Capítulo final

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Nota: Por favor, denle play en la canción hasta que lleguen al baile. Ojalá sientan lo que yo sentí al escucharla y vean en su imaginación la imagen perfecta que yo me creé en la cabeza. Mil gracias por llegar hasta aquí y ojalá les guste.

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El día de la boda había llegado.
Todo lucía majestuoso y estaba perfectamente planeado.

El jardín que habíamos elegido era bastante amplio. Al fondo, en una esquina, tenía una pequeña fuente de la que emanaban luces cálidas y blancas con cada chorro de agua; frente a ella, una mesa bellamente decorada con grandes jarrones dorados apostados a cada lado de ésta y hermosas rosas blancas en su centro.

Las sillas de los invitados habían sido colocadas estratégicamente de diez en diez decoradas con listones en dorado y plata; en medio de estas, una alfombra roja abría camino hasta la mesa principal.

A un costado del lugar donde se llevarían a cabo ambas ceremonias, se colocaron varias mesas al rededor de una pista de baile que era iluminada desde abajo, los cuadros blancos centellaban de vez en cuando con luces de otros colores. Y
la plataforma donde tocarían los músicos, era enmarcada por un sin fin de reflectores que se movían en varias direcciones.

Para terminar con el detalle, grandes y hermosos arreglos de flores blancas daban un toque único al rededor.

Las Luces de color cálido que parecían escalar por los muros como enredaderas, habían sido idea de Mina, y se veían geniales. Los frondosos árboles al rededor llevaban colgadas lámparas de quinqué que destellaban en lo alto al igual que las pequeñas estrellas que ya aparecían en el firmamento, tildando levemente como si se sincronizaran en notas musicales armando una canción.

Todo era perfecto y yo podía verlo. Mi corazón brincó de felicidad de ver a todas esas personas importantes para mí ir llegando poco a poco hasta su lugar. Desde la ventana de la pequeña habitación en la que me encontraba, podía espiar sin ser vista, pero creo que eso me ponía más de nerviosa, así que decidí volver a lo mío.

- ¡¡Mina, estoy muy nerviosa!! - grité frente al espejo manoteando, como si con eso pudiera detener las lágrimas que comenzaban a asomarse por el nerviosismo y la emoción.

- ¡Es lógico tonta! - me gritó mientras se limpiaba con un pañuelo los ojos, pues ella si se había permitido externar su sentir al verme vestida de novia. - ¡Es el día de tu boda! - nuestras miradas se cruzaron en el reflejo del espejo. Nos sonreímos.

- ¿Ya llegó la Juez? - pregunté para restarle sentimentalismo al momento, pues si continuaba así, no podría parar de llorar.

- Ella, y todos... - dijo con emoción - Mal está con Seiya, dice que está hecho un manojo de nervios.

Dirigí mi mirada nuevamente hasta el reflejo que estaba frente a mí. La verdad es que tenía que ser franca conmigo misma, el vestido me quedaba como anillo al dedo. El corte princesa me favorecía horrores. Llevaba la falsa amplia con detalles finamente bordados en hilo de plata, el corte de corazón en el pecho hacía resultar más mi busto pero no de una manera grotesca, si no algo sobrio, y las mangas de encaje a mitad de brazo, hacían verme como toda una princesa. Y claro, para hacer el estilo realidad, decidí llevar mi cabello suelto y en ondas. El maquillaje sencillo como lo pidió mi futuro esposo.

- ¿Y mi bebé? - giré sobre mis talones para quedar frente a mi amiga que lucia muy bella con su vestido dorado.

- Tranquila, Lita y Molly lo están consintiendo. - se acercó a mí y retocó mi maquillaje. Luego, colocó el velo frente a mi cara. - ¡te ves bellísima! - dijo con nostalgia en su mirada al tomarme de las manos - Serena... después de mucho tiempo, por fin vas a casarte con el hombre que amas... te deseo la mejor de las felicidades, porque te lo mereces.

Enamorada de mi JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora