Capítulo 22

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La suave luz del sol entraba por la ventana, la habitación estaba media iluminada pues solo una cortina está corrida.
Comencé a despertar del profundo sueño en el que me había sumergido pocas horas antes.

Abrí lentamente un ojo, luego el otro, parpadee varias veces para acoplarme a la luz. Noté entonces que un brazo me sostenía por detrás, una suave respiración llegó hasta mi nuca. Era Seiya durmiendo plácidamente.
De a poco comencé a remover el brazo de encima mío, necesitaba ir al baño, hacia un poco de frío y mi cuerpo desnudo comenzaba a resentirlo. Cuando logré quitarlo por completo salí despacio de la cama, tratando de hacer el menor ruido posible. Mi jefe se removió de su lugar y me dio la espalda pronunciado algunas palabras que no supe entender.

Una vez que llegué hasta el baño cerré con seguro. Minutos más tarde,  me di cuenta que en el lavabo había cepillos de dientes nuevos, pasta e hilo dental. Sorprendida por el detalle, me asomé a la regadera y pude ver una serie de implementos nuevos para la ducha. Satisfecha, abrí una de las llaves de agua y templándola me metí a bañar.
Estaba sumergida en los pensamientos de la noche anterior cuando escuché como mi jefe tocaba a la puerta.

- Serena... - escuchar nombrarme me sobresaltó un poco y tiré el jabón que tenía en las manos.

- Seiya... - antes de recoger el jabón me sujeté el pecho para calmar mis respiraciones aceleradas. - ¡me diste un susto! - grité por encima del ruido del agua.

- Perdón amor... - se disculpó. Abrí mucho los ojos, era la primera vez que me llamaba de esa manera. Mi corazón volvió a latir rápidamente pero ahora por un motivo diferente. - ¿Podrías abrirme?

¿Quiere entrar? ¿Por qué? ¡Que pena! me sonrojé. ¡Un momento! ¿Por qué me sonrojo? no es como si no lo hubiera visto ya desnudo.

Salí de la regadera y con paso lento, para no caerme, fui hasta la puerta y le quité el seguro, caminé de vuelta con un poco más de prisa para llegar hasta detrás de las puertas de vidrio templado que separaban la ducha del sanitario. Como tonta me hice bolita en un esquina dándole la espalda y tratando de que no me viera. ¡Como si eso fuera posible con el vidrio tan transparente!

Escuché como giró la perilla y entró. Yo fingí jabonarme.

- Lo siento, no quería interrumpirte, sólo que hay necesidades que no pueden esperar... - su tono simple hizo que volteara de reojo a verlo. Caminó directo hasta el retrete y comenzó a hacer sus necesidades. ¡Dios! Juro que nunca había habido tanta intimidad entre Andrew y yo como en este momento con mi jefe. Seiya actuaba como si fuera lo más normal del mundo y sentí como mis mejillas se sonrojaban. Luego lo entendí. Eso sucede cuando has vivido tanto tiempo con una persona, y esa persona es tu esposa. El color se me fue y regresé mi vista a la pared de enfrente.

- Seiya... - quise preguntar pero no sabía cómo, tampoco quería incomodarlo.

- ¿Dime? - escuché el jalón al baño y luego el lavamanos.

- Nunca te lo pregunté... - no quise voltear a verlo, no podía. - ¿Cuánto tiempo llevas con Kakyu? - tuve que tragar la saliva que se había atorado en mi garganta.

Él se aclaró la garganta al cerrar el agua. - Diez años... - ¡Uff! eso era demasiado. - Perdón, debí esperar o ir a otro lugar. - su tono simplista cambió a uno de total incomodidad. - No quería incomodarte, no lo razoné.

Entonces decidí voltear a verlo. Podía ver a través del vidrio ya un poco empañado, su cabeza baja y su ceño fruncido. Se sostenía del lavamanos. Estaba totalmente desnudó y yo no supe que sentir. Bueno, sí. Esto debería comenzar a ser normal para mí si deseaba estar siempre con él, porque eso significaba compartir todo, sin pena alguna porque había confianza, amor.

Enamorada de mi JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora