serio.
– Mike, esto es serio. Eres débil, un apretón más fuerte te habría matado.
– No le digas eso. – susurró Trolli.
– Tú cállate. – dijo seco. – pequeño, le receté unos medicamentos a Trolli. Debes asegurarte de que los tome. Luego de ellos él estará mejor y esto no volverá a pasar, ¿entendido?
– ¿No me volverá a hacer esto? – señaló su cuello.
– No debería. – observó de reojo al lobo culpable. – ponle hielo antes de que empeore.
– ¿Podría estar peor? – fue a por el hielo.
– ... – miró la copa en el velador. – espera, ¿acaso bebió antes?
– No, esa es su primera copa.
– Entonces fueron solo impulsos por el enojo... ¡pero impulsos muy graves! ¡solo mira! ¡santo dios eso te dolerá los próximos días! – le acarició la cabeza. – ¿te asustaste o no?
– ...
– Está bien, Mike. Es normal. No significa que seas un mal baby, el miedo si te sujetan del cuello de esa manera es una reacción que todos tendríamos.
– Tuve mucho miedo... – soltó una lágrima. – no quiero que lo haga de nuevo. N-nunca más...
– Debes decírselo, sino, no se lo tomará tan en serio.
– Ok
– ¿Lo prometes?
– Sí
– Entonces con los calmantes y esto me quedo tranquilo. ¿Recuerdas cuando te pregunté sobre conductas sádicas? hablaba de esto. – bajó la mirada.
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El Vino de tu Copa | Baby boy~₰Mikellino °Omegaverse°
FanfictionJamás se enterarían de como consiguió un Baby boy, pero a nadie le importa, porque nadie sabe que lo hizo. Desde su adquisición, Mike siempre ha visto como su daddy toma vino siempre que no está la universidad. Lo hace todo el tiempo, sin embargo c...