Capítulo 7

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¿En qué momento había entrado y no la habíamos escuchado? La cara me ardía de la vergüenza.

- Hola amor... - me soltó y se acercó a ella con nerviosismo. Le dio un beso en los labios y ella le correspondió.

- ¿Espero no haber interrumpido? - más que una pregunta, parecía una amenaza para mí. Sonreí nerviosa.

- No, claro que no. - se aclaró la garganta y la acompañó hasta una de las sillas - Le estaba agradeciendo a Serena, eso fue todo.

- ¿Y qué tenías que agradecerle? - se sentó. Y aunque me daba la espalda, pude notar su enojo que trató de disimular. Yo seguía parada donde mismo, inmóvil.

- Pues que habló muy bien de mí con Dárien. - Ella volteó hacia mí y como anteriormente lo hacía me miró de pies a cabeza.

- Los dejaré solos, con permiso. - salí como alma que lleva el diablo hasta el baño de empleados, ahí estaba Mina pintándose los labios.

- Hola Serena... - se miraba al espejo mientras delineaba delicadamente su boca.

- Hola Mina... - sin dilación entré en uno de los sanitarios.

- ¿Y como te fue en el viaje? - su tono era muy sugestivo, yo salí inmediatamente y le hice una seña para que guardara silencio. Abrí la llave del agua y comencé a lavarme las manos. Ella me miró por el reflejo del espejo y achicó los ojos.

- Me fue bien, bueno mal... ya no sé ni lo que digo, pero además, no lo digas de esa manera, si alguien te escucha pensara cosas que no son. - Y ya tenía suficiente con que la esposa de mi jefe los encontrara abrazados, pero eso no se lo iba a decir a Mina.

- Perdón, perdón. - se disculpó. Guardó su pintalabios en el bolso y volteó a verme de frente. - ¿Pero, cómo que mal? - se cruzó de brazos y recargó su cadera en el lavabo.

- Pues el Licenciado Kou abandonó el caso de Yamaha. ¿No te lo dijo tu jefe? - me sequé las manos y volteé a verla. Ella negó con su cabeza.

- Es muy largo de explicar, pero por eso regresamos antes. - tiré el papel que tenía en las manos y caminé a la salida.

- Oye, no me puedes dejar así... cuéntamelo todo. - caminó detrás de mí, sabía que no podía safarme tan fácil de ella.

Me detuve un segundo y revisé que nadie nos escuchara. - Júrame que no dirás nada. - Bajé la voz lo más que podía. Ella levantó su dedo meñique y yo lo entrelacé. - Te lo juró. - dijo.

- Yahama confesó haber matado a su esposa. - dije en un susurro, sus ojos se abrieron ante la sorpresa de lo dicho. Y cuando parecía que iba a decir algo, le tapé la boca con mi mano. - No digas nada, esto es muy grave, mi jefe está muy afectado y tu jefe ya lo sabe. No sé a dónde vayan a parar las cosas. - Mi cara de preocupación ayudó a que mi amiga no quisiera seguir ondeando en el tema. Quité mi mano de su boca y por primera vez, Mina ya no supo que decir. El tema era muy delicado.

Caminamos en silencio de regreso a las oficinas, ella se quedó en su lugar y yo seguía de largo. Esperaba que la esposa de mi jefe ya se hubiera ido, no quería volver a sentir la incomodidad de su mirada.

Toqué la puerta y lo escuché hablando con alguien, pensé que era ella, así que decidí aguardar afuera, pero luego la puerta se abrió y vi que era el Licenciado Dárien.

- Hola Serena... - serio como siempre, me saludó y se fue. Entré en la oficina y pude ver a mi jefe con el ceño fruncido revisando unos papeles.

- ¿Pasa algo? - pregunté. Su sonrisa se había esfumado, y seguramente tuvo una que ver con la visitas del jefazo.

Enamorada de mi JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora