Capítulo 30

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El lunes por la mañana estoy lista para enfrentar al mundo. Me he bañado, cambiado y desayunando; cosa no que he hecho muy bien estos días.

Justo a las ocho de la mañana entro en el elevador. Al salir veo al jefe Dárien, me sonríe, le devuelvo la sonrisa. Ahora si soy capaz de sonreír.

- Buenos días Serena, espero que te sientas mejor...

- Muchísimo mejor Licenciado. - Y es verdad, estoy exorcizada.

- Bien, pues entonces, pasa por favor, hay muchos asuntos que debemos tratar. - me señala la puerta de su oficina  y yo voy hasta ella. Entramos.

- Siéntate por favor. - Parece que en los días que no he venido el jefe volvió a su cordialidad de siempre.

- Claro, gracias. - tomo asiento en las sillas que está  frente a su escritorio. - Licenciado, olvidé la incapacidad del médico.  - me excuso.

- No te preocupes, no tiene importancia. - dice como restándole importancia al asunto. ¡Qué raro! - bueno... - continúa - primero que nada, déjame anunciarte que te he promovido para que seas mi asistente - ¿Qué? ¿Y Mina? Abro la boca para hablar pero me detiene con un ademán -No te preocupes por Mina, ha pasado a ser la asistente de Kaolinite. Sin Seiya aquí todo vuelve a la normalidad - Finjo no escuchar el nombre pero lo oigo, fuerte y claro y nuevamente una punzada se aloja en mi corazón. - Solo con la diferencia que tú y Mina cambiarán de lugar.

- ¿Puedo preguntar a qué se debe? - estoy insegura con eso del cambio.

- Sólo a que me di cuenta que eres muy eficiente y necesito a alguien como tú aquí, a mi lado. - me sonríe y una extraña sensación aparece dentro de mí.

- Pues gracias por eso. Le prometo que haré muy bien mi trabajo. - Y realmente soy sincera, siempre quise trabajar a la par del Licenciado Chiba pues es un abogado muy reconocido, y aunque esto me tome por sorpresa, haré mi mayor esfuerzo.

- Bien. Avísale a mantenimiento para que cambien tu escritorio a mi oficina.

- ¿Cómo? - obviamente mi pregunta le molesta pues frunce el ceño.

- ¿Tienes algún problema? porque cuando Kou vino a trabajar aquí y te dejé a su cargo no objetaste nada... - ¿A qué viene ese tono? No veo porque tenga que sacarlo al tema. Además, es lógico que me parezca raro, ni siquiera a Mina le ha pedido que mueva su escritorio dentro, y eso que ya tiene dos años más que yo aquí.

- Lo siento señor, no me mal interprete, pero me parece raro, Mina esta allá afuera. - señalo como lo más obvio.

- ¡Pero Mina, no es tú! - ¡Wow! ¿Y eso qué significa? Me mira fijamente y nota que su comentario está fuera de lugar, así que, se aclara la garganta y continúa - Es decir... tienes más preparación tú que ella, además tienes un don para con los clientes y los asuntos penales los resuelves rápido. - Achico los ojos meditando sobre lo que acaba de decir; bueno, sí soy más perceptiva que Mina, aunque eso no me ayudó a darme cuenta de la farsa de Seiya. -¿Otra ves con eso?- me recrimino.

- Bien, entonces si eso es todo, voy a hacer la llamada... - Ya no objeto nada, no tiene caso, parece que está decidido a tenerme aquí adentro, sólo espero que todo salga bien.

Al salir del despacho del Jefazo, mi amiga ya está en su lugar. Sonrió al verla y ella me devuelve la sonrisa.

- Amiga... - chillo acercándome a ella.  Se pone de pie y nos abrazamos. - lamento no haberme comunicado contigo pero no podía, lo juro. - digo en su oído y ella solo asiente. Me abraza más fuerte.

- Imagino que no la estabas pasando bien. Aunque si hubiera querido que me llamaras para apoyarte... sabes que puedes contar conmigo - dice una vez que nos separamos.

Enamorada de mi JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora