#18

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Lo sentó en una silla, se notaba nervioso.

– ¿¡Por qué mierda le dices "hijo de puta" a un policía en medio control!? ¿¡o es que no viste que debías disimular?!

– Perdón

– ¡Un "perdón" no es suficiente! ¡quiero una explicación!

– No sé dártela, daddy. Ni siquiera sé qué es "hijo de puta".

– ¿¡Por qué no empiezas con un "me dijiste que no lo hiciera pero como soy un malparido lo hice igual"?!

– ¿M-malparido?... ¿Qué es eso?

– ¿¡No escuchas?! mal-parido, ¡te parieron mal! 

– Y-yo... 

– Me da ganas de... de... – lo tomó del cuello.

– ¿¡Daddy?! agh⁓... – le quitó el aire.

– ... ¿Que mierda estoy haciendo? – lo soltó de inmediato. La expresión le cambió. – ¿Qué estaba haciendo? – trataba de entender lo que le pasaba. – no llores, tu daddy es un idiota. – lo tomó en brazos y lo abrazó. – ni siquiera te disculpes por lo que dijiste, ni siquiera sabías. Perdón por decirte malparido, perdón...

Estaba asombrado. Nunca se había imaginado ser capaz de tratar así a Mike.

– Me p-portaré bien lo prometo. – soltó unas lágrimas de puro miedo.

– ... – se fue a sentar a un sofá. – hago todo mal. – lo apegó a su pecho. – ¿Por qué soy así? no pensé que usaría mi violencia contra mi propio bebé...

– Me duele el cuello.

– A ver. – le levantó el mentón. Estaba todo morado. – te apreté. ¿¡En qué momento te apreté?! ni siquiera me di cuenta. – le acarició la mejilla y le secó las lágrimas.

– ¿Va a pasar?

– ¿Qué?

– El dolor.

– ¡Sí! sí... pronto, debes estar quieto. – escuchó el timbre. – no de nuevo. ¿Qué le diré a los polis cuando vean esto en tu cuello? 

– Solo te causo problemas, daddy.

– Nada de esto es tu culpa, toda es mía. – lo bajó con cuidado. – luego te pondré hielo. No te muevas aunque sea la policía, esconderte ya no tiene caso.

Fue a abrir la puerta.

– Hola Trolli.

– Hola Flex. – suspiró de alivio, por lo menos no era la policía de nuevo. – ¿Qué pasa?

– ¿Cómo que "qué pasa"? te vengo a ver. Recuerda el trato.

– Sí. Entra. – se hizo a un lado.

– ¿Cómo está--...? – llegó a la sala de estar. – ... ¿¡QUÉ LE HICISTE?! – tomó al azabache del cuello de la camisa.

– Fue... un accidente. Bueno la verdad no sé. Estoy raro, muy raro.

– ¿¡Raro?! ¡tienes a tu novio con el cuello todo morado! ¿¡lo estrangulaste o algo?!

– Lo tomé de ahí y le di un apretón sin darme cuenta.

– Pudiste matarlo.

– ... Lo sé. 

– ¿Qué hizo para que le hicieras eso?

– Vino la policía, y Mike no encontró una mejor idea que decirle "hijo de puta" a uno cuando lo encontraron.

– ¿¡Lo encontraron?!

– Sí, pero no me enojé con él por eso. No fue su culpa. Me enojé por lo que dijo, pensé que iba a quedar la cagada entonces supongo que quise venganza por el susto, pero... él es inocente. Es mi culpa por no decirle que era una mala palabra.

– Pero no entiendo, ¿Por qué mierda le hiciste eso?

– ¡Te dije que ando raro! – gruñó. – no sé qué estaba pensando. Hasta le insulté.

– Te recetaré calmantes. – sacó un papelito y le puso firma. – ve a la farmacia y ya. Esto puede hasta ser un problema de ansiedad.

– Gracias. Quizás con esto se me pasa la idiotez.

– Eso espero, Trolli, eso espero. – se agachó frente a Mike. – ¿tuviste mucho miedo?

– Solo me dolió... sé que daddy no me haría nada serio.

– Mike, esto es serio. Eres débil, un apretón más fuerte te habría matado.

– No le digas eso. – susurró Trolli.

– Tú cállate. – dijo seco. – pequeño, le receté unos medicamentos a Trolli. Debes asegurarte de que los tome. Luego de ellos él estará mejor y esto no volverá a pasar, ¿entendido?

– ¿No me volverá a hacer esto? – señaló su cuello.

– No debería. – observó de reojo al lobo culpable. – ponle hielo antes de que empeore.

– ¿Podría estar peor? – fue a por el hielo.

– ... – miró la copa en el velador. – espera, ¿acaso bebió antes?

– No, esa es su primera copa.

– Entonces fueron solo impulsos por el enojo... ¡pero impulsos muy graves! ¡solo mira! ¡santo dios eso te dolerá los próximos días! – le acarició la cabeza. – ¿te asustaste o no?

– ...

– Está bien, Mike. Es normal. No significa que seas un mal baby, el miedo si te sujetan del cuello de esa manera es una reacción que todos tendríamos.

– Tuve mucho miedo... – soltó una lágrima. – no quiero que lo haga de nuevo. N-nunca más...

– Debes decírselo, sino, no se lo tomará tan en serio.

– Ok

– ¿Lo prometes?

– Sí

– Entonces con los calmantes y esto me quedo tranquilo. ¿Recuerdas cuando te pregunté sobre conductas sádicas? hablaba de esto. – bajó la mirada. 

El Vino de tu Copa | Baby boy~₰Mikellino °Omegaverse°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora