#27

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– ... – sus ojos se volvían húmedos. – esos cortes... – el azabache temblaba. – y-yo...

– Fuiste tú. – el menor bajó la mirada. – necesitas saberlo.

De repente varias escenas, momentos, diálogos, sensaciones y olores inundaron a Trolli.

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– ¿Por qué haces esto, daddy? – lloriqueó al sentir la punta de un cuchillo recorrer se hombro. – ¿Qué hice mal?

– ¿Por qué nunca gritas? ella lo hacía.

– Quién

– ... – hizo un corte.

– ¡Ay!... 

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– Daddy me duele, por favor, ya fue suficiente.

– Bueno – tiró el cuchillo a la pila y besó los labios del castaño de manera algo brusca. – recuerda, nada de hablar después. 

– ¿Por qué?

– Porque... – él sabía perfectamente el mayor miedo de Mike. – entonces te voy a abandonar.

En parte era cierto. Si el Trolli cuerdo se enteraba preferiría mil veces dejarle solo a seguir cortándolo de esa manera.

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– ¿Qué...? – se quedó paralizado al verle vaciar la sangre en una copa y comenzar a beberla. – d-daddy...

– Yo siempre le veía beber. Siempre que bebo vino, recuerdo la sangre chorreando de su boca.

– No entiendo, ¿de quién me estás hablando?

– Ella le amaba. – derramó una lágrima. – y él solo la cortó sin pensárselo dos veces. 

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– ¿¡Trolli?! – Flex lo sacudía un poco. – hombre, ¿estás bien? te desmayaste por un rato.

– ... Perdón, bebé. – abrazó a Mike con fuerza mientras lloraba. – perdóname. Debió salvarte una persona sana, no un enfermo adicto al vino y a la sangre.

– Daddy...

– Lo que me diferencia de él es que yo sí te amo.

– A tu padre. – dijo el peliazul. – Mike, Trolli se refería a él. Ya te hablé un poco sobre su madre el otro día, ¿lo recuerdas?

– ¿¡Qué le dijiste!?

– Que se parecían.

– ... Cachorro, mereces por lo menos saber por qué hacía todo eso. Y no, no me estoy justificando. Para nada. Solo quiero que entiendas un poco por qué decía esas cosas.

– Ok

– Cuando tenía 10 años mi padre masacró a mi madre afuera de mi habitación. Con cuchillos de cocina... Tú y ella se parecen mucho, esa fue una de las razones por las que quise ir a rescatarte al ver tus vídeos, sentí que debía hacer por ti lo que por ella no pude. Cuando la mató, mi papá le drenó la sangre, la puso en botellas de vino y me obligó a beber una copa. – sintió unas caricias en la espalda, provenientes de la mano de Flex. Entrecerró los ojos un momento, se secó las mejillas y siguió hablando. – ese día me convertí en mi padre, un sociópata. Ya a los 12 conocí a Flex. Él era el único que tenía el valor de acercarse a mí, porque los demás me tenían miedo ya que habían escuchado la historia. Entonces me intentó ayudar, decidió estudiar psicología, y no fue hasta que le puse una navaja en el cuello que comprendió lo grave que era todo. 

– Sabía que no me cortarías. – dijo el peliazul.

– Pero tenías miedo.

– ¿Qué querías que sonriera? tenía una puta navaja en el cuello.

– Mmm, buen punto. 

– ¿Y luego? – preguntó Mike con bastante curiosidad.

– Mientras más años cumplía más ganas de matar tenía. Herí a varios. Cuando cumplí 18 y beber alcohol para mí ya era legal probamos el método del vino. ¿Por qué el vino? porque me recordaba a la sangre, y tan solo la sensación de beberla me calmaba. Así que sí, soy adicto a la sangre, el vino solo es un engaño que me hago a mí mismo. Todo iba bien hasta que apareciste, y al estar tan ebrio tuve tantas ganas de probar tu sangre... No me resistí. Pero lo de Mark fue la gota que colmó el vaso, me estoy convirtiendo en una bestia.

– Ya sabía que mataste a Mark. 

– Me lo temía.

– Daddy, yo te amo pero por favor no me sigas cortando.

– ... Perdón, pero... – le tomó la mano. – si dejo de beber vino podría solucionarse, pero no puedo solo cortarlo, debo ir dejando de beber de a poco y con lo que le hice a Flex me doy cuenta que estoy empeorando. Si estoy en lo correcto, en unos meses no necesitaré estar ebrio para cortarte, y en un año mataré gente. Flex ya me ofreció una solución pero eso incluye dejarte un tiempo solo.

– ¿Qué? no...

– Oye, oye, cachorro, mírame. Tengo una adicción a la sangre, y como otras adicciones, se puede superar. Quiero ser normal, quiero poder vivir una vida contigo sin tener miedo de hacerte daño. ¿Tú quieres eso? ¿vivir conmigo hasta que la muerte nos separe?

– S-sí. Eso es lo que más deseo, por eso tengo miedo de que me abandones.

– No te abandonaré. Mira, hablaré con mis tíos. Espero que entiendan. 

– Trolli – llamó el peliazul. – lamento arruinar el momento, pero tienes otro problema llamado Muzi.

– ¿Qué hay con él?

– Cortaste a su esposo. – se señaló. – él sabe que estás enfermo, pero piensa que estás controlado. Al ver los cortes hacerle creer otra cosa que no sea que me cortaste será imposible.

– Joder

– Y es oficial, así que es un problema enorme. Te va a denunciar a la policía y no podré ayudarte.

– P-pero tú puedes controlarlo un poco, ¿no?

– Tampoco seas ingenuo. Claro que algo puedo hacer, pero... no sé si sea suficiente.

– Mierda

El Vino de tu Copa | Baby boy~₰Mikellino °Omegaverse°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora