Entre el cielo y el mar [JimxAriel]

CAPÍTULO XXIII: DUDAS

Tema musical del capítulo:  "Ariel Left Behind" - The Little Mermaid: The Legacy Collection Original Soundtrack.

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Volando por el cielo grisáceo de la mañana, Scuttle se desplazó desde el litoral del Reino de Danmǫrk hasta la isla esperando ver a Ariel en la playa, pero al no encontrarla, siguió de largo por sobre el vasto océano. Esperaba encontrar algo gracioso el día de hoy, o al menos darle a su amiga nuevas noticias sobre su búsqueda por un pretendiente que cumpliese sus requisitos, por lo que siguió su trayecto con optimismo y se alzó bajo las nubes que tapaban el sol; por suerte, no estaban oscuras, señal de que no llovería. Al estar solo, comenzó a tararear una canción de las tantas que había escuchado de los marineros, desplazándose a varios kilómetros del reino hasta que notó una fragata que iba justo en su dirección, y por el color de su bandera, Scuttle reconoció que se trataba de la flota del reino.

Bajando hasta estar unos metros sobre la cubierta, pudo observar a todos los tripulantes, entre ellos un joven alto que no aparentaba más de veinte años, de cabello rubio y ojos claros y vestido elegantemente de uniforme y una gruesa capa que lo abrigaba. Junto a él habían dos hombres también de trajes finos que conversaban algo preocupados.

—Mi señor, me temo que uno de los motores se ha atrofiado y si no lo reparamos pronto nos quedaremos atascados en medio del mar.

—¿No hay manera de que lleguemos al puerto antes de que se detenga? Nos queda poco por llegar.

—No, mi señor. Tenemos menos de media hora hasta que el motor deje de funcionar y con ello el barco. Si tan solo hubiese tierra firme cerca de aquí para detenernos...

Con solo verlos, Scuttle reconoció que se trataba del duque Vincent y sus acompañantes que volvían de su misión rumbo a casa, y al escuchar su conversación, una nueva idea surgió en su cabeza, «Ariel dijo que quería conocer al duque para así permanecer humana para siempre, ¡Si traigo al duque a la isla, entonces ella podrá irse con él y problema resuelto!» Felicitándose a sí mismo por su idea, aleteó fuerte para llamar la atención del capitán del barco y luego comenzó a volar en dirección hacia el sur.

—¡Mi señor mire! ¡Es una gaviota! —señaló el capitán ante el vuelo del ave.

—¡Eso quiere decir que hay tierra cerca de aquí! —asomándose por el borde de la cubierta, el duque dio rápidas órdenes, —¡Sigan a la gaviota!

Aferrándose al abrigo que la cubría, Ariel caminó por la playa nevada pensativa y ansiosa, repitiendo dentro de su cabeza lo ocurrido la noche anterior. Contrario a lo que le había advertido Jim, lo máximo que experimentó tras su primera probada de alcohol fue un dolor de cabeza soportable, lo que más la tenía consternada fueron las palabras de Jim que no la dejaron dormir en toda la noche, dando vueltas en su mente en lo que ella intentaba descifrar en vano.

«Dijo que envidiaba al hombre que estaría conmigo... ¿Lo habrá dicho como una broma o en serio?», y ni hablar lo que estuvo a punto de decir antes de quedarse dormido, ¿Qué quería decirle? Ariel estaba segura de que iba a confesársele, pero ¿Sería eso solo una suposición? Llena de angustia y confusión, caminó sin rumbo fijo por la orilla, observando como las olas se desplegaban lentamente sobre el mar hasta tocar el borde de la playa, dejando unos cuántos centímetros de arena húmeda que no estaba cubierta de nieve.

El cosquilleo en el estómago aparecía cada vez que repetía las cosas que el muchacho le había dicho, era el mismo que sintió cuando él la abrazó por primera vez, y con ello, su corazón latía con fuerza. Anhelaba estar a su lado de nuevo, y que él no la soltase otra vez, y no entendía el porqué.  Pensaba a que se debía a la confianza que se tenían como amigos, pero creía que "algo" no encajaba bien aquí. Desde la tormenta de nieve, comenzó a sentirse muy extraña con respecto a Jim, particularmente cada vez que ella recordaba el calor de su abrazo y la seguridad que le transmitió al tenerla tan cerca de él.